Firts time

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-¿Por qué haces esto más difícil?

Suspiro, viendo hacia el techo blanco de la habitación en el cual solía perderse en las noches, los rayos del sol se colaban por la fina cortina que tapaba la ventana dando directamente en su rostro e iluminando todo la habitación. No contesto, simplemente no había respuesta para esa pregunta.

-¿Por qué no te vas y ya? Déjame sufrir tranquilo y tú vete a hacer de nuevo tu vida, solo vete antes de que haga algo de lo que me arrepienta - esa voz, esa dulce vos que le decía que se fuera, que tomara sus cosas y lo dejara solo, esa hermosa voz que tanto le encantaba escuchar, sonrío de lado cerrando los ojos, permitiéndose escuchar todas las quejas de su acompañante - Eres odioso.

Lo volteó a ver encontrando su lindo rostro deformado en una mueca, su ceño fruncido y sus labios haciendo un pequeño puchero, tan adorable que en ese momento solo quiso tomar sus mejillas y estrujarlas, abrazarlo y llenarlo de besos. Definitivamente estaba haciendo las cosas más difíciles.

-Tienes razón, es mejor que me vaya - hablo, dispuesto a levantarse de la cama pero una mano se lo impidió - ¿Qué no era que querías que me fuera? - alzo una ceja viendo el sonrojo esparcirse por las mejillas ajenas.

Se quedaron viendo por unos segundos, sus ojos puestos en los contrarios tratando de decirse muchas cosas que no podían ser dichas. No pasó mucho tiempo cuando ya estaba devuelta en la cama, abrazándolo, sosteniéndose de él, aferrándose a algo que ya no tenía futuro. Minghao escondió su rostro  en el cuello de Jun quedándose así un rato, con una mano envolviendo la cintura del menor y con otra acariciando su cabello que olía a cereza.

Pasaron unos minutos, unas horas, podía pasar un día y seguirían en la misma posición, tratando de hacer el tiempo infinito, queriendo detener al mundo, y solo pensar en ellos una fracción muy pequeña, recordando algo que ya pasó y que no se podía recuperar, parar en un punto en donde solo habían sonrisas y sus corazones estallaban de felicidad, una época en donde habían fuegos artificiales en lugar de ese cielo vacío y carente de estrellas, recordar los tiempos en los que sus manos encajaban perfectamente, en donde no había traición y lágrimas, donde el sentimiento era puro; detenerse en una época donde todo empezó y nunca iba a terminar, volver a empezar a pesar de que ya todo estaba perdido.

Jun se hundió en Minghao, queriendo recordar esa época, pero habían tantas cosas que estorban que ya no podían. Lo seguía amando como el primer día, se seguían amando como dos jóvenes enamorados tontamente del otro, se amaban y eso los destrozaba. Quizás solo era el  mayor el que causaba daño, quizás ambos tenían culpa, como saberlo si ni quiera ellos lo podían recordar.

O preferían no recordarlo.

-Minghao... - lo llamo, tratando de despertarlo, se separó un poco de él viendo su rostro, dormía tan plácidamente a pesar de que ya pasaba del medio día, tantas veces lo había visto y seguía siendo igual de hermoso, acaricio su pálida mejilla dejando un beso en la zona haciéndolo despertar, dejó otro beso solo que estaba vez en frente, en su nariz y en su otra mejilla - Ya es hora.

-No, Jun. Todavía no - contestó sin mostrar algún signo de moverse, se quedó ahí abrazando su cuerpo, sujetándolo a la cama para que no se fuera. Jun rió por su comportamiento.

-Si lo es - acaricio su cabello.

-No - lo abrazo más fuerte.

-Minghao, ya basta.

-Minghao, ya basta - imito su voz haciéndolos reír.

Hubo silencio, solo que este fue un poco tenso, ya que ambos sabían que no podían hacer nada más que aceptar las cosas como era, tenían que cerrar ese ciclo que no hacía nada más que repetirse, como justo en ese momento, en el que caían en lo mismo a pesar de querer separarse, porque sabían que tenían que hacerlo, soltarse, dejarse ir pero no tenían ganas de hacerlo.

Firts timeWhere stories live. Discover now