VIII

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Cuando la miko despertó lo primero en observar fue que un par de preciosos ojos en color gris la observaban, al principio no lo comprendía, solo hasta escuchar un pequeño y bajo ladrido fue que reaccionó a este hecho. El cachorro, su cachorro, se encontraba despierto y observándola con sus preciosos ojos con muchísimo detenimiento.

La miko estiró una de sus manos lentamente en su dirección sin saber que esperar, más su sonrisa fue inmediata cuando el cachorro se lanzó directamente sobre ella esperando sus caricias.

-Buenos días, Yuu - le dijo en un tono solo para él -. Me alegra verte tan animado hoy - le sonrió y en ese instante unos pasos acompañados de risas se dejaron escuchar antes de que Rin y Shippo aparecieran en su campo de visión.

-¡Mamá! - gritaron ambos niños al unisonó antes de saltar a la cama para acompañarlos.

-¡Mira, Rin! Yuu está despierto - señaló el kitsune.

Rin sonrió y estiro sus brazos para tocar a su nuevo hermano pero antes de hacerlo este se puso a temblar y le gruño mostrando sus diminutos dientes. Rin se detuvo en el acto.

-No me quiere - murmuró al borde de las lagrimas.

-Calma, cariño - le susurró la miko mientras acariciaba sus cabellos -. Para Yuu, todo es nuevo, incluso nosotros. Debes darle tiempo para que te conozca.

Luego de esas palabras la miko centró su atención en Yuu quien se encontraba sollozando y lo atrajo hasta sus brazos de manera protectora.

-Ellos son tus hermanos, pequeño Yuu. Nunca ninguno te haría daño - le dijo suavemente intentando calmarlo y tomando la mano de Rin continuó: - Ella es Rin - guió su mano hasta su nariz con la intención de que este la oliera y aprendiera a confiar en ella -. Y este es Shippo - repitió el gesto y ambos niños comenzaron a acariciarlo.

Poco a poco el Inu se fue calmando y se removió entre los brazos de su madre para ir a descansar en el medio de ambos pequeños que lo recibieron con grandes sonrisas y más caricias. 

Ninguno se percato que la puerta que conectaba hacia la habitación del Lord de esas tierras hacia mucho había sido abierta y que este se encontraba observándolos de cerca.

-He de suponer que será costumbre para ustedes causar tanto alboroto en las mañanas - les riñó, aunque la miko pudo observar que en realidad no había molestia en su expresión, era más como quien constata un hecho.

-Aún hay espacio para ti, Sesshomaru - le dijo la miko con una sonrisa dirigida solo para él. El Inu muy al contrario de lo que todos esperaban se sentó en aquel espacio que quedaba recostando su espalda de la pared y dirigiendo su atención a los cuatro pares de ojos que lo observaban.

El cachorro de Inu, curioso por naturaleza, y confiado al estar rodeado por quienes estaba sintiendo como suyos, se acercó tímidamente hasta el Inu mayor olfateándolo y confiando más debido al parecido entre sus olores y al presente aroma de su madre en él, luego sin que ninguno lo esperara se subió al regazo del Inu y ladro en su dirección obteniendo una especie de gruñido hacia él que solo lo hizo ladrar un poco más y frotarse contra el cuerpo del ambarino antes de volver con sus hermanos.

La miko no pudo evitar mirarlo con adoración y cuando el Inu lo noto alzó una ceja en su dirección y ella solo sonrió antes de decir:

-Eres el mejor padre que podrán tener estos niños, Sesshomaru.

-Hmp - contestó el Inu al tiempo que desviaba la mirada.

-Eres tan tierno cuando no sabes que hacer con un cumplido - le dijo recostando su cabeza en el brazo del Inu, el cual no se digno a contestar, tan solo relajo su postura.

Momentos más tarde la puerta de la habitación sonó y Sesshomaru dió el permiso para que entraran. Una Neko Yokai entro e hizo una reverencia.

-Sesshomaru-sama, el desayuno ya va a ser servido.

-Hmp.

-Sesshomaru - le llamo la miko -. ¿Podríamos desayunar aquí? 

-No hay un lugar apropiado para comer aquí, miko.

-Por favor - pidió juntando sus manos -. Ayer fue un día cansado y aún no quiero tener que ver a los demás, además así estaremos todos juntos.

El Inu la observaba detenidamente preguntándose a que se debía dicha petición, por un lado quería creer que prefería la compañía de ellos antes que la de su hermano y compañía pero sabía que la miko era demasiado afectuosa con todos y realmente no solía tener preferencias, entonces...

-Este es el primer día que estamos aquí, Sesshomaru, deseo comer en familia y sin ninguna discusión de por medio, por favor.

La Neko Yokai, que se había quedado en la puerta en la espera de ordenes, no podía creer lo que escuchaba y veía, bien sabía que con su anterior "compañera" nunca tuvo ninguna atención, de hecho a ella no le era permitida la entrada en esa parte del castillo pero con esta humana... era todo lo contrario, dejaba que ella se tomara todas las libertades que quisiera, como el hecho de tocarlo aún en presencia de más personas.

-Mei - habló el Inu -. Ordena que nos traigan el desayuno aquí - sin más la Neko asintió y salió de la habitación, más tarde todos los sirvientes del castillo comentarían la extraña situación de la mañana donde el Lord del Oeste había decidido desayunar en sus aposentos junto con tres cachorros que no le pertenecían y una mujer miko que tenía la libertad de hacer y ordenar lo que quisiera.

#####K&S#####

-Amo Sesshomaru - se escucho la voz de Jaken tras la puerta.

-Adelante - contestó el Inu.

Jaken se quedo unos segundos congelado en cuanto sus ojos captaron la imagen de su amo; estaba dentro de su habitación en un pequeño asiento ubicado en el borde de uno de los ventanales que daba frente a la gran cama -la cual su amo mando a construir luego de muchas conversaciones con la miko sobre su tiempo- y en dicha cama se encontraba acostada y dormida la miko con los tres cachorros a su alrededor en el mismo estado, lo más asombroso era la cara que su amo le dirigía a la cama, como si aquello fuera algo a lo que estaba acostumbrado y... correcto.

Saliendo de su estupor, Jaken aclaro su garganta y se dirigió de nuevo a su amo.

-Amo, el Lord del Este ha llegado junto con algunos miembros del consejo.

Sesshomaru afiló su mirada hacia él y le ordenó reunirlos en uno de los salones, exigiendo expresamente la presencia de su hermano y acompañantes en él, además de mandar a reforzar la seguridad de Rin y el Kitsune.

Jaken salió dando una nueva reverencia y el Inu despertó a la miko.

-Es hora - fue todo lo que dijo y la instó a seguirlo mientras llevaba a Yuu en brazos y los otros cachorros se quedaban dormidos en la cama.

#####K&S#####

-¡Es que no lo entiendo, Sango! - gritó Inuyasha sin importarle quien pudiera escuchar -. Kagome no puede realmente preferir quedarse con Sesshomaru que venir a desayunar con nosotros - dijo ya al borde del colapso.

-Calma, Inuyasha - instó el monje -. La señorita Kagome probablemente solo quería estar con los niños a solas, después de todo nosotros no fuimos precisamente comprensivos con lo que se refiere al cachorro.

-¡Ella no sabía en lo que se metía! -gritó de nuevo - ¡Solo tratábamos de protegerla, como siempre hacemos! 

-Si - accedió -. Pero todos sabemos como es ella, quizás debimos ser más sutiles y no censurar sus acciones sin más.

-Pienso que ella aún no entiende bien que es lo que pasa - dijo Sango -. Kagome es muy inocente en cuanto a las reglas que rigen este tiempo, por lo que sabemos en su época todo es demasiado diferente sobretodo con las mujeres.

Todos se quedaron en silencio considerando las palabras de la castaña.

-Disculpen - hablo una Yokai haciendo una referencia -. El amo Sesshomaru requiere su presencia.

#####K&S#####

Nos leemos en el próximo, besos.

CompañerosWhere stories live. Discover now