Boy With Luv (Primera Temporada).

Jamais Vu

Todo en ella me da ganas de adorarla como a una diosa. Soy su fan número uno.

Quisiera llevármela lejos por un tiempo indefinido. Siento que estoy completo y saciado a su lado. Sonrío como tonto y estoy el doble de felíz. Escuchar música solo me recuerda a ella.

Justo ahora estoy al borde del éxtasis.
Gime y ya no veo rastro de dolor en su cara.

Me araña la espalda y se abre aún más de piernas. Es placentero sentir como la toco hasta el fondo. Sigue muy apretada y el esfuerzo es el doble al penetrarla...pero me gusta y me pone frenético.

-Más rápido, por favor- susurra contra mis labios.

¿Más rápido?. No quiero lastimarla.

-¿Jungkook?.

La miro a los ojos.

-¿Qué?- pregunto sin aliento.

-Más. Quiero más.

Trago en seco. Me apoyo con la palma de las manos separándome de su torso. Cedo al descontrol y la embisto fuerte. Se queja y me quedo quieto.

-Más.

Pero bueno. ¿No le duele?.

Después no te quejes cuando no te puedas sentar, Manoban.

Repito la misma acción sin detenerme. Frunce el ceño y veo el gesto de dolor.

No voy a parar, princesa. Tú lo has pedido.

Arquea su espalda y gime sin tapujos. Estoy muy cerca.

-Kookie- el tono me desestabiliza.

Ha dicho mi sobrenombre con un tono total de seducción.

-Oh, agi.
(Bebé).

Está mordiendo su labio inferior, se lo quito con mis dientes y le meto la lengua hasta el fondo. Me estoy volviendo loco de deseo.

-Bebé, yo...- intenta hablar.

Pero ya sé a qué se refería pues siento sus piernas temblar y su cuerpo convulsionarse.

Eso solo significa que...

...le he dado su primer orgasmo.

Lloriquea mientras yo llego al mío.

-Duele- dice contra mi pecho.

Me alarmo al instante. Salgo de ella con suavidad.

-Auch- aprieta los dientes.

-Lo siento, Lisa, pero creí que...

-Shhh, sé lo que te pedí. Estoy bien...duele pero estoy bien.

Cuando la veo quejarse de dolor me siento mal. Tanto que pudiera quedarme sin satisfacer mis deseos solo por no lastimarla.

Sonríe y eso me alivia. Me quito el condón tirándolo en su papelera.

Me acuesto boca abajo con mi rostro escondido en su cuello.

-¿Segura que estás bien?.

-Hmn- ronronea.

Justo en ese instante sentimos el maullido de Leo.

-¡Oh, no!. Hemos corrompido a mi bebé.

Se levanta envuelta en la sábana blanca y saca al animal de su habitación.

-¿Bebé?- enarco una ceja y evito reírme por lo de corromper al gato.

Sonríe.

-Sí- se acuesta a mi lado otra vez.