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-Hace cuanto te golpea Jessica?. - Pregunto notablemente enojado.

-Esta es solo la segunda vez, y es por su divorcio con mi madre... Tal vez..... - Aunque mi padre me había herido yo no podía evitar intentar justificar sus actos.

-No intentes justificarlo Jessica,  lo que hace no tiene justificación y debe parar ahora. - Se escuchaba desesperado y aunque quería decirle que todo iba a estar bien,  mi orgullo seguía sin ceder,  dejándolo sin contestarle,  nos quedamos ambos en silencio y no pasó mucho cuando distinguí el sonido de la moto de Alejandro,  automáticamente levante la vista y miré hacia atrás, se quito el casco mientras bajaba de su moto y yo me levanté lo más rápido que pude corriendo hacía Alejandro, Óscar se quedó aún sentado en el piso viendo aquella escena que supongo para él no era la mejor. Alejandro me recibió en sus brazos y unas lágrimas bajaron por mis ojos, no muchas ya que sabía que teníamos espectadores.

-Dejame ver. - Dijo Alejandro en mi oído intentado separarme de él para mirar mi cara pero yo me aferre a él, ni siquiera yo me había visto y no quería que él me viera así.

Escuché pisadas que se dirigían a nosotros y voltee para encontrarme con Óscar a pocos metro de nosotros de repente sentí necesidad de separarme y así lo hice,  dejando mi rostro libre para que Alejandro lo viera y en cuanto devolví mi cara para ver a Alejandro, su cara se había endurecido y tenía dos posibles respuestas para eso:  1.- Era que estaba enojado al ver mi gran moreton en la cara o la segunda opción era porque estaba viendo a Óscar aquí.

-Debiste irte en cuanto Jessica me llamó. - Dijo Alejandro mientras miraba cómo Óscar se acercaba.

-De no ser por mi, ella posiblemente estuviera inconsciente en su casa llena de golpes propinados por su propio padre. - Respondió Óscar con una sonrisa triunfal, que sabía estaba provocando a Alejandro.

-Creo que debemos dejar de hablar de eso,  no es algo lindo de recordar. - Interferí en su plática para que esto no se saliera de control.

-Debo irme, pero.... Jessica en algún momento vamos a tener que hablar y lo sabes. - Amenazó con su dedo hacía mi y yo solo evite contestarle, aún no iba a ceder e iba a seguir enojada con él,  aunque en estos momentos mi enojo se había ido un poco al salvarme y defenderme de mi padre, Alejandro pasó su mano por mis hombros para abrazarme en modo protector y Óscar mirando aquella escena salio de mi vista.

-Creo que el desayuno no podrá ser. - Alejandro intento agregarle algo de felicidad a la plática y yo solo sonreí.

-Supongo que no.- Me quede callada pues exactamente no sabía que decir.

-Debemos ir a con tu madre ella debe saber de esto.- Dijo Alejandro con una voz comprensiva.

-Ni siquiera sé donde está viviendo en estos momentos, y no quisiera agobiarla con eso.- Alejandro no pasó por alto ni respuesta y rápidamente habló.

-Jessica sabes que tu madre merece saber...- Una llamada a mi teléfono hizo que Alejandro callara, acerque el aparato a mi oreja sin mirar quien era.

-Hola. - Dije confundida al contestar.

-Cariño, he venido a la casa para que llevemos tus cosas a la nueva residencia pero tu padre dijo que te habías ido,  crees que puedas venir?. - Dijo tiernamente mi madre.

-Claro,  voy para allá en un minuto. - Colgué la llamada y miré la hora que era apenas eran 8:30 lo que significaba que aún tenía tiempo antes de entrar a clase.

-Puedo preguntar quien era?. - Pregunto mi acompañante con una curiosa mirada.

-Mi madre, crees poder llevarme a casa?. - Le dije ya suponiendo cuál sería su reacción.

-Quieres que te lleve a donde ese imbécil te ha golpeado!. - Tome su cara entre mis mano e hize que me mirara.

-Mamá está ahí, cuando ella está, él no me hace nada,  tranquilo. - Como un niño pequeño regañado aceptó a llevarme a mi casa y en la entrada nos encontramos a mi madre.

-Oh Alejandro,  hace mucho no te veía como haz estado?. - Mi madre lo saludó alegremente mientras él intentaba fingir una sonrisa ya que la situación de encontrarse con mi padre le molestaba.

