•Karol•Me sentía muy ofendida.
Igual estaba molesta tambien porque ya tenía la idea en mi cabeza de que nuestra hija iba a tener el nombre que yo elegí con su aprobación, a pesar de que el nombre que le había puesto es muy bonito no podía evitar sentirme así porque ni si quiera se molesto en consultarme.
Estaba decidida a hablar sobre aquello con él, aprovechando que mi madre estaba aqui le deje a Valería en brazos y con toda la calma del mundo le pedí a Ruggero que pasáramos a la habitación hablar con tranquilidad.
-¡Le pusiste otro nombre a mi hija! -grito tomando uno de los zapatos que estaban tirados en el piso estorbando para lanzárselo.
Bien, mis emociones están muy intensas últimamente no me pueden culpar.
-Amore, debes admitirlo el nombre estaba algo raro. -dice esquivando el zapato.
-¡¿Y?! Era único y muy original. -extiendo mis brazos a mi costados exaltada-. Hasta me dijiste que era hermoso, ¡mentiroso!
Lleva sus manos a su cabeza halando un poco de su cabello buscando la repuesta, me cruzo de brazos sin dejar de darle una mirada de desaprobación, quizás éste pensando en mandarme devuelta a casa de mi mamá pero antes planeo ahorcarlo si lo intenta.
-Nuestra hija en un futuro me va agradecer por haberme arriegado a cambiarle el nombre.
Abro mi boca totalmente ofendida y tomo el otro zapato lanzandoselo. Una vez más lo esquíva y para completar choca contra el espejo a sus espaldas, solo escucho el sonido del cristal agrietándose.
El cierra sus ojos con fuerza y gira a verlo, vuelve a mirarme sin ninguna expresión y bufa:-. Genial, rompiste el cristal y ahora tendremos que cambiarlo.
-¡No me cambies el tema!
-¡Rompiste el espejo!
-¡Le pusiste Valería cuando se suponía que se iba a llamar Kaia! ¡Hasta le había mandado a personalizar algunas cosas y un cosito para la puerta! -chillo dando unos pasos hacia delante provocando que él retroceda con cautela.
-Bien escucha, lo admito debí decirte que le iba a poner otro nombre. -levanta sus manos con cautela-. Pero debes de admitir que Valería es un nombre hermoso y además representa mucho a nuestra piccola porque es muy fuerte y valiente, ¿no es así?
Dejo de estar a la defensiva y me relajo un poco moviendo mi cabeza con afirmación finalmente. Él castaño al verme fuera de estado de ataque deja de estar tenso y suspira.
-¿No me ocultas otro cambio más? -pregunto directamente.
-No. -niega con rapidez-. Absolutamente nada.
-Bien. -digo con indiferencia. Tocan la puerta de la habitación.
Ruggero va y la abre, mi madre entra con la pequeña en brazos mirando la habitación con disimulo. Pasa la mirada de mi novio a mi con cautela y pregunta:-. ¿Todo bien?
-Si, solo hablábamos. -dice despreocupado tratando de evitar que ella siga viendo el espejo roto. Ambos sonreímos como si nada hubiera pasado.
-Eh... Bien en ese caso. -musita pasándome a mi bebé-. Yo debo de irme, debo de ir a resolver algunas cosas de la academia.
-Oh, quizás vaya mañana a verla. -le informó-. Quisiera ver como quedo.
Ella asiente y luego se despide de nosotros antes de salir de la habitación, Ruggero y yo quisiéramos seguir lanzándonos miradas de reproche pero aquello queda para otra ocasión cuando la bebé empieza a llorar y debemos hacernos cargo de ella.
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Almas Pérdidas.
FanfictionÉl fuego consumió su presente hasta volverlo un pasado en él qué solo quedaron cenizas de ellos. Una relación qué nunca empezó por miedo, miles de motivos, personas involucradas y dos almas perdidas qué guardan un corazón roto en lo más profundo de...