El Dios del Engaño

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Parte 22 de ¿?

Spoilers: Thor Ragnarok

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-¿Y ya está?¿Vas a dejarme quedarme aquí, sin más?

Strange alzó los hombros con indiferencia.- Si veo que resultas una amenaza, te eliminaré.

Entrecerraste los ojos, algo molesta por esa especie de superioridad mágica que parecía creer tener, y un poco te recordó a tu marido. Era curioso que ese defecto no te importara en Loki pero te resultara incómodo en otros.

-Está bien. Me interesa tener donde dormir. Y como he dicho, no quiero causar problemas. Pero no pienses que podrías vencerme así como así.

Por toda respuesta, el mago te sonrió de medio lado y, con gesto caballeroso, te indicó que le acompañaras.

Aquel lugar era inmenso, y como ya sospechabas, un lugar muy antiguo lleno de poder. Ibas tras aquel hombre en silencio, cuando decidiste entrar en su  mente para ver que más podías saber. 

Para tu sorpresa, encontraste un muro de protección inquebrantable, y un suspiro de agotamiento por parte de Strange.

-Es inútil, mi poder mental está muy desarrollado a base de estudio y práctica. Le recomiendo, por su bienestar, que no trate de volver a entrar.

-Lo siento, es una manía. -Mentiste tratando de quitarle importancia.

Fue lo único que os dijisteis hasta que él paró delante de una puerta. La abrió con una antigua llave y, encendiendo las luces, te indicó que pasaras. Era una estancia grande y elegante. Con un estilo antiguo que te recordaba al dormitorio del palacio de Viena. La cama, enorme y con un dosel precioso, parecía cómoda y cálida y los muebles, y telas que decoraban cada rincón eran de un gusto exquisito.

-Guau, es precioso..

-Es la habitación más oscura que hay. Esa ventana da a una plaza con un muro, de modo que el sol nunca da en la habitación, y las cortinas son espesas. No creo que corras peligro aquí. Lo siento, no tengo ataúdes vacíos.

Le miraste de reojo. - No duermo en tumbas. Eso viene de cuentos populares que tanto gustan a los humanos para asustar a los críos.

Él sonrió, satisfecho, y por un momento te ruborizaste ante esa mirada penetrante y esa expresión.

"De eso nada, ¿qué mierdas me pasa?"

Tragaste saliva, y te dirigiste a la cama. - Gracias por todo.  A la noche me iré sin falta.

Strange asintió con la cabeza. - Que descanses.- Y cerró tras de sí.

Te desvestiste, confiando en que aquel hombre no tenía aspecto de depredador en potencia, y te metiste bajo aquellas sábanas. Sentiste con placer la suave textura de éstas, y con Loki recorriendo tu mente te dormiste enseguida.

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Los rayos de sol empezaban a ocultarse cuando, una insaciable sed te despertó de tu sueño. Habías olvidado por completo que en Midgar, lugar donde más se acentuaba tu condición, necesitabas alimentarte con más frecuencia.

Angustiada por esto recordaste que hacía ya varios días que no tomabas nada de sangre, y tus colmillos, evidenciando tu estado, estaban totalmente al descubierto.

Sentiste como aquel hombre rondaba por allí, despierto. Podías sentir como, incluso a la distancia, podías oler su sangre.

-No no no no no no. Te ha hospedado humildemente y tú no eres una loca desquicidada. Eres antigua y poderosa, no puedes dejarte llevar por el hambre.

Así pues, hablando sola y muerta de hambre, tomaste una ducha fría en el pequeño cuarto de baño que había al lado (imaginabas que no le importaría a tu anfitrión) y vestida para marcharte, saliste de aquel precioso cuarto para buscar a Strange y darle las gracias.

Lo encontraste sentado en una butaca color magenta, clásica también, mientras leía un libro que, por su aspecto, debía tener varios siglos.

-¿ya te marchas?

-Como dije, nada más caer el anochecer.

Strange alzó su rostro del libro para fijarse en tí. Llevabas tu cabello húmedo por la ducha y apretabas con fuerza tus labios en una sonrisa un tanto estirada, tratando de ocultar tus jodidos colmillos.

-Te invitaría a cenar...desayunar, en tu caso, pero imagino que no tomarás huevos con tostadas- sonrió ante su propio comentario. 

Y tú no pudiste evitar soltar una pequeña risa. - No, la verdad que no me haría ningún bien.

-¿Vas a matar a alguien esta noche?- Su expresión cómica pasó a una seria, mientras dejaba el libro en la butaca y se levantaba. Joder, que grande era aquel tipo a tu lado.

-No, yo no mato a gente.

-No es algo común entre los vampiros, que se sepa- Quedó parado frente a tí, obligándote a alzar el rostro para mirar esos ojos. Empezabas a ponerte nerviosa.

-Es evidente que has leído libros escritos por personas que solo han conocido vampiros hostiles. Creemé, soy antigua, mucho, y he sé de vampiros que, como yo, se alimentan sin matar a los humanos. Algunos incluso sólo se alimentan de la pareja que escogen durante ese tiempo.

Tus palabras parecierion interesarle. Con el ceño frundido y los brazos sobre su pecho Strange ladeó su cabeza. -¿Y cómo os las apañais?

-Bueno...no es que vayamos pidiendo permiso a gente por la calle, desde luego. Utilizamos el control mental para ganarnos su confianza, los dejamos vulnerables y los mordemos en una zona donde la herida no suponga una pérdida de sangre peligrosa. Por ejemplo el brazo. Luego, les borramos la memoria. A veces, como hoy en mi caso, se necesita a varios humanos. Tengo mucha hambre, por lo que necesitaré morder a varias personas para verme alimentada.

-¿Y nunca has matado a nadie?- Le miraste en silencio, buceando en todos tus recuerdos.

-Como ya te he dicho, soy muy antigua. Sin duda, al principio de no saber ni que era, es posible que matara a alguien...o animales. La verdad es que ya no lo recuerdo.

-Te propongo un trato. - Strange se giró y se movió hasta una de las estanterías. - Imagino que tienes una historia que contar, y si acudiste aquí es porqué quizás no tengas donde ir. De ser así, te cedo mi habitación y mi hospitalidad, a cambio, por supuesto, de que me cuentes y me documentes de esto que me explicas. Quiero saber más acerca de vosotros.

Lo miraste sorprendida por aquello. ¿De verdad aquel insensato abría sus puertas a una desconocida a cambio de saber?¿Sólo porqué se había dado cuenta que eras un ser que le llamaba la atención?

Lo cierto era que sí tenías donde ir, pero te llamaba la atención aquel humano tan extraño. Se te ocurrió una idea

-Tú también tendrás una historia que contar. Me quedaré un tiempo, puesto que sí tengo un hogar. Pero si me hablas también de tí y de tu magia, te contaré todo cuanto sé de los míos.

Strange sonrió con satisfacción, volvió a acercarse a ti y estrechó tu mano.

-Y ahora vete a comer, o tendré que documentarme sobre los cadáveres de vampiros.

Sonreiste a su gracia y te marchaste para saciar un tanto aquella sed. Empezaba a caerte bien ese tipo.

Momentos: Loki y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora