Capítulo II

164 18 2
                                    

Alguien se sentó al lado mío, suspiré de alivio, sea quien fuese, estaba a punto de sacarme de un aprieto.

—¡Minah! Perdón por hacerte esperar—aquella voz tan masculina, acompañada de unos bonitos hoyuelos. Era él, Namjoon.
—¡N-no te preocupes!—exclamé aliviada.
—Vamos, que se nos hace tarde—dijo fingiendo que habíamos quedado anteriormente.
—Si, si—me levanté rápidamente, sin mirar al señor que se había sentado a mi lado y caminé con Namjoon y Yeontan.

Me calmé bastante, pero seguía algo asustada por ese personaje que me estaba acosando.

—Muchas gracias Namjoon, de nuevo, la verdad no sabía como salir de ahí.
—No te preocupes, te he visto agobiada y he tenido que intervenir.
—No cualquiera hubiera hecho eso, de todas formas.
—Lo sé, quiero ser de esas pocas personas—me dijo con una sonrisa—bueno, me tengo que ir.
—Vale, espero que la próxima vez coincidamos en mejores condiciones.
—Eso espero ¡Adiós!

Y se fue, sin echar la vista atrás, siendo de nuevo, un héroe para mí.

Volví a casa y dejé a Yeontan en su cama, para poder prepararme, ya que tenía que ir a trabajar.

Después de dejar la comida y bebida preparada para Tannie, me fui.

Llegué y ahí estaba mi compañero de trabajo, Jeon Jungkook, preparando un café para, seguramente, el señor que estaba esperando en la barra.

—Buenas tardes—saludé y me miró.
—Buenas ¿Llegaste bien a casa?—preguntó, él sabía que saldría tarde de trabajar, quería recogerme en coche y sin embargo me negué, fui idiota.
—Si, claro, gracias por preguntar.
—Obviamente, no quiero que te pase nada malo—me sonrió. Kook era un chico muy humilde y simpático.

Sirvió en café y se sentó, ya que no había más gente.

—Hoy viene un DJ a la discoteca "Dionysus" ¿Vas a ir?
—No sé, le preguntaré a Jimin.
—Si no, puedes venir conmigo y mis amigos—propuso.
—Vale, yo te aviso.

Cada vez venían más clientes, lo que suponía más estrés y presión, pero ya me había acostumbrado a este modo de trabajo, aunque a veces tenía ganas de huir y no volver.

Por fin era hora de cerrar, solo faltaba un cliente de irse, pero yo ya estaba recogiendo. Quería terminar para irme con Jimin a aquella famosa discoteca.

—Hoy vas mucho más rápida que de costumbre.
—Lo sé, quiero irme ya—reímos.
—Solo falta limpiar las mesas.

Batí mi propio récord limpiando, haciendo así que pudiera salir más temprano.

Lo primero que hice fue llamar a Jimin para que me viniera a recoger, ya que obviamente, seguía con miedo por lo que pasó la anterior noche.

Vino, tan guapo como siempre, estaba arreglado para salir.

—No es justo, yo también me quiero preparar, no puedo ir con estas pintas a la discoteca.
—Vale, vamos a tu casa—salió para abrirme la puerta trasera del coche.
—Gracias.

Llegamos a mi casa. Abrí la puerta y entramos, fui a mi habitación para, lo primero, vestirme.

Decidí estrenar aquel vestido negro, corto, con un escote no muy pronunciado. Lo había comprado hace unas semanas, pero no veía el momento de ponérmelo.

Me miré al espejo y vi que me quedaba bastante bien, así que pasé al cabello.

—Minah, me aburro.
—Plánchame el pelo entonces—le propuse y aceptó.

Saqué la plancha y la encendí, se la di a Jimin y esperó a que se calentara para comenzar a alisar mi cabello.

—Minah.
—Dime, Jimin.
—¿Puedo quedarme a dormir en tu casa?—preguntó y me imaginé porque.
—Has vuelto a discutir con tu madre ¿Verdad?
—Si...

