Desde cero

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Jinyoung despertó al otro día por un sonido que no era específicamente el de su alarma. El bullicio del otro lado del cuarto donde estaba era tan fuerte que podía asegurar habían más de tres personas en su sala de estar.

No es nada nuevo, ha habido más ocasiones donde sus compañeros de trabajo amanecen en su sala y andan buscando como moribundos un vaso con agua y sus aspirinas; así que tiene la molestia de tallar sus ojos y suspirar antes de levantarse y comenzar su rutina.

Es lunes, y si ayer tomó hasta perder la conciencia, es su problema, la vida sigue y no espera por nadie.

Acostumbrado al ancho y largo de la cama se le ocurre rodar hasta la orilla, solo que llega al suelo antes de lo esperado y eso lo hace abrir los ojos con sorpresa, y ahogar un grito cuando descubre que donde está no es su cuarto, ni siquiera su casa. Y sí hay bullicio fuera de donde se encuentra es porque pasa del medio día.

Se levanta rápidamente del suelo y comienza a forzar su memoria para ordenar todo lo que ocurrió en la noche. Recuerda entrar al karaoke, y preguntar mucho más tarde algo sin importancia a sus empleados, después caminar en automático a su departamento y

—Oh, estás despierto.

Un chico vestido con camisa blanca y pantalones negros le sonreía como si tuvieran años de conocerse, Jinyoung toma entre sus manos su cabeza para intentar recordar al otro que aparentemente lo conoce

—¿Quién eres?

—Hmm, sin los efectos del alcohol encima incluso pareces amigable —Jinyoung lo mira más asustado—. Anoche estabas como loco, decías cosas sobre haber arruinado tu vida y estabas tirado en el cubo de basura. He lidiado con gente como tú pero es la primera vez que realmente intentan golpearme

—Yo te

—¿Golpearme? No —se acerca a él—. Solo estuve a punto de. Soy Lucas, ¿Tú eres?

—Park Jinyoung —contesta, Lucas lo sigue viendo divertido—. Y sobre lo que dices

—¿No recuerdas nada? —Jinyoung niega—. Te creo, de otra manera no creo que hubieras podido conciliar el sueño luego de todo lo que hiciste

—¿Rompí algo? —Jinyoung estaba acostumbrado a hacerlo, incluso si esos accidentes pasaban en la mayoría de sus salidas jamás terminaba de acostumbrarse.

—No hay mucho tiempo ahora para hablar, pero si no quieres meterte en más problemas te recomiendo que me sigas —Lucas caminó hacia unos casilleros detrás de ellos—. Ponte esto y sígueme

Jinyoung quería protestar, pero la mirada del chico era severa y se puso rápidamente el delantal negro que le tendía, también sintió como le roció un poco de colonia y le pidió que arreglara un poco sus cabellos. Lucas le dio el visto bueno y caminaron hacia la única puerta del cuarto, cuando salieron a Jinyoung le tomó unos segundos acostumbrarse al ruido y luz del exterior, caminaron por un largo pasillo donde más personas vestidos como el y Lucas pasaban rápidamente, algunos lo veían con sorpresa y otros murmuraban con cualquiera que estuviera a su lado; por más que Jinyoung hiciera el esfuerzo en saber qué decían, las palabras no lograba comprenderlas del todo, tal vez porque seguía medio dormido, y bueno, mal por haber tomado tanto la noche anterior.

—En un resumen muy corto donde no te contaré los detalles porque no hay tiempo —habló Lucas un momento después—. Hoy debes cubrir el área de mesero de sunbae. Digamos que él está indispuesto y tuvo que quedarse en la cocina, y sí, parte del porqué está indispuesto es tu culpa.

—¿Mía?

—Sí, y en serio me gustaría ver tu cara cuando recuerdes todo pero no hay tiempo, realmente necesitamos un mesero si no queremos que esto explote. Así que debes ir a esa puerta —indicó a su izquierda—. Toma la bandeja número trece y llevar el pedido a una señora de la tercera edad que siempre se sienta en alguna mesa cercana a los ventanales. Fácil, ¿No? Me alegra que lo sea. Ahora debo irme

Jinyoung's love tripWhere stories live. Discover now