Universidad

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Juliana ingreso a su dormitorio dejando escapar un gran suspiro.
A pesar de que para ella es extraño comenzar a vivir en su nuevo lugar lejos de casa, sus ojos mirando con cierta emoción al cuarto que le habían designado. Estando ahí finalmente, en una residencia universitaria, recién comenzaba a sentirse como una adulta.

Se quito su mochila y la dejo caer en la entrada descuidadamente, sintiéndose feliz de que el lugar sea amplio. Era primera vez que tendría una compañera de piso, por lo que necesitaba para si misma cierto espacio. Se sento en una de las camas, apropiándose de ella, y cruza los dedos mientras ruega que su compañera sea agradable. Ojalá le gusten los videojuegos. Ojalá le gusten los libros. Lo que sea, ella solo desea que tengan algo en común para compartir; de otra forma, si sus personalidades terminaban chocando, se vería obligada a suplicarle a la encargada para que la designará otra habitación. O como mínimo terminaría escabullendose hasta el dormitorio de Camila para que está la salvará en los malos momentos.
Ah, era tan bueno tener a su amiga y su novia en la misma residencia incluso si no estudiaban lo mismo. Por lo menos estudiaban en la misma universidad, ¡así que definitivamente podrían verse por ratos!

Su rostro ensombrecio al recordar que, lamentablemente, ese no era su caso con Valentina.

Valentina desde niña había sido una bailarina talentosa y varías universidades artísticas de la habían peleado, recibiendo una mejor propuesta que la llevo lejos de ella.
Lauren había pasado por algo similar, pero ella ni siquiera dudó su elección cuando supo que el instituto en el que entraría su novia tenía la carrera de arte. De nuevo, ojalá ese hubiera sido el caso de Valentina.

Sacudió su cabeza, intentando no pensar en ella. A partir de ahora ellas con suerte conseguirían verse, así que no podía comenzar a extrañarla el primer día. Tomó su mochila y sacó sus pertenencias, esperaba tener como mínimo eso listo. No quería que su compañera le odiara por ser desordenada.

Si, ella estaba pensando demasiado en cómo agradarle s su compañera.

Revisó uno de los bolsillos, encontrándose una cadenita, y mordisqueo su labios mientras sus mejillas se pintaban de rojo. Al saber que tendría que irse de casa, su mente trajo de regreso a sus días de infancia de la infancia y no demoró en buscar en su baúl de recuerdos aquel anillo que lanzó lejos cuando era sólo una niña de primer año. Obviamente, no podía usar un anillo de juguete ahora, pero se aseguró de colgarlo en una cadenita para poder llevarlo consigo.

Se sentía un poco cursi y patético, pero era su manera de mantener a Valentina presente. Colgó la cadenita en su cuello, observando el pequeño anillo, y con una sonrisa dulce escondió esté dejado de su blusa. Las personas probablemente pensarían que era raro por llevar algo como eso.

Alguien tocó su puerta, alertandola. Su compañera debía de tener su propia copia de las llaves, por lo que supuso que podría tratarse de Camila y Lauren. Tiró de la puerta, enseñando una sonrisa, y está se volvió una mueca cuando sus ojos se encontraron a una chica castaña demasiado familiar.

¿Valentina?...¿Qué haces aquí?

¡Sorpresa! — extendió sus brazos hacia ella, haciéndole saber que era un buen momento para un abrazo.

¿Has venido a verme el primer día?, ¿cómo te han dejado pasar? — Valentina dejó caer sus brazos y puso los ojos en blanco. Juliana no estaba entendiendo nada, ¿cierto? — Si vienes a verme el primer día de nuestra separación, no sé cómo soportarás el resto del semestre — la reprendió.

Valentina río entredientes, empujándola para que se apartará de la entrada.
Juliana se quejó cuando la castaña camino hacía el interior como si nada.

All This Years [JULIANTINA]Where stories live. Discover now