37

12.1K 734 89
                                    

37

James.

Observo a mi padre, que se acomoda en el centro de mi oficina.

Hay poco que no conozca sobre él. Mi padre me enseñó todo lo que sé; desde que era un niño comenzó a llevarme a su oficina, me presentó al personal y, a los quince años me preguntó por primera vez mi opinión sobre un nuevo hotel que estaban diseñando. Fue el Middleton, y me permitió participar en ese proyecto.

Mi primo Andrew, comenzó a trabajar para mi padre cuando tenía veintiséis años. Eso significa, hace tres años atrás.

Tres comparado con más de diez años, no significa malditamente nada.

Entonces, se sus movimientos y sus tácticas a la hora de empezar una negociación. También lo veo cuando conoce a una persona nueva. Es viejo, pero no un imbécil. Está donde está, gracias a su facilidad de leer a las personas.

Tengo eso también de él.

Por esa razón, sé que hay algo raro aquí. Por más de que Claire lo niegue, estoy seguro de que algo ocurrió. Mi padre no es un hombre conocido por cerrar la boca, algo le habrá dicho, tal vez con respecto al dinero que transferí en su cuenta, y la molestó.

Claire tampoco es conocida por callarse. Y su rostro lo dice todo cuando está molesta. Por eso sé que algo ocurrió, y me molesta que no me lo diga.

Vuelvo la vista a mi padre, mientras se sienta en el sofá individual. Tomo asiento frente a él. Hay algo rondando por su cabeza, como si no estuviera seguro sobre qué decir. Ayer hablé con su abogado, me dijo que, al parecer, mi padre estaba cerca de tomar una decisión. O, al menos, tenía que hacerlo. Supuestamente, Vince mencionó que Andrew Miller tenía pensando dejar su puesto a mitad de año.

—Así que... Hay algo que tengo que decirte, hijo.—dice, inclinándose hacia atrás.

Sé que es sobre la empresa. Lo sé. Tomó su decisión, está escrito por todo su rostro. Le hago un gesto para que continúe hablando mientras comienzo a quitar mi corbata. Las detesto. Son jodidamente incómodas. Y solo comencé a usarlas cuando supe que el puesto de mi padre estaba en juego; él decía que él no usar corbatas era informal. No tenía una maldita idea de cómo hacerle el nudo; gracias a los jodidos cielos que Claire se encargó de eso por mí.

—Como sabes, no estoy volviéndome más jóven. Y creo que ya es hora de continuar con mi vida. Vivirla.—se encoge de hombros.—Te mencioné que tenía pensado dejarle mi puesto a ti o a tu primo. Los quiero a los dos.—frunzo el ceño. Maldita sea, soy su jodido hijo.—Pero tengo que tomar una decisión, y estar seguro de que sea la correcta. Después de todo, estoy hablando de mi empresa, que construí con mucho esfuerzo y sudor. Así que, tenía condiciones.—junta las manos frente a él, mirándome atentamente, esperando por una reacción mía. No se la doy. Actúo como si no tuviera idea de lo que está hablando.

—¿Condiciones? ¿Para ganar la empresa?—suelto una pequeña risa.—¿Por qué no me sorprende?

Mi padre se encoge de hombros con una sonrisa, antes de sacar de su bolsillo unos papeles. Los tomo rápidamente cuando me lo entrega, aunque sé de lo que se trata. Es el contrato con las condiciones que hizo con su abogado. Y como jamás lo leí, porque Vince fue el que me dijo lo que decía, comienzo a leerlo.

Primeramente habla que si le llega a ocurrir algo, la empresa quedará bajo el nombre de Harlow y Violet hasta que alguno logre cumplir con sus condiciones. Pero ellas no podrán ejercer el trabajo, sólo estarán al tanto de cada decisión importante que se tome, mientras tanto su abogado asistirá a todas las reuniones, comunicándoles a mis hermanas lo que ocurre.

Hasta que el contrato nos separe. ©Where stories live. Discover now