Día XXII: Improvisado

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Universo: Lesbian! AU

Estado: Parte 2/2

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Si había una manera de describirse en ese momento, Pidge definitivamente diría desesperada.

Era la tercera vez en la noche que se hundía en un mar de pesimismo mientras trataba de evitar la razón por la cual había decidido beber esa noche en primer lugar. Poniéndole atención a la conversación que sus amigas de la universidad estaban debatiendo, no pudo evitar pensar que se sentía completamente fuera de lugar cuando no tenía nada que aportar a las desgracias que compartían con respecto a lo difícil que habían sido los exámenes finales.

Ridículamente, mientras más vasos se servía, sus recuerdos volvían con mayor fuerza y la atormentaban en silencio, por lo que se dio cuenta más temprano que tarde, que su salida había sido completamente inútil.

— Vamos Pidge. — Allura presionó su mano contra su hombro para distraerla, con una sonrisa comprensiva. — No has hablado en toda la noche, al menos tienes que intentarlo.

— Lo hago.

Respondió Pidge pesadamente tomando un sorbo de su vaso para evitar mirar a Allura directamente hacia los ojos. Por alguna extraña razón, desde que se conocieron y comenzaron a entablar una curiosa amistad, Allura era demasiado buena descubriendo sus mentiras en tan solo un par de segundos. Considerando que Pidge se describía como una mentirosa profesional. O al menos con respecto a sus sentimientos que difícilmente solía liberar de manera apropiada.

Romelle las observó por unos segundos, antes de unirse a su conversación casualmente.

— ¿Estás sufriendo penas de amor?

Bueno, el hecho que a Pidge prácticamente tenía su problema escrito en la frente no ayudaba en absoluto.

— Es mas bien... Un problema de comunicación. — Agregó Allura tratando de usar las palabras correctas. — ¿Keith aún sigue sin hablarte? — Una ceja tembló en el rostro de Pidge ante la mención de su nombre. —

— Malnacida...

— ¿Es por eso que no vino al bar? — Romelle se acercó mas hacia ellas para hablar sin necesidad de gritar por el ambiente bullicioso. — No sabia que Keith y estaban en males términos. Por lo general, siempre las veo juntas en los pasillos de la facultad.

— Como un patito siguiendo a la madre pato. — Comentó Allura con una sonrisa divertida. — Aunque en este caso, la mama pato es Pidge. Es raros verlas separadas durante tanto tiempo.

— ¿Quién fue la que empezó la discusión? Tal vez podamos ayudarte.

— No discutimos. — Respondió Pidge secamente, con una mueca dolorosa sobre sus labios. —

— ¿Entonces, sucedió algo más?

Pidge se quedó en silencio otra vez, desviando la mirada hacia un punto perdido del bar para no hacerle frente a sus rostros intrusivos. Ella confiaba en ambas a pesar de todo, pero esa situación era casi tan ridícula que ni siquiera ella podía explicarla correctamente. Ni mucho menos en un lugar en donde los ruidos entorpecían cualquier discusión, y cuando alrededor podría tener algún oyente de su facultad que podría generar hechos desafortunados.

No, Pidge se guardaría su problema de momento. No quería colocar a Keith en un inconveniente ni involucrarla en algún chisme. Mas que mal, la razón por la que no le respondía los mensajes por mucho que insistiera y la evitaba en clases seguramente era por vergüenza.

Many ways to say I love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora