El último suspiro.

¿Qué estás haciendo conmigo?

Habían pasado ya varias semanas desde que había conocido a aquella chica, mis clases se habían resumido en contemplarla y poseérla con la mirada ¿Eso eso posible? No lo sé, pero lo sentía así.

Camz y yo nos habíamos vuelto muy amigas -Cabello si supieras todo lo que quiero contigo- ibamos de un lado a otro por el colegio, juntas, siempre, Camila se había vuelto mi infierno personal, tenerla tan cerca pero tan lejos me torturaba sin más, no poder tenerla para mí y sólo para mí me tenía en agonía.

-¡Hey Jauregui! -Reconocí esa voz chillona y patética al instante, realmente odiaba a esa chica por ser una genuina perra con Ally .Quién se cree como para tener el derecho de tratar a las personas como se le da la gana.

-¿Que quieres Sarah?- Volteé a mirar su rostro de cuervo, era ojiazul, cabello negro, nariz puntiaguda, así como la de las brujas.

-Uyyy mira quién viene, es Camila, ¿Quieres que te pase una toallita para secarte la baba? -rió.

-Cállate y vete antes de que te rompa la cabeza contra las ventanas- realmete odio mucho a esa chica.

-Uyy que miedo, ¡la lesbiana Jauregui me va a pegar! -me abalance sobre ella o bueno, casi, Camila estaba detrás mio y me detuvo, Sarah aprovecho y se largo con su risa de perfecta bruja.

-Lo que dijo Sarah... ¿eso es verdad?- Mierda, Camila no podia enterarse de eso, si se entera se alejará de mí y mi mundo desaparecerá detrás de ella.

-¿Qué? - tenía que ganar tiempo mientras inventaba una excusa.

-Lo que dijo Sarah...

-¡NO! No, eso no... Son babosadas de Sarah, esa chica realmente me odia -Camila me miraba incrédula.

-Mira Lolo yo no soy estúpida, he visto como me miras, como me hablas, conmigo eres totalmente diferente a los demás, si tienes algo que decir dilo ahora.

-Bueno Camz, esto de las chicas es algo realmente nuevo para mí y no sé qué es lo que verdaderamente sien-Camila se abalanzo y me dio un abrazo, quedé muda, lo único que fui capaz de hacer fue corresponder su abrazo, luego sin querer lo dije, ¡Jauregui cuándo aprenderás a no pensar en voz alta! -Me gustas mucho Camz.

-Y tú a mí -dejé de respirar por un momento ¿acaso eso era real? ¿realmente le gustaba a Camila? Sentí como mi estómago se revolvía.

-¿Me estás hablando en serio?

-Sí, ¿Porqué no habrías de gustarme?- lo pensé por un momento, Camila no es como yo pensaba, estase veía tímida pero no.

-Quizá por que soy una chica -dije en tono sarcástico.

- ¿y? Sí, eres una chica, pero eres la chica más perfecta y especial que conozco.

Me preguntó de dónde salió todo éste amor que nos tenemos, sólo tuvo que llegar a mí vida para volverme loca, no la puedo sacar de mi cabeza.

Sonó el timbre que marca el fin de la jornada escolar, las dos nos miramos con desilusión, realmente queríamos estar juntas.

-¿Quieres venir a mi casa? -al fin dije -podemos ver películas y hablar un rato.

-Claro, llamaré a mis padres para decirles que no llegaré temprano, esperame fuera.

-Mujer te esperaría en cualquier lugar y cuánto fuera necesario -¡Otra vez! Jauregui eres una imbécil, Camila rió al verme roja.

La película ya había terminado y seguiamos haciendo lo mismo, nos mirabamos sin parar, sus ojos me llenaban, me sentí viva.

-Quiero que lo intentemos.

Esa frase me dejó paralizada, Camila me había dado muchas sorpresas hoy, ella quizá podría dejar de ser mi infierno y convertirce en mi paraíso personal.

-Me harías la mujer más feliz del mundo -se acercó lentamente hacia mí, respirabamos el mismo aire, sentía su respiración mi cara pero de un momento a otro me abrazó, no puede ser, necesito ese beso, la necesito a ella, la aparté un poco y agacho la mirada, estaba avergonzada, levanté su rostro con delicadeza y la besé, fue el beso más dulce y suave que había tenído en mi vida, ella era lo que yo quería para mí, quería nunca separarme de ella.

La separé un poco de mí y se quedó mirandome extrañada, sonreí -mujer ¿Qué estás haciendo conmigo? -rió y la volví a besar, ella estaba cambiando mi mundo.