Postales Equivocadas // HopeV Omegaverse

¿Enamoramiento?

El recorrido fue rápido hasta el restaurante. Bajan del vehículo y el menor con el cachorro en brazos queda asombrado al ver el lugar. La fachada del restaurante era un estilo bastante moderno, pero combinado con lo tradicional. En la parte inferior, lo que actuaba como pared solo eran ventanales impecables y lo único de concreto eran las columnas y el techo mismos que eran adornados con bellos diseños de colores que estaban grabados en el cemento dándole un aire realmente elegante. En el siguiente piso, el borde era limitado por una barrera de vidrio y madera que era decorado con buganvilias de color rosa y blanco que se enredaban en la madera dándole un toque bastante hogareño y lo que complementaba aquello eran las macetas de barro con coloridas margaritas que se encontraban en las columnas de madera. El techo del lugar era de tejas de la mejor calidad y que al igual que todo lo anterior era cuidadosamente retocado con farolas tradicionales. Sin duda aquel lugar se debía ver magnífico por las noches.

SeokJin le hace un gesto con la cabeza para indicarle que se adelanta. Entra al lugar. El alfa se acerca al omega quien se ha quedado observando el lugar, coloca su boca cerca del oído contrario. — Es hermoso ¿no? — Pregunta HoSeok al ver que no se mueve ni un poco al seguir observando el lugar. Un estremecer recorre el cuerpo del menor al sentir el aliento del mayor y siente a su lobo menear la cola en sus adentros, pero se obliga a calmarlo. Asiente aún con los nervios haciendo de las suyas, aunque — Yo trabajo aquí. Y sin duda es uno de los mejores restaurantes de la ciudad junto con la cafetería de los Kim. — TaeHyung lo mira incrédulo al no poder creer aquello — ¿Te gusta?

— Claro que sí — Afirma con una sonrisa. — Es simplemente... ¡Wow! No me imaginé que hubiera un lugar así en una ciudad tan moderna.

— Yo también pensé lo mismo. Ver este lugar en medio de una ciudad tan activa es realmente relajante. Me gusta trabajar aquí, es como si se viajara a otra época — Explica con bastante entusiasmo, como si estuviera contando la mejor de las historias — Cuando las personas entran y disfrutan de la comida es sin duda muy gratificante, ya que por esos momentos es como si se olvidarán completamente del mundo exterior y darse un tiempo para sí mismos. Es un ambiente que me agrada y que no me canso de ver, aunque también hay ocasiones en las que llegan clientes a perturbar esa paz, pero la chef se encarga de echarlos para que no creen un alboroto. Lalisa es alguien muy genial, una jefa ejemplar — Sonrió de oreja a oreja al recordar a la agradable chica — Muchos pensarían que es algo extraño que una mujer se pueda hacer cargo de dicho lugar, pero Lisa es una alfa bastante tenaz y que difícilmente se deja intimidar por cualquier persona.

Si puede que por un momento un desagradable sentimiento se apodera del menor, pero simplemente no se dejó llevar por aquello. Fue guiado por el alfa escaleras arriba una vez entraron y ambos dieron un cordial saludo a los empleados. Llegando al segundo nivel el ambiente era mucho más exclusivo que el del primero, mientras que en la planta baja solo había sillas y mesas de madera adornadas con manteles de cuadro blanco y azul con un pequeño florero en el centro de cada mesa, simple y agradable eran las palabras con las que describiría el primer piso; el segundo piso era diferente, era mucho más elegante y de cierta manera se veía exclusivo: las mesas eran de cristal cubiertas casi por completo con un mantel blanco y las sillas eran recubiertas con terciopelo color rojo.

— ¡¡Hoseokie!! — Una voz femenina se escucha sacándolo de su ensoñación. La chica de cabellos rubios se acerca a ellos y planta un beso fugaz a modo de saludo en la mejilla del alfa. El olor a flores y canela llega al omega y por un momento duda el que sea una alfa, pero se tranquiliza al sentir que su lobo no ha reaccionado ante su presencia. La alfa lo mira un momento y después lo abraza sin aplicar mucha fuerza para evitar aplastar al pequeño que la mira bastante curioso, pero cuando planta un pequeño beso en su diminuta frente JungSong le devuelve una sonrisa. — Vamos pasen. — Los guía hasta una de las mesas que da a un pequeño jardín en la parte trasera del restaurante, y lo siguiente que ve el omega es a sus amigos sentados entorno a la mesa — En seguida le traigo los platillos para que me den su más sincera opinión. — La chica pasa por detrás de la barra del bar y se adentra por una puerta.