-Hola mamá. - le dije mientras me acercaba a abrazarla.

-Cariño que te ha pasado en la cara?.- Mi madre al darse cuenta pregunto alarmada.

-Vaya tu hija ya término de andar de puta!. - Mi padre abrió la puerta y esas fueron las primeras palabras que dijo al verme. - Oh mira trajo a un hombre nuevo. -

- Ronald!. - Lo reprendió mi madre al escuchar sus atroces palabras y yo solo entrelace  la mano de Alejandro con la mía para que se calmara.

- Esperare afuera,  no creo poder estar tan cerca de tu padre sin tener la necesidad de golpearlo. - Alejandro soltó mi mano al ver como mi madre entraba a la casa y yo iba detrás de ella.

-Esta bien. - Se veía enojado y tenso, como una niña pequeña me acerque a su mejilla y le deposite un pequeño beso, el cual logró sacarle una sonrisa.

Entramos a casa y yo estuve todo el tiempo cerca de mamá como si fuera una especie de escudo contra mi propio padre que no paraba de mirarme con reproche,  como quería ya no volver ahí decidí llevarme la mayoría de mi ropa y parte de la de Rodrigo, no queria volver a esa casa que ahora recordaría como un horrible lugar y mi madre comprendió todo diciendome que comprariamos después lo que me haga falta, me despedí de mi padre con un frío adiós que no fue respondido por él, salí y ahí seguía Alejandro que nos dedicó una sonrisa.

-Alejandro crees poder acompañarnos a la nueva casa de Jessica para ayudarnos a desempacar sus cosas?. - Le preguntó mi madre a Alejandro y el no rechazó la oferta, durante el camino mi madre decía que él era un buen muchacho que me merecía,  de cierto modo también se disculpaba por dejar que mi padre me agrediera a lo cuál yo le contestaba que no había problema,  llegamos a un lujoso edificio después de 15 minutos de viaje, viviría en un pent-house que al entrar no pude quedar más asombrada, vivíamos en el último piso y mi habitación tenía un balcón,  me sentía como una princesa y el edificio contaba con gimnasio y alberca,  no podía pedir más.

-Ustedes pueden ver el apartamento mientras yo voy a recepción por una copia de las llaves. - Dijo mi madre dejándonos a mi y Alejandro solos en aquel lugar.

-Creo que no extrañaras tu Antigua casa después de tres días que vivas aquí. - Alejandro rápidamente se puso cómodo y se acostó en una mini Sala que estaba en la esquina izquierda del lugar.

-Espero que no, vendrás a recogerme para llevarme a la escuela?. - MIERDA! la escuela!  Había olvidado por completo que tenía clases a las 10 am,  notoriamente ya era tarde eran las 12: 30 pm lo cual significaba que había perdido otro día de escuela, por suerte mañana sería mi último día para ser libre y salir a vacaciones de diciembre.

-Esta bien, vendré hasta acá mañana para recogerte y llevarte a la escuela. - Alejandro cedió y yo me le avente para abrazarlo.

-Hablando de la escuela, creo que hoy ambos faltamos a clase. - Estabamos mirando al techo ambos acostados en la alfombra que de se encontraba en la Sala.

-Son últimos días,  ya ni deberíamos tener clases. -

-Chicos, traje una pizza, y algunas cosas del supermercado. - Mi madre entró al Departamento cargada de bolsas de compras,  y Alejandro al verla se levantó a ayudarla.

-Creo que yo ya debería irme. - Dijo mientras depositaba las bolsas en la barra de granito que separaba la cocina del comedor y la Sala.

-Oh Alejandro porque no te quedas a comer? Yo debo irme a mi trabajo ahora,  y no me gustaría que Jessica se quedara sola después del día que tuvo. - Aún no sabía cuál era el nuevo oficio de mi madre pero sabía que era uno muy bueno si podíamos pagar un departamento así.

-Supongo que puedo quedarme. - Mi madre le dedicó una sonrisa y tomó las llaves de la mesa para después salir por la puerta no sin antes despedirse de mi y Alejandro.

-No tienes porque quedarte si tienes cosas que hacer. -le dije a Alejandro mientras sacaba una rebanada de pizza de la Caja.

Confusiones (2da parte de El mejor amigo de mi hermano)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora