⠀ ⠀⠀ ⠀𝐄𝐋 𝐃𝐈𝐎𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐄𝐍𝐆𝐀𝐍̃𝐎... 𝐘 𝐃𝐀𝐑𝐂𝐘;; Las mentiras sólo llevan a más mentiras que con el tiempo regresan a ti, hasta que no eres capaz de ver la verdad en lo evidente.
Darcy Lewis es una joven sencilla y normal, bastante intel...
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Loki estaba atacando la ciudad de nuevo. Sin embargo, esta vez no estaba solo.
El piso se sacudía bajo los pies de Darcy mientras corría hacia aquella alta torre que se construía frente a sus ojos, a base de escombros que se arrancaban del suelo y de las construcciones destruidas en la ciudad. En lo más alto, como si ya fuese el rey absoluto del universo, se veía la imponente y delirante figura del Dios que le había hecho creer todas y cada una de sus mentiras una y otra vez a lo largo de aquel año.
Entre el caos y los gritos, era ahí donde Loki pertenecía.
Un ejército de los sirvientes del Dios de las Mentiras, a los que llamaba The Starks, llegó hasta el lugar intentando impedirles el paso a los Avengers, que se estaban encargando de ellos en ese momento. Darcy se detuvo frente a la gran masa gris de enormes trozos de piedra rota y se concentró tanto como fue capaz. De sus manos comenzó a brotar aquella incandescente energía azul que el Dios del Engaño le había enseñado a utilizar, y en la que por lo menos podía confiar. Después de todo, aquella energía era lo único que los había unido...
—¡La chica! —exclamó Natasha en un tono alterado. Por primera vez desde que la conoció, la escuchó fuera de sí—. ¡Steve, haz algo!
Un mar de confusión se adueñó de la cabeza de Darcy. Intentaba controlar su poder, pero le era casi imposible entre los gritos de sus amigos, entre el ruido del enemigo, el pitido incesante en sus oídos, y las voces lejanas que comenzaban a acercarse como si le susurrara dentro del cerebro. Un sentimiento afilado se adueñó de su pecho, casi impidiéndole respirar. Era miedo.
—¡Tráiganla de vuelta! —exigió Logan a gritos furiosos.
—¡Lewis, regresa aquí, ahora! —chillaba Jean.
—¡Darrcy, no lo hagas! —suplicó Wanda, con ese adorable acento que remarcaba las erres.
—¡Mierda! —gritó IronMan—. ¡No la dejen llegar a hasta él!
—¡Tony, ese lenguaje! —escuchó la voz del Capitán América en la lejanía. Después se dirigió a ella, preocupado—. ¡Darcy! ¡Vuelve aquí! ¡¿Qué se supone que haces?!
Sonrió ante la preocupación de sus amigos, sintiendo su corazón palpitar acelerado. No quería que sufrieran, pero esta pelea era suya. Loki era su responsabilidad, y debía ser Darcy quien terminara todo ese desastre que él y el imbécil de Proteus estaban causando por ella.
—Lo voy a resolver todo —aseguró, antes de estampar su puño contra la torre. Una gran abertura se abrió ante sus mis ojos, recibiéndola. Se giró a verlos y sonrió—. Estaré bien.
