XXI. Homenaje a la viuda

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Cuando Amelia sintió de nuevo la plataforma bajo sus pies, le costó regular la respiración después de lo que había visto y lo único que logró calmarla fue ver el rostro de Tony y la cara de preocupación de Pietro al ver su condición.

—¿Estás bien? —preguntó el velocista y ella respondió con un asentimiento— lo logramos

Amelia entonces levantó la vista ahora menos contrariada y quiso formar una sonrisa de triunfo con sus labios cuando Steve y Bruce se dieron cuenta de algo.

—Clint —preguntó Bruce— ¿dónde está Nat?

La sonrisa se quedó a medias y entonces volteó donde debería haber regresado Natasha, pero ella no estaba ahí, solo vio el rostro de Clint y leerlo fue más fácil de lo que pensó que sería. De nuevo Amelia estuvo a punto de desmoronarse, pero esta vez no fue la única, Clint no pudo contener una lágrima deslizarse por su mejilla mientras que Tony, Steve y Thor pedían más explicaciones de lo que había ocurrido y Bruce se dejó caer de rodillas golpeando el piso con su puño. Ellos no querían aceptar lo que ya estaba implícitamente dicho.

—Creo que necesitan un momento a solas —Rocket fue el que hablo dado que nadie más lo hizo— nosotros empezaremos a preparar todo

[•••]

Todos se encontraban reunidos mientras Clint les explicaba lo que había pasado. Después de ello nadie sabía qué decir, nadie sabía cómo procesar el hecho de que una de ellos ya no estaba y no podían deshacerlo.

—Debí haber sido yo —continuaba diciendo Clint

A lado de su padre, Amelia se encontraban viendo a la nada y su mirada solo se desvió hacia el rostro de Tony cuando este se atrevió a hablar.

—¿Sabemos si tenía familia?

—Nosotros éramos su familia... —respondió Steve antes de bajar la mirada tan o más abatido que todos

El silencio volvió a reinar hasta que Thor, quien no había dicho nada desde el momento de la noticia, se acercó a Tony de manera amenazante y lo agarró del cuello tan rápido que nadie lo vio venir.

Amelia, qué era la que se encontraba más cerca extendió la mano para empujarlo con el escudo lejos de su padre y no lo dejó moverse hasta que se viera más calmado.

—¿Por qué dices eso? —su rostro era de enfado y dolor tanto como el resto de los vengadores originales— tenemos las gemas, podemos traerla de vuelta

Su voz de desesperación hizo notar su calma, o al menos hacía la amenaza que estaba dispuesto a tener contra Tony, y solo entonces Amelia lo liberó haciéndole sentir el pecho libre de su escudo.

—No podemos —dijo Clint aún con la mirada perdida— es irreversible

—¡Tiene que haber una forma! —exclamó Thor en el mismo tono, pero Clint simplemente negó con la cabeza baja

—Thanos fue ahí con su hija y regresó solo con la gema, un alma por otra alma, eso fue lo que dijo la calavera

De nuevo silencio. Nadie sabía qué decir, nadie sabía cómo actuar y no podían ser culpados por ello.

—Ella fue la única que nunca se rindió de verdad —intervino Amelia con la mirada perdida y después los vio a cada uno de ellos a los ojos— estamos a la mitad del camino, y vamos a terminarlo por ella

Después de eso, Hulk tomó una de las bancas y la arrojó al lago haciéndola pedazos haciéndoles sobresaltar por lo repentino de su acción.

—Hagámoslo —fue lo único que dijo antes de regresar al interior de la base.

Uno por uno siguieron los pasos del hombre verde, pero Amelia podía notar que Steve no era capaz de levantarse y al ver una lágrima rebelde cayendo por su mejilla se acercó lentamente a él para tomar asiento a su lado. Nunca fue buena con las palabras, por lo que se mantuvo en silencio unos segundos antes de hablar y después de bajar la mirada por un momento ambos fijaron la vista en el horizonte del lago que adornaba los alrededores de la base.

—Me gusta ver el agua —dijo en un susurro casi melodioso— calmado y silencioso pero lleno de secretos y maravillas... me recuerda a ella, pero Natasha no era un simple lago...

—Era el océano —acompletó Steve asintiendo lentamente poniendo por fin su atención en ella, pero Amelia seguía su vista fija en todo y en nada

—Cuando la conocí hace cinco años, creo me odiaba

—Todos lo hacíamos —dijo en un intento de burla y ella lo miró ofendida y le golpeó levemente el brazo. Pudo ver un deje de sonrisa aparecer por sus labios que ninguno pudo mantener por más de un segundo

—Pero ella sabía, lo que significaba no saber quién eres, estaba perdida en este mundo y ella era la única que entendía completamente lo que sentía —una sonrisa nostálgica apareció en su rostro y Steve solo podía escuchar sus palabras sin saber qué decir— es trágico, pero fue lo que nos hizo cercanas, me dio su completo apoyo y eso significó mucho para mi.

Silencio, fue lo único que ambos acertaron hacer en ese momento. Cada uno con dispersos pensamientos que no lograban completarse.

—Esto está tomando mucho de nosotros, Cap.

—Vamos a lograrlo —dijo en un tono que a Amelia le pareció que intentaba convencerse a sí mismo— por ella

Amelia le regaló una pequeña sonrisa, tan pequeña que las comisuras de sus labios apenas se levantaban temblorosas a causa del inminente llanto, pero irradiaban sinceridad ante su determinación. La chica, que tenía las manos sobre las piernas, volteó una de ellas llamando la atención de Steve y este la tomó como un acto de solidaridad, un acto en el que ambos ponían dolor y lograban apaciguarlo con el tacto del otro, porque este se sentía bien, ellos eran familia.

—De verdad lo espero

Un último apretón en la mano acompañado por una mirada sincera de condolencias, Amelia se puso de pie y se dio la vuelta en camino al interior de la base para dejarlo un momento más a solas porque sabía que lo necesitaba. Natasha era más que una compañera de equipo para él; significaba lo mismo para Steve que lo que significaba para Amelia, era su persona, su centro de apoyo y prácticamente lo único que lo ayudó a vivir su presente y no continuar en el pasado.

Pero incluso cuando se mostró firme ante sus compañeros de equipo, al entrar, Amelia pasó de largo la mirada de Pietro que la esperaba en la puerta y se encerró en la primera habitación que se encontró. Su espalda se deslizó de una manera abrupta mientras sus lágrimas salían con la misma intensidad y su respiración entre cortada abrazada en sollozos solo demostraban el dolor que en realidad estaba sintiendo.

Se quedó unos minutos más en la misma posición antes de levantarse y secarse las lágrimas como pudo, había un espejo, el rostro que tenía no dejaba a dudas lo que había ocurrido, pero aún así tomó tres profundas respiraciones para lograr calmarse y salió de la habitación. Ella era una hermana para ella, era tan familia como Tony lo era, y su pérdida dolía como si una parte de su cuerpo hubiera sido arrancada sin compasión.

Natasha Romanoff intercambió su vida para salvar la de millones más y todos se harían cargo de que su nombre sea recordado, porque había muerto por ellos y había muerto como una heroína.


Natasha Romanoff intercambió su vida para salvar la de millones más y todos se harían cargo de que su nombre sea recordado, porque había muerto por ellos y había muerto como una heroína

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Amelia: Infinity WarWhere stories live. Discover now