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JiMin gimoteo, alzando las caderas y lanzando la cabeza hacia atrás cuando Jungkook apretó su pene.

—Alguien nos va a ver. — se quejó cuando entre abrió los ojos y vio a un par de personas pasar a unos cuantos metros de ellos. — Alguien nos va a ver.

Pero en lugar de detenerse, Jungkook se inclinó y comenzó a mordisquear su cuello, como única respuesta JiMin enterró los dedos en los costados del asiento.

—Kook... — gimoteo, el chico bajando y subiendo rápidamente el puño sobre su pene. — Jungkook, por favor, por favor. Por favor.

— ¿Por favor qué, amor? — dijo Jungkook sonriendo con lascivia. JiMin sólo soltó un largo gemido como respuesta, finalmente corriéndose en el puño del alfa. Éste dejo un besito sobre las marcas de las mordidas que le había hecho, mientras se limpiaba la mano con un trapo.

—Eres tan precioso. — murmuro en su oído.

JiMin, que sólo trataba de recuperar la respiración, lo miro con los ojos entrecerrados.

— ¿Qué me has hecho? — murmuró. — Ya no soy un adolescente hormonal como para estar dándome un faje en el coche en medio de un estacionamiento con mi novio. — Se quejó, dejando caer la cabeza en el hombro de Jungkook.

—Definitivamente no eres un adolescente hormonal, pero seguro que eres un hombre embarazado bastante hormonal que quiere tener sexo en los lugares más inadecuados.

JiMin entonces levanto la cabeza, mirándolo con un puchero.

— ¿Realmente me estás culpando por esto? — lloriqueo. — Tú fuiste el que comenzó a meterme mano en un estacionamiento, quiero decir, tú te aprovechas de mi estado y después quieres culparme a mí. — Y tal vez no estaba derramando lágrimas, pero él realmente estaba, de alguna manera, llorando. — No puedo creer que seas así. Yo sólo quería hacer las compras.

Jungkook apenas y pudo evitar rodar los ojos.

A JiMin le faltaba una semana para cumplir los nueve meses y desde que finalizaba el séptimo había estado insop- sensible, muy jodidamente sensible y tanto a él como a TaeHyung les había parecido adorable en un inicio, pero pronto se había vuelto cansado a tal punto que ahora TaeHyung sólo los visitaba cada tantos días (sólo en lo que sus cambios de humor pasan le había dicho), pero entonces JiMin había jodidamente llorado durante todo un día cuando su hijo se había ausentado por tres días.

Jungkook no había podido calmarlo hasta que TaeHyung se había presentado, a la una y media de la madrugada, y le había inventado que simplemente tenía muchísimo que hacer, tanto de la universidad como del trabajo (gran mentira, porque le habían dado un par de días en el trabajo y siempre iba al corriente en la universidad, así que sus días eran Netflix & Chill).

JiMin igual había llorado en los brazos de su hijo y después le había dicho que ya era muy tarde y que lo mejor era que se quedara a dormir. Al siguiente día los había despertado con un amplio menú como desayuno y después se había quejado de los cambios de humor durante media hora.

El asunto es que aguantar todos esos cambios de humor durante un mes era cansado (por más que uno esté enamorado se defendería Jungkook después).

El alfa miro a JiMin unos segundos más antes de acomodarle los pantalones y acariciar su prominente vientre.

—Entonces querías crema chantillí con un poco de waffle, o algo así ¿no? — dijo poniéndose en marcha.

JiMin lo miro con una cara triste, pero asintió.

—Y un par de fresas. — murmuro.

Jungkook lo miro de reojo.

—Eres un jodido manipulador. — y no lo decía con maldad, él sólo quería mencionar dicho hecho.

Dicha 블리스 "Kookmin"Where stories live. Discover now