Eres Mi Tentación🤤🔥| TERMINADA

Capítulo 29

Pau: Sebas, Calle!, que gusto de verlos – exclamó– malvada, no me dijiste que los habías invitado –Le dijo a Poché dándole un golpecito en el hombro.
Sebas: En realidad no sabíamos que estarían aquí, Poché me prestó la casa por el fin de semana – respondió Sebas mirándola como pidiéndole una explicación.
Poché: ¿Que no era el próximo fin de semana? – exclamó seria y confundida.
Pau: Bueno, hay suficiente espacio para los cuatro y así será mucho más divertido – agregó entusiasmada Pau casi brincando.

“Yo simplemente no podía hacer ni decir nada, estaba estupefacta tratando de procesar la información en mi mente, el shock había sido más grande a cuando me la topé en el estadio y lo que más me había molestado era haberla visto tan feliz con Pau, ¿cómo podía decir que no era su novia si parecía todo lo contrario? Lo único que atiné hacer fue agarrar a Sebas del brazo para sacarlo de la casa mientras le daba una mirada de odio a Poché que nos veía seriamente.”

Calle: ¿Ella fue quien te prestó la casa? – pregunté molesta afuera de la puerta principal.
Sebas: Sí – respondió parándose frente a mí.
Calle: No podemos quedarnos aquí, busquemos un hotel, al fin estamos a diez minutos del centro.
Sebas: Pero baby, ¿desde cuándo eres antisocial?
Calle: Baby? – pregunté extrañada olvidando por un segundo el origen de la pelea.
Sebas: dije Calle, por el enfado ya ni me escuchas bien.
Calle: Te escuché perfectamente bien y me dijiste baby, ¿desde cuándo me dices así?
Sebas: Ya sé porque fue la confusión – exclamó ignorando mi pregunta – es que primero le había dicho que vendríamos el siguiente fin de semana, pero como tengo que ir a… San Francisco en esa fecha le cambié el día a la mera hora, fue mi culpa Calle, perdón – se acercó y puso una mano en mi mentón – pero, no podemos hacerle un desaire cariño, Poché ha sido muy amable conmigo, además, se ve que a Pau le caes muy bien, será como aquel viaje que hicimos con nuestras amigas, acuérdate que la pasamos genial.

Calle: Pero, se suponía que la razón de este viaje era para estar solos tú y yo.
Sebas: Y lo estaremos cariño, ¿a poco crees que ellas no querrán estar solitas también? – Respondió guiñándome un ojo – anda, no seas así, serían prácticamente 3 días.

“Sentí como se me revolvió el estómago con la insinuación, la escenita de la cocina estaba muy fresca en mi mente y no quise ni pensar como hubiera terminado si no hubiésemos interrumpido. Sebas me dio un ligero beso en los labios y escuchamos que alguien carraspeaba, volteamos, pero él seguía sosteniendo mi mentón.”

Pau: Perdón, no quise interrumpir, la cena está casi lista, pasen y después vemos como nos acomodamos – exclamó Pau desde el umbral de la puerta, Poché estaba detrás de ella con una mirada de pocos amigos, como si quisiera fulminar a alguien.
Calle: Gracias Pau, pero nosotros acabamos de comer, además supongo que ustedes querrán estar solas, creo que será mejor que Sebas y yo nos vayamos a un hotel – dije separándome de él, pero entrelacé mi mano con la suya.
Poché: De ninguna manera, la que se confundió fui yo, las que debemos irnos somos nosotras Pau y yo – dijo abrazándola por la cintura.

Sebas: No, Poché, por supuesto que no, es tu casa, además la culpa fue mía porque primero te dije que vendríamos el siguiente fin de semana y apenas el martes te avise que llegaríamos hoy, yo fui el de la confusión.

Pau: Nadie se va a ir a ningún lado, quizá no somos mejores amigos ni amigas del mundo pero será grandioso convivir este fin de semana y conocernos más, ¿verdad, nena? – dijo Pau  mirando a Poché y le dio unas palmaditas en la mejilla.

Poché: Yo encantada, esta es su casa y Pau tiene razón, no veo ninguna razón para que no la podamos pasar bien los cuatro – respondió mientras chocaba delicadamente su cabeza con la de ella que le sonrió.

Sebas: Yo tampoco le veo mayor problema, es que Calle tenía la ilusión de que estuviéramos solos ella y yo – intervino dándome un beso en la comisura de los labios.

Pau: Calle, no te preocupes por eso, compartirán habitación, y Poché y yo podemos usar tapones en las orejas contra el ruido.
Calle: Pau, pero que cosas dices.–
Pau: Ay Calle, ya todos somos adultos aquí, no tiene nada de malo, anda, acompáñame a la cocina a terminar la cena – exclamó tomándome de la mano que tenía libre obligándome a caminar.

“Con dificultad solté a Sebas, yo seguía con el estómago hecho nudos por las muestras de afecto entre ella y Poché y cuando pasé a su lado le corrí la mirada furiosa y ella desvió la suya. Me excusé con Pau diciéndole que estaba muy cansada y que mejor aprovecharía para subir a acomodar mis pertenencias. Cuando salí de la cocina Poché y Sebas miraban la televisión y sostenían una copa en sus manos, sólo les dije buenas noches y subí corriendo las escaleras.”