quince.

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quince.
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ㅤLlegué al restaurante diez minutos tarde. Siendo yo, nadie se habría preguntado por mí, pero, sin embargo, no me gustaba llegar con retraso. Muchas veces, apareciendo más tarde de la hora quedada, llamaba mucho más la atención y eso era algo que odiaba. Observé a mi alrededor, encontrándome a todos de pie en la entrada, hablando entre ellos. Me fui acercando, andando muy despacio aún dudando de haber decidido ir. Busqué a Yuqi con la mirada mientras andaba, esperando tener al menos a alguien a quien aferrarme. No tuve que esforzarme mucho porque ella se presentó frente a mí unas milésimas de segundo después.

ㅤ—¡Sakura! —me abrazó repentinamente, a la vez que una sonrisa se empezaba a formar en su rostro. Yo le respondí al abrazo sorprendida.

ㅤ—Hola, Yuqi —nos separamos y me miró. Solamente fue un abrazo en modo de saludo que tampoco esperaba que durase mucho más de cinco segundos—. Siento llegar tarde —añadí disculpándome.

ㅤ—¿Tarde? —se sorprendió y rio—. Yo acabo de llegar hace un minuto como mucho —hizo un gesto con la mano para restarle importancia al asunto y yo reí con ella, un poco incómoda. Súbitamente, me agarró del brazo y me arrastró hacia su grupo de amigas. Ya había hablado con ellas en muchas ocasiones, pero siempre me daba angustia tener que mantener una conversación con gente que prácticamente no conocía. Sin embargo, había llegado a allí sola y no podía estar en una esquina apartada durante toda la cena. Además de que Yuqi me arrastró tan rápidamente que no tuve tiempo de resistirme. Todas sus amigas estaban hablando entre ellas así que ni se dieron cuenta de que estábamos yendo hasta que Yuqi exclamó algo—. ¡Ey! ¡Mirad, ha venido Sakura!

ㅤNada más escucharon a su amiga, se giraron hacia nosotras e instantáneamente, todas tenían una expresión desconcertada. Ni siquiera tenía que preguntarles por qué. Probablemente nadie de los que estaban allí presentes, excepto Yuqi y porque le había avisado, esperaban verme allí ese día.

ㅤ—¡Hola! —me saludó Kazumi, una chica de pelo corto que no le llegaba ni siquiera a los hombros. A parte de con Yuqi, ella era con la que más había hablado. Se sentaba cerca de mí en nuestra clase de matemáticas, así que muchas veces compartíamos pequeñas conversaciones. Nunca llegó a más, pero al menos era algo.

ㅤTodas las demás la imitaron, saludándome a la vez como si lo tuvieran decidido de antemano.

ㅤ—Hola —les respondí tímidamente, casi en un susurro.

ㅤ—Oye, Aimi —llamó Yuqi a una de las chicas—, ¿cuándo vamos a entrar? —miré a aquella chica. No sabía quién era por el nombre, pero todas las demás miraron a una chica de pelo recogido y flequillo que vestía un vestido negro de lunares blancos. Supuse que era ella la que había organizado la cena.

ㅤ—Un momento. Voy a preguntar si todo está preparado —le respondió a Yuqi y después entró al restaurante. La seguí con la mirada. Su coleta alta dejaba caer su pelo sobre sus hombros, moviéndolo de un lado a otro, y sus zapatos salpicaban el agua que había sobre las baldosas del suelo. Algunas personas se giraron a decirle algo mientras ella caminaba hacia la puerta, pero no se detuvo del todo. Una vez había desaparecido de mi vista, volví mi atención al grupo de chicas que seguían hablando de algo de lo que no me había enterado.

ㅤMe revolví en el sitio, empezando a sentirme incómoda. Yuqi estaba a mi lado aún, pero estaba enfrascada en un debate con Kazumi. Después de prestar unos segundos de atención, supe que estaban discutiendo sobre si la película que habían sacado hacía unos días era mejor que el libro en el que se había basado. Sabía de qué libro hablaban, pero era un romance tóxico y yo no me lo había leído. Mientras tanto, me volví a mi mundo en el que nadie podía molestarme. Empecé a pensar en cualquier cosa y me pregunté cómo entraríamos todos en aquel restaurante, teniendo en cuenta que éramos unas treinta y cinco personas como mínimo. Antes de que empezase a volverme loca, Aimi volvió a salir. Aunque, en vez de acercarse a nosotras, se quedó en la puerta y gritó algo.

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