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Llegamos a la prisión, parecía una prisión de esas que son para los criminales más peligrosos del planeta pero... en su interior sólo hay personas que no están ni un poco cerca de serlo, todas son buenas personas... bueno... no conozco al que se hacía pequeño y después gigante pero supongo que es buena persona como para que Steve lo reclutara.

-— ¿y bien? ¿leyó los archivos? Que reajusten satélites, que rastreen rostros en busca de Zemo.

— ¿cree que lo escucharé después del fiasco del aeropuerto? Dé gracias que no esté encerrado, ni su hija. — dijo mirándome dijo caminando y nosotros lo seguimos.

— ¿puedo entrar?

— ¿puede entrar?

— está bien. — abrieron la puerta y entramos, me lastimaba ver a Wanda con una camisa de fuerza y a Clint allí, justamente él comenzó a aplaudir.

— el futurista, caballeros, el futurista está aquí, él lo puede ver todo, sabe que es lo mejor para todos, les parezca o no. — suspiré.

— ¿qué haces aquí? — me preguntó Sam.

— sólo vine a acompañar a mi papá. — respondí. — después de esto me devolveré al complejo. — suspiré. — jamás me imaginé que los fueran a meter a algo así, la verdad, jamás creí que los fueran a meter aquí y me duele verlos así, no lo merecen.

— lo sé, tú no eres igual a Tony, por algo pudiste levantar el martillo de Thor hace medio año. — sonreí al igual que él.

— ¿Steve te contó? — asintió.

— cuídense la espalda con él o tratará de traicionarlos. — gritó Clint.

— ya se le safó un tornillo. — dije.

— se ve que te preocupa.

— antes de que se retirara pasaba mucho tiempo con él, Nat y Steve.

— cariño, creo que Barton necesita compañía.

— lo dudo...

— tú sí le caes bien, no te hablará mal como a mí, anda.

— adiós Sam.

— cuídate. — fui con Clint.

— hola... - sólo me miró. — a mí no me puedes llamar traidora, yo hago lo que mi papá me pida.

— ¿incluyendo eso? ¿traicionando a tu mejor amigo?

— Steve lo entendió, él lo comprendió, sé que aquí todos están molestos, bueno... Sam no pero... tú, has pasado dos años conmigo, me conoces.

— sí, tienes razón, sólo eres una niña.

— no soy una niña. — dije y sonrió. — Clint, tienes esposa y tres hijos, entre ellos un bebé, no debiste atender la llamada de Steve.

— ¿lo dices porque ahora tendrán un padre criminal?

— no, lo digo porque no sabes cuánto estarás encerrado aquí, te perderás su infancia.

— lo siento, Ali. — suspiré.

— linda, debemos irnos. — asentí.

— te quiero, arquero. — sonrió y me fui con papá.

— ¿les dijeron algo importante?

— no, nada. — salimos.

— ¿Sam te digo algo importante?

— sí, me dijo dónde se encuentran.

— y es en...

— Siberia.

La hija de StarkWhere stories live. Discover now