Una chica que pertenece a la mafia desde que nació, un vacío inexplicable desde la extraña e inesperada muerte de su padre, una búsqueda insaciable de venganza y un maldito amor que le dará vuelta la manera de ver la vida.
Ustedes caminarán sendero...
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-Capítulo 10-
Este lugar a cualquiera le parecería escalofriante, pero a mí simplemente me encanta. Estoy detrás de una gran reja negra y no veo un timbre por ningún lado así que decido aplaudir, espero unos minutos y cuando siento que no me van a atender un hombre con dos cabezas y como de dos metros, me atiende diciendo -¿Qué se le ofrece?- mientras me mira de arriba abajo; que la gente hiciera eso comenzaba a molestarme.
-Buenos días, quisiera hablar con Hades- dije amablemente.
-No puedes venir al castillo y simplemente pedir ver al Dios del inframundo, menos una simple humana muerta, que sigo sin entender que hace caminando con tanta tranquilidad... En nombre del Rey le ordeno que se marche o tendré que recurrir al río de las almas- estaba por responderle cuando un fuerte golpe se escuchó y luego pasos, el señor de dos cabezas que tenía frente a mi se arrodilló y bajo la cabeza, bueno, las cabezas. A paso firme venía Hades quien con un asentimiento de cabeza hizo que el señor se levantara.
-Su majestad, esta mungdanna ha requerido hablar con usted y como soy consciente de sus ocupaciones y de la clase social en el que se encuentra esta chica no la he dejado pasar, si me permite puedo llevarla al río de las almas- dijo como si no estuviese allí
-Aún sigo aquí y Hades, dile a tu... lo que seas, sin ofender, que me deje pasar, tenemos que hablar- Hades hizo una cara de sorpresa y se miraron entre sí como si estuviesen confundidos.
-Espera... ¿puedes ver al rey?- dijo el hombre con la misma mirada de sorprendido y algo pálido.
-¿Cómo no? Soy humana no ciega, y por cierto, no estoy muerta, tuve un raro encuentro con Perséfone y le corté la garganta y cuando salí de mi salón ya no estaba en la tierra y... no sé- Dije quedándome sin aire por hablar tan rápido.
-¿¡QUE TÚ QUÉ!?- ambos gritaron a la vez y Hades rápidamente con un movimiento de mano abrió las rejas doradas que protegían el oscuro castillo -Ven- Dijo seco y empezó a caminar hacia adentro.
-Gracias, aún no sé tu nombre- Le dije al señor con una sonrisa, yo siempre era amable con la gente, aunque capaz no me habían tratado de la mejor manera.
-Sergei y soy el cuidador del castillo- Le di un asentimiento de cabeza y comencé a caminar por donde antes se había ido Hades. Entré por la gran puerta, y madre mía, esto es hermosísimo, es inmenso y tiene un estilo medieval moderno. Por la derecha hay una inmensa escalera y al lado una puerta doble que está abierta y va a lo que creo es un salón.
Comienzo a subir las escaleras por que tengo la sensación de que Hades fue por allí y como tenía razón, una de las tantas puertas del pasillo estaba abierta dando hacia una gran oficina. Hades está apoyado sobre el escritorio y cuando doy unos pasos dentro, cerró la puerta con un movimiento de mano, telequinesis eh, interesante...
-Hades vine porque... - no me dejó terminar porque me interrumpió con su ronca voz.
-Cómo se te ocurre cortarle el cuello a una diosa, ¡Encima la diosa de los muertos Hell! Tendrás suerte si ella no consigue matarte.- dijo casi gritando con un tono de desaprobación. Con que volviendo a ser el mismo estúpido....
