Capítulo 1: 18 de marzo (Matt)

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  Abres los ojos, y no reconoces el techo que ves. Es un poco alto, pero no es el techo donde siempre duermes. Tu móvil vibra muchísimo y la luz que entra desde la ventana te sorprende. Te levantas y miras por ella. Estás en un segundo piso, y la ciudad que ves no es para nada el lugar donde vives. Te frotas los ojos y alzas la vista un segundo. Al fondo, una imponente torre de metal se alza sobre el horizonte. París.

  Tú, que aún no estás despierto del todo, empiezas a recordar que has viajado París para un concierto de tu grupo favorito. Llegaste de madrugada, y te fuiste a dormir directamente por el cansancio, por eso no recordabas estar en París. Decides levantarte de la cama y ves que tus amigos siguen durmiendo. Miras el móvil que hace un rato estaba vibrando. Eran mensajes de Nadine.

  Nadine
  ¿Has llegado bien?  03:00

  Nadine
  Espero que llegaras bien, no me has dicho nada y me he quedado preocupada. 10:10

  Le prometiste que la llamarías nada más llegar, pero con todo el tema del transporte hasta el hotel no te dio tiempo.

  Matt
  ¡Sí! Llegué bien, perdona me quedé dormido. Llegué al hotel sobre las 04:00 y me quedé dormido JAJAJAJAJA. No te preocupes, estoy bien. 10:12

  Dejas el móvil de nuevo, y miras a los tres que han venido contigo. Siguen dormidos. El móvil vibra de nuevo.

  Nadine
  Menos mal. Debería dormir, hoy tengo turno de noche. Pasalo bien ♥. 10:12.

  Cierras la conversación y te vas a la ducha. Deberías despejarte un poco. Cuando sales tus amigos ya están despiertos. Por suerte, ellos no se duchan y decidís salir a hacer un poco de turismo. Sabes que te vas a quedar poco tiempo, así que deseas ir a ver la Torre Eiffel y el Louvre. Esto último en especial, pues siempre has querido ver "La libertad guiando al pueblo" y la Gioconda. Aunque sabes que no vas a poder verla por los turistas, pero estaría bien acercarse. Sin embargo tus amigos tienen otros planes.

  —¿Pero a ver Matt, para que quieres ir al Louvre?, Es una tonteria. La mona lisa es solo un cuadro muy pequeño que no vas a ver apenas por la cantidad de turistas que hay. Mejor vayamos al Moulin Rouge. —Dice uno de tus amigos, Patrick—. Sabes que será más divertido. Además la película te encantaba, ¿no tienes ganas de verlo?

  —Sí, pero podemos ir en otro momento, por la noche seguro que es más bonito. Mientras podemos ir al Louvre y a la torre eiffel, no sé, podría ser bonito.

  —Venga Matt, no digas tonterías, entre que llegamos al Moulin Rouge o no se nos hará de noche. No va a dar tiempo a ver el Louvre.

  —¿Espera, planeas ir andando?

  —Por supuesto. No voy a gastarme el dinero en el metro.

  —Pero escuchame, ¿no crees que saldría mejor gastarse un par de euros en el metro y visitar más cosas que solo ver una?

  —Venga, Matt. —Interviene Dave— No seas tan quisquilloso por una vez, vayamos andando, y si da tiempo ya iremos mañana. Solo es un día. Luego o mañana ya podemos ir a ver lo que quieres. Así podemos ver lo bonito que son las calles de París. Seguro que te cunde para hacer fotos.

  —Vale, tienes razón, pero solo por hoy. Mañana antes del concierto de cabeza al Louvre.

  Tus amigos asienten, y empezáis a Andar por las calles de parís. El objetivo es ver lo bonita que es la ciudad, y perderos de camino al Moulin Rouge para llegar a una hora en la que ya esté iluminado. Vais paseando desde vuestro hotel, cerca del palacio de congresos, y vais parando cada poco para admirar las calles. No vais por calles principales que os puedan llamar la atención, si no por calles pequeñas que no llaman mucho la atención, pese a eso, son bastante bonitas y dignas de admiración. No está mal, piensas. Y es entretenido la verdad. Pero tu cuerpo se resiente tras andar tres horas y media. De pronto, unas puertas de metal con adornos dorados  llaman tu atención y a despensas de las quejas de tus amigos decides pasar por ahí. 

  Tal como entras por las puertas, te llama la atención los dos edificios que hay allí. De no ser porque sabes lo suficiente de historia, pensarías que estás en el mismo versalles. Se respira un aire fresco, y la brisa que la acompaña hace que por un momento te olvides de todos tus problemas. Es una sensación nueva para ti, pero sientes que siempre has pertenecido a ese lugar. Un sonido te llama la atención, y ves un enorme parque. El más grande y más bonito que has visto nunca. Hay muchas cosas que te llaman la atención. Estanques, edificios pequeños construidos en la época de la revolución, árboles de todos los tipos y colores, desde pinos mediterráneos a Jacarandas tropicales. Un deleite para tu vista. Pero hay un árbol que solo con verlo hace que tu piel se erice y tu cerebro piense cosas que jamás has pensado. Ahí en el centro del parque, al lado de un estanque, se encuentra un sauce llorón. Tú árbol favorito. y bajo su sombra no se encuentra nada ni nadie, pero tu mente ha tenido una imagen fugaz de dos personas sentadas ahí. Dos personas de picnic hablando entre ellas felices y sin problemas. Dos personas que se quieren y aún no lo saben. Dos, que darían todo por el otro, y él estaría apunto de decirle algo que cambiaría su vida. Sabes que no es verdad, y no es más que una visión. Pero estás viendo un futuro dónde volverás a París con Nadine y te declararás bajo ese sauce llorón. Es absurdo, pero ese árbol te ha hecho pensar en ella como nunca habías pensado. Tu corazón late con fuerza, y tus mejillas enrojecen con ese pensamiento. Nunca habías pensado en Nadine así, pero por algún motivo tu corazón te hace sentir feliz por ello. Pensar en la sonrisa de esa chica que te conoce desde siempre hace que sientas un leve cosquilleo por todo el cuerpo y sonrías sin motivo. Es absurdo, pero por algún motivo sientes que ese sentimiento es familiar. Como si fuera parte de tu vida propia desde que naciste. Así que sonríes como un tonto con esa imágen y te acercas al sauce para apreciarlo más. Respiras el aroma que desprende, y cuando tus pulmones se llenan de este, sientes otra vez esa familiaridad. Sientes que has pertenecido ahí toda tu vida. Sabes que ese lugar es dónde van a pasar cosas muy importantes. Pero sobretodo, te das cuenta de que la imagen de aquella chica con los ojos castaños, el pelo revuelto, pero siempre recogido que siempre ha estado a tu lado, ahora forma parte de tu corazón. Pero no de la misma forma de siempre. Parece que Nadine te gusta. 

  Vuelves a sonreir de nuevo. Vaya tontería, cómo te va a gustar Nadine? Es... Imposible. Esa chica y tú sois muy distintos, cómo puedes creer eso? Intentas borrar esa imágen de la cabeza, pero cómo puedes olvidar algo así? Es casi imposible. Sin embargo prefieres pensar que llevas mucho tiempo solo, y tu cerebro ha pensado en la persona más cercana a ti. Te alejas del árbol, pero antes te detienes en una de sus ramas más bajas y coges una hoja. No es la hoja más grande, ni siquiera es la más bonita. Pero es lo suficientemente hermosa para recordarte a Nadine. Así que la guardas en la funda de tu móvil para que así pueda quedar plana y no la puedas perder. Quizás es una tontería, pero sabes que en cuanto llegues de nuevo a casa, se la regalaras a ella.

  Y con eso, vuelves con tus amigos, intentando disfrutar de lo que queda de viaje e intentando no pensar en ese extraño sentimiento que acaba de llegar a tu corazón.

Dulces RecuerdosWhere stories live. Discover now