6

144 4 3
                                    

La tensión se apoderó de el al pensar que realmente había despertado, volteando ligeramente para mirarle.

Para fortuna del Impostor este solo se había removido de su cama para acomodarse de mejor manera, pero ello creó la ilusión de haberse despertado. El saber que no era así provocó que el mayor suspirase aliviado, no tenia mas la necesidad de fingir que revisaba la tableta por si es que este preguntaba.

Solo se dedicó a revisar aquel dibujo tan bien elaborado unos minutos mas antes de cerrar todo programa y apagarla bien, sentía que ya tenia derecho a hacerse ilusiones con un amor correspondido y un cariño que siempre estuvo ahí.

Sin embargo las cosas no eran tan dulces para el animador, puesto que después de unas horas entradas ya al sueño profundo, nuevamente tenía unas pesadillas lo suficientemente desagradables como para hacerle llorar y removerse entre sueños, los recuerdos de la masacre y la desesperación asolaban su mente entremezclándose con las fantasías que su cerebro podía crear en sueños, pero al decir "fantasías" no hay que pensar en algo bonito, si no en algo tan desastroso como para hacer que hasta un hombre adulto mojase la cama. Afortunadamente ese no era el caso de Mitarai ya que se limitaba a removerse y llorar en pánico.

Claro que Sagishi fue capaz de notarlo, y no tardo demasiado en ir a moverlo para despertarlo mientras decía su nombre en voz alta con preocupación, puesto que por sus reacciones podía imaginar la naturaleza de la pesadilla que estaba teniendo.

Lo malo era que a pesar de ello el otro no despertaba o daba signos de hacerlo, daba la ilusión de que el sueño lo mantenía preso de la realidad, motivo por el cual el gordo tuvo que removerlo con algo mas de violencia y gritar su nombre para sacarlo de ahí. Eventualmente aquellas acciónes funcionaron, pero al hacerlo pudo apreciar como las pupilas del otro estaban mas pequeñas y la cara era de horror, dsipandose esto rápidamente al ver al otro.

Lo mas que alcanzo a hacer era cubrir su rostro y llorar desconsolado producto de los horrores que su cerebro maquinaba a base de los malos recuerdos del pasado. El Impostor le abrazó con suavidad como si le protegiera para calmarlo lo mas posible al ser eso lo que mas necesitaba.

­—No pasa nada Mitarai... —murmuró en voz baja para que el otro pudiese escucharlo y calmarle con su voz.

—No, yo lo hice... todo esto es mi culpa, soy una mierda y yo... —Cada vez bajaba mas el volumen de sus palabras hasta que susurró —Debo morirme... —

Después pareció encogerse mas en su sitio a la par que su llanto desconsolado se hacia de un mayor volumen, los pensamientos desastrosos no le abandonaban en ningún momento, mucho menos en sus sueños y esa situación ya le estaba pasando factura bastante rápido.

Sagishi se alarmó por escuchar aquellos pensamientos tan feos de parte del ser humano que tanto amaba, a lo cual optó por contestarle con voz suave pero firme a aquellas palabras suicidas.

—Mitarai no lo haz hecho tu ¿si? No hiciste nada malo, no podías saberlo, nada de eso fue tu culpa —

—¡Como puedes decir eso! —exclamó algo exasperado, —Quien tiene la culpa de que ese vídeo existiese soy yo, fue mi culpa que sus vidas se arruinaran... Y no quería... jamas quise que esto pasara, yo solo quería que todos fueran felices... —

La voz triste hizo acto de presencia una vez mas, sintiendo la culpa recorrerle todo su cuerpo y consumir su corazón en cuestión de segundos.

—La culpa fue de Enoshima... — protestó una vez mas el mayor

—Eso no hace que tenga menos culpa... debieron matarme —

—¡No digas eso! —, su voz real tomo presencia esta vez ante la preocupación de que esos pensamientos al escalar mas, le quitasen a quien amaba.

La impresión de escucharle de ese modo provocó que se quitase las manos de la cara y voltease a mirarlo, al menos eso hizo que sus lamentos y lagrimas disminuyesen considerablemente, pero conociendo al otro pensaba que era motivo de preocuparse.

