EL LIBRO DE JOSEPH

Capitulo 2.-

El que ignora el vuelo bajo del ave, los cielos oscurecidos y el sabor del hierro en el viento los truenos y relámpagos que caerán sobre él ".

- Sermón del Proyecto en la Puerta de Edén.

Cada rincón en este mundo tiene un elegido, un profeta loco. Anuncian que "¡EL FINAL ES LA NOCHE!", Que la humanidad ha sido condenada por sus pecados y faltas, ordenándoles que se arrepientan y condenando a las llamas eternas del infierno a todo aquel que no les crea. Asustan a los niños e inspiran un vago sentimiento de compasión en los adultos, especialmente cuando perciben su olor a sudor cuando pasan junto a ellos. Sin embargo, afirman ser los heraldos de la palabra del Señor.

¿Por qué yo debería ser más creíble? ¿Cuán diferente soy de los demás? Probablemente porque no estoy aquí para hablar sobre salvar tu alma. Estoy aquí para hablar de salvar a toda la raza humana, aquí y ahora, en esta tierra. Estoy hablando de la vida y la muerte. Solo estoy aquí para ayudarte a sobrevivir al caos inminente. No me malinterpretes, el mundo está llegando a su fin. Su destrucción ha sido predicha. Y con los ojos vidriosos que tiene el ''profeta'' en las esquinas de las calles, y lo confuso que está su espíritu, no puedo dejar de respetarlo por entender mejor que nadie que el reloj no se detiene.

Pero él solo percibe un sentimiento turbio de muerte en lo más profundo de sus huesos y de su alma, lo sé sin ninguna duda. Lo sé porque la Voz me lo dijo. La Voz del Creador.

Estoy aquí para decirles que Dios se ha cansado del comportamiento de la humanidad y tiene la intención de recuperar todo lo que ha creado.

El orgullo del hombre lo ha hecho tan olvidadizo e ingrato, que Dios intenta comenzar de nuevo. Porque no hemos aprendido nada. Hemos dejado nuestra inmundicia en todo, lo hemos ensuciado todo. Y somos tan insignificantes, nuestra perversión, nuestra doble cara, la crueldad que nos infligimos los unos a los otros ha avivado el fuego de Su ira.

¿Cómo podemos todavía dudar de la indudable restricción que nos arrastrará a todos?

Puede que hayamos sido creados a su imagen y semejanza, pero nos hemos retocado a nuestro propio beneficio, agregándonos kilos de maquillaje y retorciéndonos en extrañas formas para convertirnos en criaturas espantosas. Criaturas en las que él no nos convirtió.

Nosotros, quienes alguna vez fuimos tan puros, que vivimos en el Paraíso, ahora nos revolcamos día y noche en el lodo, sepultando nuestra bondad original bajo una gruesa capa de suciedad. Hemos enfurecido a nuestro Dios y pagaremos el precio antes de lo que pensamos.

Mira en qué se ha convertido el mundo. Mira cómo algunos se deleitan en la opulencia mientras que otros se ahogan en la miseria. Eres testigo del círculo vicioso de conflictos bélicos que se salen de control, de confortamientos por poder impulsados por la codicia del hombre.

La codicia - eso es lo que impulsa a la humanidad, en la búsqueda interminable del poder del hombre, una búsqueda que nunca termina bien, los que no tienen nada valen más que los que lo tienen todo. Las víctimas nunca sueñan con una sociedad más justa, solo anhelan unirse a la casta de los injustos, sueñan con tener poder para pisar a los pobres a su vez.

La codicia de los hombres destruye todo: los bosques, los océanos, a sus semejantes. Los hombres matan, envenenan, corrompen. A los hombres no les importa si los individuos mueren al otro lado del mundo, solo les importa tener la última tecnología en sus manos; no les importa si las multitudes son pisoteadas, mientras puedan llenar sus autos con gasolina barata para ellos todo el mundo está bien.

En su desesperado intento por tener más posesiones, se burlan de todo. Ya nada es sagrado. Bailan sobre las ruinas de cosas sagradas, marchan a través de los cementerios tirando las cenizas aún cálidas de los que fueron sacrificados por el bien en las llamas.

En una sociedad donde triunfa el egoísmo, donde las personas no pueden ver más allá del final de sus propias narices, donde se adoran a sí mismos, ¿qué será de los justos? ¿Qué pasa con la bondad? ¿Qué pasa con los humildes o los que vagan abandonados en este vasto páramo en que se ha convertido el mundo? ¿Qué pasa con aquellos que prefieren entender lo que está pasando a que poseer cosas banales y materiales, compartir en lugar de mantener? Son ridiculizados por los demás. Nos burlamos de los generosos, de los que cuidan a los demás. Nos reímos de los que alimentan a los indigentes; nos burlamos de las personas que prefieren el mundo real a las ilusiones virtuales. Señalamos y reímos, llamémosles inadaptados débiles y simples. Les insultamos y los invitamos a unirse al macabro carnaval del consumismo. Y si se niegan, sospechamos de ellos y los expulsamos de nuestros círculos de convivencia.

¿A quién más persiguen el FBI y otras agencias gubernamentales en estos días? Tales parias son constantemente hostigados y sometidos al implacable celo de las autoridades federales. Son citados, perseguidos, vigilados y humillados. A veces los arrastran a la cárcel y los conducen a la locura o al suicidio. Mire profundamente dentro de su corazón: ¿no es esto exactamente lo que siempre ha creído? ¿No eres miembro de esta nueva cosecha de mártires, devorado por las invisibles bestias de la desesperación y la soledad de este mundo?

Veo que vacilas en responder, que no te atreves a estar de acuerdo. Tu sospecha es comprensible. Este es un mundo repleto de vicios, un mundo al que no perteneces, te han forzado durante tanto tiempo a que escondas tu verdadero ser, te enseñan formas dolorosas para protegerte, a no confiar en los impulsos de tu corazón, desconfiar de las palabras, desconfiar de los demás e incluso desconfiar de ti mismo.

Pero déjame decirte lo que la Voz me dijo: el Creador nunca ha hecho la vista gorda ante la angustia de los justos. Él ha estado observando a la humanidad y ha visto a aquellos que profanan su palabra, que se profanan a sí mismos en una carrera hacia la riqueza material y la vanagloria. Tales pecadores lo han enojado y no pasará mucho tiempo hasta que Él desate su justo castigo. El trigo será separado de la paja. Esta es la misión que me ha sido otorgada. Debo reunir a aquellos que serán conmovidos por la gracia de su mensaje y reunirlos para formar una familia.

El vacío que sientes dentro es una cámara de resonancia que amplifica la Voz para que puedas saber que es genuina. ¿Y si pudieras ser uno de los elegidos, junto con otros que me creyeron? ¿Qué pasaría si pudieras ser uno de aquellos cuya pureza te permite captar la fuente divina del mensaje que estoy difundiendo?

¿Qué pasaría si supieras desde el momento en que nos conocimos que yo no era solo otro tonto en la encrucijada? ¿Qué ahora somos dos y posiblemente más? Si tú también sueñas con restaurar la belleza y armonía originales del mundo, si tienes la fe y el impulso, únete a mí y sobrevivirás al apocalipsis que se cernirá sobre nosotros. Ven conmigo y ayúdame a difundir la palabra para poder Vivir de nuevo en el Jardín del Edén. Como lo hicimos antes.