Una chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida.
Ustedes caminarán sendero...
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-Capítulo 7-
Un golpe en la puerta de mi habitación me despierta y sin muchas ganas me levanto e intento arreglarme un poco para luego decir —Adelante...—
Mi padre abre la puerta y me da una cálida sonrisa seguida de un —Buenos días cariño— supuse que querría algo, no es normal tanto amor de su parte
—Buenos días— asentí y me dirigí al baño a lavarme los dientes, no necesitaba bañarme por que ayer cuando llegué de la fiesta me di un baño, no soportaba tener olor a de todo en el cuerpo. Dejé la puerta abierta para permitirme seguir escuchándolo —¿Qué sucede?— pregunté curiosa mientras enjuagaba mi boca.
—Quería asegurarme de que tuvieses todo listo para la fiesta de hoy, como ya te dije vienen personas muy importantes y no aceptaré que te comportes de una manera inapropiada, no se te fue educada para eso— con que con eso era, estaba cariñoso para que yo no me enfade con él y lo trate mal frente a todos.
—Ya está todo más que listo y prometo no mal comportarme— él solo asintió y me dejó seguir alistando para bajar a desayunar, así que agarré un pantalón cómodo peludito y la remera con la que estaba durmiendo.
Me educaron como a una princesa, mi infancia fue un mejunje de muchas cosas, pero los modales, ética y otras cosas fueron muy importantes en mi aprendizaje. El trabajo que tenemos nos hace poder terminar en cualquier parte y fingir ser cualquier persona, nos adaptamos a características y formas de actuar de las otras personas; todo siempre y cuando estés listo para la nueva misión.
Ya abajo, me dirigí a la gran cocina que tenía esta casa para encontrarme con la isla llena de comida y como siempre mi café en mi lugar. Me senté y tomé un vaso para luego servir jugo de naranja en este y untarle mermelada a una tostada.
Lugo de un día de entrenamiento de tiro, llegan las 7:30 por lo que empiezo a cambiarme y preparar mi cuerpo con varios productos para lucirme, así que sin más, después de una tarde bastante agotadora, me dirijo a mi baño para ducharme. Como siempre uso un shampoo de almendras y un acondicionador de coco, si o si tengo que tener un acondicionador de coco, es uno de mis favoritos y lo uso desde hace años, me trae recuerdos fuertes a mi madre y al extraño aroma que se sentía en mi casa de Rusia.
Cuándo salgo de la ducha aún con la toalla en el pelo y sin vestirme comienzo a maquillarme. Siempre lo hago de la misma manera utilizando rímel, corrector e iluminador, pero ya que es una ocasión importante aplico sombras y un rubor en mis mejillas algo más cargado. Sin duda un maquillaje sencillo, pero esta noche probablemente tomen fotos y esos flashes logran que se vea hasta el más mínimo defecto en cada piel.
Dejo que mi pelo se seque solo y lo plancho, aunque tengo el pelo largo no me cuesta mucho, pero secarlo con un secador me cuesta infiernos y tardo demasiado. Cuándo son las 8:30 me pongo mi vestido y las demás cosas que compré, como aros decidí ponerme unos diamantitos que tengo y suelo usar con frecuencia.