Jimin no tenía buena relación con su mamá, desde que su padre murió, todo cambió de una forma drástica.
Siempre reñían y cada vez que lo hacían, ella le castigaba sin comer o cenar, excusándose diciendo "Mi casa mis normas". Por este motivo, Jimin solía quedarse en mi casa, ha llegado a pasar días enteros, a mí no me importaba, ya que era mi mejor amigo y amaba pasar el tiempo con él.

—¿Porqué habéis discutido esta vez?
—Hoy no ha sido por cualquier tontería como otras veces, hoy me ha culpado por la muerte de mi padre, diciendo que fue todo porque él quería comprarme un perrito y murió en ese accidente por mí—me explicó con la voz a punto de romperse por el llanto, sin embargo, logró aguantar sin llorar.
—Joder... No le hagas caso, no fue culpa de nadie ¿Entiendes?
—No sé, quizá ella tenga razón.
—No vuelvas a decir eso, Jimin—amenacé—no puedes martirizarte así, deja de pensar eso ¿Vale?
—Lo intentaré.

Siguió planchando mi pelo hasta que terminó.

—Estás preciosa—dijo mirándome, con una sincera sonrisa.
—Gracias. Ahora solo me queda maquillarme.
—Ponme Netflix que vas a tardar.

Me reí porque él tenía razón y le encendí la televisión.

Primero me eché una crema hidratante para aplicar la base, también el corrector e iluminador. Seguí con mis cejas y ojos para acabar pintándome los labios de rojo.

—Gírate—ordenó Jimin para poder verme.
—¿Qué tal estoy?
—Como el pivón que eres.

Se levantó y me abrazó, le correspondí y él me besó la frente.

—Y ahora, vamos.

Nos montamos en el coche y fuimos hacia la discoteca, poniendo la radio y cantando como auténticos locos, en ese trayecto olvidamos nuestros problemas y sentíamos que no podíamos estar mejor.

Aparcó y abrió mi puerta para ayudarme a bajar, traía unos tacones no muy altos, pero aún así no me llevaba muy bien con ellos. Divisé el local, el cual tenía un cartel enorme donde decía su nombre "Dionysus".

—Creo que también te ayudaré a llegar hasta la disco—dijo Jimin viendo lo torpe que podía llegar a ser.
—Si no es mucha molestia—me reí.

Me agarró del brazo caballerosamente y caminamos hasta dentro del lugar. Había mucha gente, casi ni se podía pasar.

—¿Nos pedimos algo de beber?—preguntó mi amigo y yo asentí.

Fuimos a la barra, elegimos dos cervezas. El barman estaba bastante ajetreado, porque tenía un montón de personas pidiendo, me recordaba a mí cuando había mucha gente en el bar que trabajaba.

Al fin nos sirvió las dos cervezas, yo cogí la mía y comencé a beber. No era muy fan de esta bebida, pero al ser la más barata, decidí pedirla. Jimin era amante de la cerveza, siempre que íbamos a un bar o salíamos de fiesta la pedía, aún teniendo una infinidad de alcohol para elegir.

Ya había llegado aquel DJ por el cual todos habíamos ido al local, era un chico alto, con muchos tatuajes, pelo teñido de rubio y muchas ganas de fiesta. Comenzó a pinchar su música y yo me levanté para bailar con Jimin, el cual, a pesar de negarse en un principio, acabó cediendo.
Casi ni podíamos movernos, un montón de gente ocupaba la pista, pero no era problema para mí, ya que  buscaba mis huecos y seguía bailando.

Alguien golpeó mi espalda haciendo que me girase algo molesta.

~

¿Quién será? ¿Un borracho? ¿Alguna vieja amistad?

Si has llegado hasta aquí gracias por leer mi fanfic, me está costando tan poco desarrollarlo que me recuerda a cuando hice "Viviendo con Yoongi". Estoy disfrutando mucho haciendo este fanfic💛

Jimin preparado para ir de fiesta🔥

Guardian angel|K.NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora