4─Sobre Trevor y malas decisiones.

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CAPÍTULO CUATRO:
Sobre Trevor y malas decisiones.

CAPÍTULO CUATRO:Sobre Trevor y malas decisiones

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MALORY NEWMAN

La noche que conocí a Trevor todo había sido tan veloz e inexplicable que a veces me preguntaba si lo había soñado o imaginado. Estaba en una de las fiestas de Hope, de las más interesantes en las que había estado, cabe recalcar la ironía. Todas las reuniones que mi prima organizaba eran exactamente iguales, yo sentada en frente de la barra de la cocina a un lado de todas las botellas y vasos descartables esperando a que la noche terminara. Aquel día tenía especial ganas de irme de ese lugar, pero Hope no me lo permitiría por nada del mundo.

Ella creía que esa tortura me serviría de algo, pero esta muy equivocada. Me daba el suficiente para pensar en las cosas que buscaba olvidar la mayor parte del tiempo. Cuando estaba por el tercer trago oí alboroto en la sala principal, así que me bajé de mi asiento─el cual parecía que ya llevaba grabado mi nombre de tantas veces que lo usaba─ y me aproximé a la puerta, me apoyé sobre el marco y contemplé la escena.

Sabía perfectamente de quién se trataba el chico rubio del centro, y quien dijera que no lo conocía estaría mintiendo: Trevor Beaumont era el chico malo de la predio universitario este, el lobo solitario y lindo que tenía una banda en su garage y pésimas notas. Del otro lado su novia, Lyra Martin, estudiante de primer año y dueña de ─probablemente─ media ciudad. Nadie recordaba muy bien el momento que comenzaron a ser pareja, probablemente porque no llevarían más de tres días y Lyra solo quería molestar a sus padres presentandoles al chico rebelde de Lockport con su chaqueta de cuero y su rostro inexpresivo. Aunque me gustaría decir que había sido una discusión, solo escuchaba los chillidos de la joven Martin hacia Trevor, exigiéndole una explicación a su ruptura tan repentina y en medio de la fiesta de Hope King.

Yo me limité a presenciar la escena de humillación y gritos, uno hasta había apagado la música para poder entender mejor lo que decían. El rubio se veía inerte, como si los gritos que vociferaba su ahora ex novia no fueran para él.

─ ¿Terminaste de dar tu show?─fue lo único que dijo luego de que Lyra terminara con sus acusaciones, los ojos de la chica se llenaron de lágrimas, tomó a Hope del brazo y salió corriendo a la salida. Cuando el silencio incómodo acabó y la gente comenzó a dispersarse parecía que todo había vuelto a la normalidad. Él en su rostro llevaba una sonrisa cínica, y en su mano un vaso vacío, por lo que no tardó mucho en dirigirse a la cocina. Yo aún permanecía recostada sobre el marco de la puerta, y seguí todos sus movimientos con la mirada sin disimulo alguno.

Cuando estaba preparándose un Manhattan, levantó la mirada para observarme y sonreír con cierta ironía.

─ ¿Quieres un autógrafo?─bromeó. Trevor era tan solo unos centímetros más alto y tenía unos ojos verdes tan claros que parecían los de un ángel, claro estaba que de ángel no tenía absolutamente nada. Llevaba puesto unos pantalones de jean negro y una camiseta blanca con el estampado del logo de su banda. Era de contextura fornida, algo que era de esperar porque había pasado parte de su niñez y adolescencia realizando trabajos pesados en la granja de su abuelo.

─ ¿Así que rompes corazones por vocación? ─mencioné segundos después, él me sonrió con cierta dulzura y comenzó a acercarse a mí.

─ No los rompo, se los devuelvo ─me susurró al oído cuando estuvo a la distancia adecuada para hacerlo, se había alejado un poco, pero nuestros rostros sólo los separaban un par de pocos centímetros. Desde aquella distancia sus ojos verdes parecían grises y sentía algo revuelto mi estómago, no estaba segura si eran efectos secundarios de la ronda de cerveza o su presencia tan intensa.

─ Así que pareces ser muy amable, ¿no es así?─deduje segundos después.

─ ¿Qué quieres de mí? Solo es cuestión de diversión, y cuando deja de ser divertido hay que abandonar el juego─respondió rápidamente mientras alejaba su persona de mí, se acercó a la barra para tomar entre sus manos el Manhattan que había preparado, y cuando parecía determinado a irse de allí mis palabras ─o las de mi subconsciente─ salieron de mi boca sin aviso alguno.

─ Pues qué juego de mierda─. En su mirada divisé cierta curiosidad, y lo confirmé cuando se volvió hacia mí esta vez para acorralarme, en medio de la puerta que daba a la cocina, en uno de los extremos estaba yo, y del otro él.

─ ¿Y tú de dónde has salido? ─interrogó con cierta tonalidad juguetona, yo sonreí por inercia y acorté un poco más la distancia.

─ Del baño ─respondí rápidamente seguida de una carcajada estruendosa, Trevor me cedió el Manhattan y yo le dí un trago.

─ ¿Cuál es tu nombre?

─ Malory ─reí, él no perdió tiempo para acariciar con su mano mi cabello y darle un par de vueltas. La música había cesado hacía tiempo y la casa estaba completamente desierta.

─ Eres muy hermosa, Malory─murmuró con suavidad.

─ Y tú un gran idiota, Trevor─formulé, había causado que esta vez en su rostro se formaron hoyuelos cuando sonrió y algo dentro mío dió una voltereta. Negar que Trevor era atractivo y que su sonrisa era increíblemente preciosa era como negar que la tierra era redonda.

No estaba muy segura como había llegado a encontrarme en los brazos de Trevor, ni tampoco podía explicar las ganas de besarlo que se había generado en mi interior. Y me hubiera gustado poder culpar al alcohol, pero en mi sangre estaba el tomar las malas decisiones. Nuestros labios estaban tan cerca en ese momento que deseaba que no tardara más. Sus manos rodeaban mi cintura y solo me había atraído más a él.

─ ¡Malory qué demonios! ─vociferó Hope mientras me tomaba de la muñeca y me sacaba de la situación ─ Trevor, vete de mi jodida casa y no regreses, maldito idiota─amenazó mi prima con una ira inigualable.

El rubio se encogió de hombros y asintió. Antes de salir de allí, se dió la vuelta y me guiñó un ojo, yo le respondí con una pequeña sonrisa y Hope dijo un par de groserías hasta que lo vió irse por completo. Se volteó hacia mí y me tomó de las manos.

─ ¿Te has vuelto loca? ¡Malory, carajo! ¿Acaso no viste todo ese drama?

─ Es muy lindo, ¿no lo crees?

─ Solo estás ebria, te llevaré a casa─farfulló segundos después de analizar mi mirada─ No te hagas esto, Mal.

Pero era cuestión de tiempo para que volviera a reencontrarme con un destino que era de esperar, Trevor me había gustado, más de lo que mi parte razonable podía comprender. No sabía si era por el hecho de que con ese rostro de ángel tuviera fama de ser un chico malo, o porque yo era una completa idiota para escoger a mis parejas, pero en él sentía una atracción extraña. Como cuando vez el fuego por primera vez y quieres intentar tocarlo, al final descubres que te quemas.

Pero a estas alturas, aparentemente, me importaba una mierda quemarme.

BAD BOYS CRYOnde histórias criam vida. Descubra agora