Capítulo 30: 'Planta 3, habitación 8C'

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Cuando me quise dar cuenta, mis ojos estaban llenos de lágrimas, yo lo había alejado de mi vida, y él hacía eso por mí. No lo merecía.

Estaba negando todo el rato con la cabeza, mientras seguía leyendo la carta una y otra vez. Pero las lágrimas ya no me dejaban seguir leyendo. Cogí el informe del trasplante de corazón, y leí mil veces el nombre de mi padre. Después, me dejé caer hacia atrás, hundiendo mi cabeza en la almohada, y repetí mentalmente lo que recordaba de la carta, y el nombre de mi padre. Ya no sentía el corazón. Era como si me hubieran abandonado todas las partes de mi cuerpo.

Cerré los ojos, y chillé, chillé todo lo que me dejó la garganta.
Escuché pasos acelerados hacia mí, y vi entrar a un hombre de bata blanca al lado de dos mujeres con uniforme blanco, detrás de ellos, entraba mi madre asustada.

— Daphne, hija. ¿Qué te pasa? —

—Fue papá...—Ella llevó su mirada rápidamente hacía la mesa, y por su cara, supe que había olvidado guardar los papeles, antes de que yo los viera.

—Oh, hija... —Se acercó a mí, y lloré sobre su pecho.

— ¿Por qué le dejaste hacer eso, mamá? Yo lo traté tan mal...—Ella acarició mi pelo, intentando calmarme, pero yo no podía calmarme, me sentía tan culpable. Empecé a sentirme cansada, y cuando mi madre me separó, vi como una de las enfermeras, me quitaba una aguja.

Cuando desperté, Charlie estaba a mi lado, junto a mi madre.

—Hola....Al fin veo esos ojos abiertos.

—Charlie... —Él se acercó, y me abrazó fuertemente, mientras las lágrimas volvían a caer por mis mejillas. — ¿Por qué dejaste que hiciera eso? —

—Porque tu vida estaba en peligro, él vivía conectado a una máquina, y dijo que tu vida era más importante que la suya. —Sentí un dolor en el pecho, que me hizo llorar todavía más.

—No puedo creer que haya hecho eso...—Charlie me abrazó más fuerte.

—Él te amaba, Daphne, y le dolía mucho saber que estabas en peligro, y no podía hacer nada...al final, se sentía bien—Se separó de mí, y rodeó mi cara con sus manos, limpiando mis lágrimas—Antes de que lo desconectaran, me dijo que al fin se sentía bien, que no le dolía irse por perder la vida, si no por no poder verte seguir con la tuya...—Sollocé, y me volví a abrazar a Charlie.

Ese mismo día por la noche, vi mi móvil sobre la mesita, y un nombre vino a mi mente, necesitaba hablar con ella, y pedirle perdón.

— ¿Daphne? —Su voz sonó desesperada.

—Sí, soy yo, Laura—Se oyó un grito al otro lado del móvil, y un sollozo.

—Eres tú, por favor...No estoy alucinando, creí que nunca más escucharía tu voz. ¿Cómo estás? ¿Te duele algo? ¿Cómo te encuentras? —Sonreí débilmente.

—Estoy bien...—Escuché como suspiraba aliviada—Me desperté hace unas horas, me gustaría que vinieras a verme mañana.

—Iría ahora mismo si pudiera—Ambas sonreímos—Mañana mismo estaré ahí, ahora que los chicos...—Se quedó callada, y suspiré.

—Perdóname por haberte alejada, Laura. —Me froté la cara con la mano libre.

—No tienes que pedir perdón, ¿vale? Yo lo entiendo perfectamente...Ya tengo ganas de que sea mañana, te voy a abrazar por dos horas—Volví a sonreír, y estuvimos hablando, hasta que me dio sueño.

Siempre [Niall Horan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora