Parte Única

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Nadie puede elegir cómo venir al mundo.

No tenías derecho a elegir, pero tenías la opción de aceptar. Simplemente naces y aceptas, un ritual tan milenario como la vida misma.

Aunque aun así, muchos lograban cambiar pequeños detalles, pequeñas cosas que consideraban defectos.

A Shoto Todoroki le gustaría cambiar.

Deseaba hacerlo.

No le gustaba su aspecto llamativo, la nieve y el fuego danzaban en las finas hebras de su cabello, sus ojos dispares eran como un contraste de tierra y cielo que vivían en sus irises, todo como una gran y patética ironía de la vida. No le gustaba su cuerpo fuerte y grande, su padre lo alababa diciendo que era la figura digna de todo un alfa, pero Shoto no podía pensar igual, porque era consciente de que con un solo desliz de sus emociones podría herir a alguien antes de notarlo.

Y por sobre todo, no le gustaba haber nacido como un alfa, como uno más en el eslabón máximo y cruel de la humanidad.

No le gustaba.

Pero sin duda alguna lo que más odiaba era el nombre que rodeaba su muñeca, el nombre que el destino había puesto para volverse la mitad de su alma, una parte gemela que estaba obligado a adorar y amar.

No... no podía decidir nada.

Ni siquiera a quien amar.

Lo sabe ahora más que nunca. Lo sabe cuándo ve a ese precioso joven de mejillas pecosas verse al espejo, lo sabe al verle con un traje blanco como su alma y corazón, lo sabe al notar sus rizos peinados y lo sabe al ver la sortija dorada que carga en su dedo.

El amor de su vida está por casarse y él no es la otra persona en el contrato.

La bilis subió por su garganta a arañazos y una bala de acero se plantó en su pecho. Odiaba esa sensación, odiaba esa sonrisa forzada en los perfectos labios de Midoriya, odiaba esa mirada profunda cargada de tristeza, y odiaba que ese chico tuviera su corazón.

Odiaba a Izuku Midoriya con cada fibra de su ser

Todoroki no comprendía el absurdo mundo en el que nació, no comprendía sus leyes, no comprendía por qué las normas las ponía otro y él solo estaba destinado a seguirlas.

Su alma clamaba libertad y este mundo no se lo permitía, su gente no se lo permitía, solo le dejaban seguir el mismo camino de los demás, le dejaban bajar la cabeza y aceptar.

Crecer, estudiar, volverse profesional, encontrar a su alma gemela, casarse y formar una familia para que sus hijos siguieran el mismo ciclo insípido lleno de decepción.

Shoto lo odiaba.

Odiaba el nombre de Momo Yaoyorozu en su muñeca

—Shochan.

Midoriya se volteó, su dulce boca le llamó y Shoto solo pudo acercarse con correspondencia absoluta y rodear su estrecha cintura entre sus brazos, inhalando su perfume a primavera y ahogándose en su presencia, en su alma que no le pertenecía.

Odiaba a Midoriya Izuku con cada fibra de su ser

Porque su nombre no estaba grabado en su piel

El cuerpo de Midoriya tembló contra el suyo, él estaba frío, pálido y carente de otra emoción que no fuera el miedo. Parecía que el joven de hermosa sonrisa y optimismo adorable no fuese más que un recuerdo lejano de su adolescencia.

• Sacrilege • [TodoDeku]Where stories live. Discover now