3─Sobre el silencio y sus problemas.

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CAPÍTULO TRES:
Sobre el silencio y sus problemas.

CAPÍTULO TRES:Sobre el silencio y sus problemas

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CONNOR VOROBIOV

La casa estaba bañada en un profundo silencio; eso significaba problemas. Cuando sentí la soledad salí de mi cuarto, todo estaba a oscuras y supe que algo no andaba bien, bajé las escaleras que daban a la sala y le dí una rápida mirada al ambiente, el cual se encontraba completamente vacío, desde allí me dirigí a la cocina que estaba directamente conectada con la sala principal, di una vuelta y abrí el refrigerador, me quedé un rato mirando a ver si se me antojaba algo. Muy pronto perdí el interés y cerré la puerta, llevaba puesta una camiseta gris vieja y un pantalón a cuadros verdes y azules de pijama, era de mis vestimentas favoritas del día, disfrutaba sentirme tan cómodo. Los pensamientos vagos invadieron mi cabeza, y tiempo después recordé el por qué había iniciado mi búsqueda en la planta baja. También recordé que estaba cerca del refrigerador, así que volví a abrirlo y ahora con un poco más de apetito tomé una naranja, la lavé y busqué un cuchillo para cortarla por la mitad, antes de que me diera tiempo de volver a hacer un corte oí en la lejanía un quejido. Con mis dos trozos de naranja subí las escaleras y seguí el sonido que me había llamado la atención, provenía del cuarto de mis padres.

La casa tenía grandes proporciones, y la habitación principal se hallaba al final del pasillo, la misma tenía un gran baño privado, hasta ahí había llegado. Sentía cierto malestar cuando me ví decidido a abrir la puerta, como una premonición. Y es que ningún panorama era agradable en mi casa hacía mucho tiempo.

Sobre la tina vacía, y desahogandose de mareas de llanto mi madre se contenía. Y aunque me hubiera gustado que aquella escena fuera una sorpresa, era tan común que me espantaba. Me acerqué a donde estaba para recostarme a su lado, ella me miró: su maquillaje estaba corrido, sus labios temblaban, sus largos cabellos pelirrojos eran un vaivén de caminos y sus ojos azules estaban inundados. Mantuve una distancia razonable, no quería que se detuviera, necesitaba llorar, sacar todo lo que tenía adentro.

─ No quiero que me veas así, cariño─mencionó segundos después con dificultad, yo la observé y le sonreí con cierta compasión. Le cedí una de las rodajas de la naranja mientras yo devoraba la otra, ella la aceptó e hizo lo mismo. Cuando la terminó tomó la cáscara que yo tenía en mi mano y las dejó sobre el lavabo.

─ ¿Sabes? Hoy cuando venía para casa observaba las dimensiones de las casas, ya sabes, todas tenían medianamente el mismo tamaño, y de pronto te cruzabas con una casa, qué digo casa, mansión que abarcaba como cinco de las comunes...─relaté con serenidad en mi voz, sus ojos estaban sobre mí, se movían como buscando algún hilo en la historia tan aleatoria que la relacionara con la situación que estaba pasando.

─ ¿Y eso qué? No me dirás ahora que quieres estudiar arquitectura.

─ En un caso real querría ser millonario, ¿no lo crees?─deduje, mi madre sonrió de costado y luego se acercó a mí hasta dejar caer su cabeza sobre mi hombro descubierto, yo acaricié su cabello y le quité algunos mechones del rostro para observarla mejor.

─ ¿Cuál es tu punto?─preguntó.

─ Ninguno─respondí. Respiré profundamente y eché mi cabeza hacia atrás, al fin y al cabo disfrutaba del silencio.

─ Sobre tu padre...

Cuando la oí mencionarlo supe que no sería buena idea dejarla continuar, por mi espalda recorrió un sentimiento de cólera, y el discurso que repetía mi cabeza todos los días de mi vida se me escapaba de los labios y aunque hubiera deseado detenerlo en aquel momento me fue completamente imposible.

─ ¿A qué juegas, Ekaterina? Tú y papá se torturan mutuamente con esta relación, a estas alturas disfrutaría más de ambos si estuvieran en países diferentes. Si no son felices juntos, solo dejen de estarlo, creeme, no necesito tres años más de psicología para comprender que uno menos uno es cero, ¡por favor! Es como si disfrutaran de todo esta mierda después de todo, y sé que crees que digo puras babosadas, pero me queda muy claro que él único que está tomando buenas decisiones en este lugar soy yo, y eso debería preocuparlos, carajo─escupí cada palabra como una bala, y mi madre se apartó rápidamente de mi cuando pudo, su mirada se había cristalizado nuevamente, esta vez se puso de pie y se cruzó de brazos, yo permanecí sentado e indiferente al momento.

─ Eres muy joven para comprender─se excusó velozmente, en un intento de negar todas las verdades que le había presentado.

─ Sí, aparentemente seré eternamente joven como para comprender el por qué mi madre disfruta en estar en una relación de mierda, por qué diablos no termina con el dolor de una vez─vociferé con enfado mientras me levantaba, esta vez me acerqué a ella y la miré a los ojos atragantado de la ira.

─ ¡Nunca has estado enamorado, aún no tienes idea de lo que se siente!─insistió con esmero.

─ Sí el amor hace que tu hijo se acostumbre a verte llorar sobre una puta bañera todos los días, tu amor me da asco─repliqué, pasó de una tristeza imperturbable a una furia evidente, y a penas terminaba de decir la última palabra su mano ya estaba levantada y no tardó más de un segundo en estamparlo contra mi rostro. El golpe sobre mi mejilla ardía, no la miré a la cara mientras salía de ahí. Mi vista permaneció en el suelo hasta que llegué a mi habitación y me encerré allí.

Me senté en la cabecera de mi cama y froté suavemente con mi mano la marca del golpe.

─ Connor, cariño... ¿estás ahí?─su voz, ahora tan dulce como la miel, hablaba del otro lado de la puerta. Me negué a responder, y al rato escuché sus pasos alejarse de mi cuarto.

Dejé caer mi cuerpo sobre la cama y analicé cada línea de madera que tenía mi techo, buscando olvidarme un rato del caos. De la nada una luz suave cubrió el cielo de concreto que contemplaba, era mi teléfono, lo tomé entre mis manos y me dirigí a la bandeja de mensajes.

lorylight: Hey, ¿cómo va todo por Rusia?

BAD BOYS CRYHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin