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━━━ ❛ VALHALLA XXV ❜ ━━━
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—¿Qué tienes, Crystal? —me pregunta Bruce Banner con cautela—. Esto no es tu culpa, y nadie te culpa de ello. Thor no...
—No está muerto.
Estoy segura de que él es capaz de percibir mi creciente tensión y de que no tiene mucha idea de cómo tratarme, lo cual es completamente compresible dada la situación en la que nos conocimos —durante lo de Hela y Cyrano—, y en lo que hemos venido a parar ahora, aquí en su hogar, Midgard. Pero si soy honesta, yo tampoco sé muy qué hacer.
Alzo la vista hacia el cielo y trago saliva.
—Se fueron —murmuro.
—Tenemos que hacer algo —me dice él con voz ansiosa—. Literalmente acabamos de perder a Tony, a Beverly, al Doctor Strange, a Harper, a Vera y a Spider-Man.
Me vuelvo para mirarlo con expresión turbada, pero él se gira y empieza a andar en dirección a los escombros.
Una vez más fallé. De nuevo.
Al llegar a Midgard y aparecerme en los aposentos de Harper y el Doctor Strange, me ayudaron a encontrar un poco de calma sobre mi extraño ataque de ansiedad producido por los eventos de la Statesman. Y aunque se necesitó más tiempo para hacer que Eyra se tranquilizara, al final pudieron hacerlo. Así que cuando Zafiro y el hombre que respondía al nombre de Tony Stark —que también resultaba ser su prometido—, llegaron a nuestro encuentro tras la petición de la bruja y el hechicero, lo primero que hicimos fue entablar una larga y tendida discusión referente a lo que estaba pasando. Thanos y las gemas como tópico principal.
Una vez que la adrenalina y la ansiedad abandonaron progresivamente mi cerebro, fui capaz de pensar con claridad de nuevo, y entonces lo sucedido en la nave cuando llegó Thanos cobró más sentido. Gracias a eso y a la ayuda de Bruce al aclararme ciertos puntos que aún me pasaban desapercibidos —como que la Gema del Espacio estaba en la nave, porque eso yo no lo sabía.
Y esa no fue la parte en la que fallé. Mi nuevo fracaso vino cuando sorpresiva pero no inesperadamente, los fieles soldados de Thanos llegaron a nuestro encuentro, porque el Doctor Strange tiene en su posesión la Gema del Tiempo. E incluso aunque la espantosa sensación de repetición que azotó mi sistema cuando vi a tres de ellos detenidos en el medio de la calle me hizo vacilar por un efímero segundo, fue la realización de que el responsable por la muerte de Daven se encontraba entre ellos lo que hizo despertar de nuevo aquella espantosa espiral de violencia en mi interior. Esa que me guió en la pelea con Cyrano y la que me mantuvo con vida en la nave cuando llegó Thanos.