El mas alto secó sus lagrimas con delicadeza mirándole al rostro, teniendo que respirar nuevamente para seguir hablando en un tono suave que pudiese pacificarlo completamente

—Tu eres mi primer amigo... no quiero que digas eso, no quiero perderte —

—Perdóname... No puedo dejar de sentirme de este modo, siempre me recalco lo que hice aunque no quiera... creo que es porque no me quiero a mi mismo — tuvo que admitir con vergüenza eso ultimo, al menos para darle una explicación tanto a el como a si mismo del porqué su mente era tan cruel con el.

Sin embargo eso detonó que a su amigo se le ocurriese una idea para lidiar con ese problema de manera más amena y dulce, ajustó aquellas gafas falsas que portaba para darle un poco de autoridad extra y mirarle.

—A ver, repite después de mi ¿bien?, "Me quiero como soy" —

El de ojos avellanos negó varias veces volviendo a cubrirse, pero en esta ocasión era mas por pena que por tristeza.

El contrario le tomo de sus manos para que le viese, mostrándose tranquilo en ello. —Vamos, tu puedes — sentenció pacíficamente esperando al otro.

—n-no, es una mentira si lo hago — volvió a negarse, lo cual provoco que su contrario se quitase parte importante de su disfraz a modo de no verse tan hipócrita al pedirle eso.

—"Me quiero como soy", ahora tu —insistió.

El ver aquello solo hizo que se acercase mas para apreciar mejor su cara, considerando que en realidad el era a quien quería tal cual era, intentando repetirlo terminó por descartarlo después de fallar tantas veces y decir lo que el creía como verdadero y correcto, abrazándolo sorpresivamente.

—Tienes razón, te quiero como eres — le contestó con alegría sin apartarse, provocando el sonrojo y la pena de su contrario.

—¿Q-que has dicho? —

—Que te quiero, así como eres en realidad, ¿feliz? —

—No se supone que tenias que decírmelo a mi —

Evito mirarlo por la vergüenza de haberle escuchado decir eso, pero a la par se sentía feliz de saberlo, como si fuese otra señal para animarse a ser honesto con sus sentimientos sin temer tanto a ser rechazado, "al menos así no dije una mentira" fue como le replicó a modo de justificar lo que dijo. A esas alturas ya tenia su rostro completamente rojo, pero eso no hacia que su felicidad fuese menor.

Un dulce "quédate" fue pronunciado por los labios de Mitarai, deseando así que quien amaba se mantuviese a su lado por lo que quedaba de su descanso, puesto que la calma que le hacia sentir le provocaba una somnolencia tierna que no quería perder.

—Bien, pero deja que me quite... —

—No puedes quedarte así?... por comodidad — le interrumpió con una nueva petición, ya que tampoco quería que se soltase de su agarre.

—Bien...solo deja que ponga seguro a la puerta —, Muy a regañadientes le soltó para que pudiese bloquear esta, comprendiendo que para el su identidad "real" era demasiado importante y finalmente recibiéndolo alegremente en su cama para volver a apegarse.

Un chiste pequeño sobre que si el otro hacia demasiado bulto podía servir de su cama también fue lo ultimo que compartieron en palabras aquellos dos enamorados silenciosos, siendo así como Imposter interpretó otra valiosa señal de correspondencia a sus sentimientos, el que el otro se sintiera a salvo en sus brazos le daba una satisfacción como ninguna otra.

Escuchar al otro pedir ser abrazado era aun mas dulce que cualquier otro postre que el de mayor tamaño pudiese haber comido en su vida, acomodándose para no aplastarlo y así igual apreciar a la bella criatura que podía tener para el, al menos en ese momento.

No hubo tristezas, tampoco malos sueños hasta ser pesadillas, no existió ninguna seña de incomodidad o infelicidad, solo una respiración pacifica y unos sueños azucarados gracias a la presencia de su "chico soñado"

Tal vez el siguiente día seria el que tanto esperaban, tal vez su sueño de amar podría volverse real.

Quizá mañana todo se volvería mas lindo para los dos.

Confesión [Ryota Mitarai x Ultimate imposter]Where stories live. Discover now