Capitulo I.-

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El mensajero es a menudo atacado por dar malas noticias.

Escucharás mucho sobre mí:

La gente te dirá que soy un mentiroso, un tramposo, un estafador,

Un loco, e incluso un asesino.

La gente te dirá cualquier cosa y todo porque soy portador de malas noticias.

Porque yo soy el mensajero.

Soy yo quien debe avisarte del fin de este mundo y soy el que reúne a los elegidos que construirán el nuevo mundo.

Si quieres vivir, necesitas ignorar la calumnia.

Necesitas creerme.

Tienes que seguirme

- Joseph Seed.

"Bendice el nombre de los que te han repartido golpes. Sé agradecido a los que te han hecho daño. Porque son estos sufrimientos los que te han traído a mí.

- Sermón del Proyecto en la Puerta de Edén.


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Si una persona hubiera estado caminando por el camino mal cuidado frente a la casa de los Seed esa tarde y hubiera sentido la extraña necesidad de mirar, habrían presenciado algo extraño

Habrían visto a un hombre vestido con un pantalón negro y una camiseta blanca, espumando de ira, blandiendo un cómic en una mano y una biblia en la otra, regañando a su hijo, un niño de unos diez años. Pero nadie había recorrido este camino en ese suburbio pobre de Georgia, en mucho tiempo. Ni camiones de helados, ni coches de servicios sociales, ni siquiera la policía.

En cualquier caso, la gente mantenía sus narices fuera del asunto de otras personas, incluso cuando ese ''asunto'' se desarrollaba en un porche abierto.

El padre agitó los brazos con furia mientras el niño, el joven Joseph Seed, estaba de pie con la cabeza gacha, contrito y aparentemente obsesionado con las tablas del piso. Si hubiera levantado la vista, habría visto los colores caleidoscópicos de un viejo número de Spiderman destellando, causando un gran contraste con el suave cuero negro de la Biblia y con la cara rojiza de su propio padre. Habría visto los pocos dientes grises y separados, de ''Old Man Seed'' como lo llamaban los lugareños, u ''Old Mad Seed'' el nombre de burla que le fue dado a sus espaldas por el hermano mayor de Joseph, Jacob. El cuidado dental no era una prioridad en el hogar de Seed. El dinero era necesario para otras cosas. Así que los dientes de su padre para él, eran parecidos a los riscos rocosos que los barcos piratas arrasaban en los libros ilustrados de la biblioteca.

* Referencias que riman(? osea Man es viejo y Mad es loco, creo que no es necesario explicar(? *

La causa de la furia paterna era simple: los cómics estaban prohibidos en el hogar: cómics y libros, discos, revistas, radio y televisión. Sólo la Biblia era permitida.

Una vez, cuando toda la escuela primaria fue a ver una película a un viejo teatro de la ciudad, el padre de Joseph se había puesto furioso como un borracho, y asombró a los niños y profesores con un sermón. El sermón condenó los pecados de Hollywood, insistiendo en que Babilonia había pervertido durante mucho tiempo las mentes más frágiles y era responsable de la caída de toda América. Con Joseph bajo un brazo y Jacob bajo el otro, salió corriendo de la habitación, lanzando maldiciones contra todos.

Esa vez, cuando llegaron a casa, solo golpeó a Jacob, porque era el mayor y, por lo tanto, responsable de su hermano menor.

Así, cuando Old Man Seed se paró en el porche y comenzó a quitarse el cinturón, el niño simplemente se quitó la camiseta, la dobló con cuidado y se inclinó para ofrecer su pálida y delicada espalda al desgastado cinturón de su padre.

La cabecita de Joseph se giró hacia la casa mejor mantenida del vecindario, la de una viuda gentil y tranquila, el, la consideraba una pequeña bendición. Luego poso su vista en la casa del vecino, la casa más horrible del vecindario, igual que su dueño. Cuando eran aún más niños, su vecina les cocinaba pasteles, probablemente por compasión. Su madre no era exactamente una gran cocinera, ni una madre amorosa. Pero la viuda ya no cocinaba mucho ahora que estaba muriendo de cáncer. En cambio ahora pasaba sus días sentada en la mecedora que tenía en el porche. Estuviera soleado o lloviendo, ella siempre estaba ahí, un día él y Jacob discutieron si el chillido venia de la mecedora de madera o de la anciana.

A veces, la hija de la viuda pasaba por allí, solo para robar los medicamentos de su madre y cambiarlos por heroína. Ella nunca se quedaba mucho tiempo ahí, las perspectivas de vida en la ciudad eran tan pocas que ni siquiera los drogadictos querían vivir allí.

En este día en particular, el joven Joseph, de siete años, recibió 25 azotes. Era el precio que había que pagar por haber leído sobre las aventuras de un hombre en mallas que fue mordido por una araña radioactiva. Soportó su castigo y apenas lloró.

Tal vez se preguntes quién soy yo para saber tanto sobre la miseria de esta familia que vivía en un barrio pobre como tantos otros. Soy Joseph Seed. Y si quieres saber por qué recuerdo ese caluroso día de junio tan claramente, es porque ese fue el día en que la Voz me habló.

EL LIBRO DE JOSEPHWhere stories live. Discover now