Cap 15: Responsabilidades

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Leona se despertó de un sobresalto. Se sintió desorientada al verse envuelta en las sábanas de una cama y pudo notar que estaba en una pequeña sala.

El lugar estaba iluminado magicamente, pero las dos pequeñas fuentes mágicas del lugar apenas si llegaban a dar un poco de luz, suficiente para distinguir los objetos, mas no eliminaban la oscuridad por completo.

Se giró, y vió que las placas doradas de su armadura se encontraban sobre una mesa un poco alejada de la cama, por último reparó en sí míma y se fijó que estaba vestida sólo con las mallas que evitaban el roce de las placas con la piel.

Una punzada de dolor en su frente le hizo llevarse la mano izquierda a la zona, sintiendo la textura de los vendajes húmedos que le cubrían la zona.

Recordó los eventos de la noche anterior y la espada de Diana descendiendo sobre ella. Pero, contrario a lo que pensaba, no fué el filo lo que fue a dar en su rostro, parecía que al último instante Diana habia girado su espada y le había dado de lleno con el mango, dejandola en su actual estado.

Se levantó con cuidado y fué directo a donde se encontraba su armadura, encontrandose con que el hermoso dorado que brillaba incluso con la tenue luz de la habitación se encontraba manchado de carmesí en muchos lados.

Llamarlo solamente gotas salpicadas no hacia justicia, despues de todo, había partes como la pechera y uno de los protectores del muslo que estaban completamente manchados de la sustancia pegajosa y rojiza.

Continuo rebuscando entre las cosas y entonces halló algo que no debería estar allí.

Un pequeño objeto de un precioso dorado aun mas brillante que su propia armadura, con unas pequeñas piedras preciosas incrustadas en él.

Leona conocía muy bien el anillo que ahora sostenia en su palma.

"No volveras a estar sola"

Susurro las palabras que debían estar grabadas en Rakkoriano antiguo.

La luz no era suficiente para leer los grabados en su interior, pero estaba segura de ello, después de todo éste era el anillo que le hábia obsequiado a Diana hace apenas una semana.

No pudo evitar que sus ojos se humedecieran y que una pequeña presión se formara en su pecho. Había fallado, de todas las maneras posibles.

La armadura empapada en la sangre de los ciudadanos que confiado en ella, los soldados que fueron sus compañeros y los ancianos que la recibieron y educaron como una ciudadana más le gritaba que había fracasado a su juramento de protegerlos.

Por otro lado, el anillo que le había obsequiado a Diana y por algun motivo estaba en sus pertenencias le recordaba que había roto su promesa con ella. No pudo evitar que fuera encerrada, tampoco sabía que había sido sentenciada a muerte, y aún, cuando buscó por su ayuda, ella se quedó paralizada del miedo por las palabras del general.

De haber sabido que las cosas terminarían así... Entonces, debió haberla ayudado en ese momento, si solo hubiese escuchado lo que su corazón le gritaba, quizas habria evitado esta masacre.

En otras palabras, había sido su culpa. No era digna de ser la guía que los Solari esperaban que fuera, y mucho menos era digna de ser el Avatar del Sol.

Unas voces en la entrada y el sonido de la puerta de madera abriendose le hizo girarse para encontrarse con dos hombres, uno con una armadura de cuerpo completo y el otro con una túnica blanca-grisácea cubriéndole.

El de la túnica recitó unas palabras y movio sus manos, aumentando la luminosidad que emanaba de las fuentes de luz mágicas.

-Señorita- Dijo el de la armadura -Veo que se encuentra en mejor estado, pero creo que es poco prudente que esté de pie-

La cima del Monte Targon [Diana x Leona FanFic]Where stories live. Discover now