BNHA x Reader «One-Shots and more»

Ahora comprendo...«I.K.»

Advertencia: Mención de una relación chica x chica
A/N: ¡Al fin un one-shot yuri jsjsjs! Aunque yo no le diría 'yuri', pero la imagen está bonita :')

No lo entendías muy bien, no entendías por qué tus padres odiaban tanto a aquellas parejas homosexuales.

Cuando eras una niña de apenas 6 años, deseabas convertirte en una hermosa princesa como los veías en las películas que tanto te gustaban.

—¿Por qué las princesas siempre se enamoran de príncipes y no de otras princesas?

Recordabas bien el momento que habías realizado esa inocente pregunta a tus padres, claro que no podrías olvidarlo, no después de los golpes que recibiste de tus progenitores. Entre tanto dolor y llanto, prometiste nunca más hacer ese tipo de preguntas, pero a un niño no se le puede reprimir de las dudas que posee.

Ahora, con 16 años, aún no conocías el significado del 'amor'. Tus padres te decían que no era algo importante, que primero debías de concentrarte en tus estudios y alcanzar tu meta de ser una profesional algún día, que deberías estar agradecida por lograra entrar a la prestigiosa Academia de héroes, UA.

O al menos eso creías hasta que la conociste.

Su sedoso cabello anaranjado, aquellos ojos tan resplandecientes como su sonrisa.

Te habías enamorado de ella, y te odiabas por eso. Odiabas cada sensación que experimentabas con solo verla. Odiabas querer acariciar su mano y sentir la suavidad de estás. Odiabas tener la necesidad de acaparar toda su atención solo para ti. Odiabas el hecho de querer besar sus labios y descubrir nuevas sensaciones a su lado.

¿Pero que podrías hacer? Nada, no podías hacer nada.

Ella nunca se interesaría en alguien como tú, mejor dicho, no se fijaría en otra mujer. La conocías bien. Conocías perfectamente cómo es que ella miraba a Tetsutetsu, conocías bien cómo ella se comportaba al estar al lado del chico, conocías muy bien los sentimientos de ella hacía el chico de quirk de acero.

Por el hecho de no querer aceptarlo, te hundiste más en el sufrimiento, fingiendo ignorar lo que era verdadero para endulzar la mentira.

—Me gustas mucho, Tetsutetsu —La de cabellos anaranjados tenía un tono carmesí en sus mejillas, haciéndola ver extremadamente tierna a los ojos del antes mencionado—. Sé que puede ser algo inesperado —murmuró algo apenada, acomodándose los mechones atrás de su oreja—, pero no podía ocultarlo más.

Tetsutetsu le sonrió a la chica, haciendo que ella igual lo hiciera. —Tú igual me gustas, Kendo —respondió finalmente para sellar su amor con un pequeño beso.

Pasaron los días y el dolor se hacía insoportable. Ya no era un secreto que ellos dos estuvieran saliendo, toda la clase lo sabía, al igual que notaron que tu comportamiento ya no era el mismo haciéndolos sospechar que gustabas de Tetsutetsu.

—¡No estoy enamorada de él! —exclamaste furiosa al rubio, que por varios días no paraba de insinuar que guardabas sentimientos por el chico de metal

—¿Entonces por qué cambiaste?

Era cierto, después de que su relación había salido a la luz, cambiaste. Eras grosera con tus compañeros y amigos, los ignorabas y evitabas que se te acercaran.

Quedaste en silencio ante su pregunta.—Eres igual de despreciable que la clase 2-A.

¿Valió la pena arruinar toda tu vida solo por un corazón roto?

¡Claro que no!

Te arrepentías de haber actuado así, ellos no merecían ese mal trato que recibieron de tu parte solo por un sentimiento egoísta.

Ahora comprendías por qué tus padres odiaban a los homosexuales.

Ahora te odiabas a ti misma.