Seamos infieles. [ChanBaek] ©

El poder de la manipulación

- Buen provecho - ambos chicos sonrieron dando una leve reverencia cuando la comida fue dejada en su mesa y tomando los cubiertos se miraron.

- Buen provecho Chanyeol - el mayor soltó una risita y le guiño el ojo.

- buen provecho BaekHyun - el silencio crecio mientras ambos comían y platicaban animadamente a la vez que miraba la playa no tan lejos de ellos gracias a el gran ventanal que aquel restaurante tenia.

- ¿Cuándo es la fecha para lo de mi custodia? - el hombre pareció pensarlo por unos minutos y fruncio el ceño.

- Creo que la semana que viene ¿Porque?

- De verdad quiero quedarme contigo - sus mejillas enrojecieron cuando los largos dedos del otro las acariciaron delicadamente y beso su frente.

- Se como funciona esto, yo estoy más apto para cuidarte que tu madre, tranquilo - el menor sonrió levemente y asintió - todo va a salir bien - apretó levemente una de sus manos tras tomarla y le sonrió.

- confió en ti - ambos se asustaron cuando el teléfono de BaekHyun comenzó a sonar. - es mamá - murmuró tomandolo y mirando la pantalla.

- Contesta - bajo la atenta mirada de su padre BaekHyun contestó y el mayor fruncio el ceño ante su reacción.

- ¿Q-que? - las manos del menor comenzaron a temblar y sus ojos no tardaron en encontrar los de su padre. - ¿En que hospital está? Bien, llegare lo antes posible...- murmuró y con esto corto la llamada.

- ¿Que paso?

- Se desmayó, está de camino al hospital regional - Chanyeol tomo sus llaves y dio un último sorbo a su juguito de cereza.

- Vamos - tomo la mano de BaekHyun y lo arrastro fuera del lugar dejando un billete de 100 en las manos del mesero y sin preocuparse de pagar correctamente. - Tu madre es muy dramatica cuando va a los hoapitales así que es mejor que estes allí cuando ella despierte

- Aveces pienso que tu gusto en las mujeres es muy malo - murmuró el otro esperando no ser escuchado.

- tenía dieciocho, ¿Crees qué estaba consiente de lo que hacia?

- Tengo dieciséis y mirame aquí saliendo contigo - contestó el menor. - ¿Tan estúpido eras papi?

- Callate - le pellizco el brazo sacándole un chillido junto con una risa al menor y luego ambos se montaron al auto.