Desconfianza

97 7 1
                                    

Pareciera que todos los aldeanos mayores conocian a la pelinegra, pues la saludaban con total naturalidad e interes.

-Ya me esta cansando tanta amabilidad- apreto el vaso de madera en sus manos con notable enojo mientras veia a la pelinegra riendo con Estoico y los berkianos que estaban en el gran Salón.

-La gallina esta molesta- se burlo Patán de la rubia -te lo dije nena- poso los brazos tras su cabeza y levanto los pies para ponerlos cruzados en la mesa -recuerda que aun estoy disponible- Astrid lo miro y el chico le guiño.

Los ojos de furia de la Vikinga se veian a kilometros y si ya estaba molesta, Patán sin duda la hizo fastidiar mas, asi que le lanzo el vaso que sostenia y haciendo uso de su excelente punteria le dio en la nariz con mucha fuerza, haciendo que el pelinegro callera de espaldas y colocando ambas manos sobre su nariz, notando que sangraba.

-Eres una salvaje- le replico -auch- posiciono sus dedos debajo de la cien e hizo enderezar su nariz que hizo un crujido espantoso -que no vez que de mi rostro vivo- poso ambas manos en su cintura molesto, Astrid solo rodo los ojos bufando y posiciono sus ojos de nuevo en Heather.

-Astrid si tanto te molesta que llame la atención- lo llamo el chico regordete con miedo a que tambien lo golpera, y logro captar la atención de quien habia llamado.

-No me molesta que sea el centro de atención- golpeo fuerte la mesa donde estaba sentada con molestia.

-Astrid es obvio que te molesta- la rubia solo alzo una ceja rapidamente y cambio de nuevo su semblante a una de enfado -y francamente creo que es bueno que hablaras con Hipo- los ojos de la rubia echaban lumbre y Patapez se lanzo al suelo temiendo que algo lo golpease igual a Patán. Pero no fue asi, a los segundos Astrid relajo la mirada y dio un largo suspiro.

-Estare en el ruedo si me necesitan- tomo su hacha y salio del gran salón a la vista de sus amigos.

-Esta celosa- comento sin rodeos Brutilda, de brazos cruzados y con  una madera pequeña jugueteando con sus dientes -sin duda desconfia de esa chica y de Hipo- hablo con tanta naturalidad que los varones presentes se sorprendieron de gran manera.

-¿Desde cuando sabes de amorios?- cuestino aun sorprendido Patapez.

-No es la primera vez que me entero de lios amorosos- las palabras tan precisas de la gemela  sorprendian mas a sus oyentes.

-Asi que nos has espiado a Gallina y a mi- le grito Brutacio con enfado.

-A mi que me importa tu estupida gallina- lanzo un golpe a la cara de su hermano alejandolo de ella.

-No le digas estupida- y con eso ambos comenzaron una pelea tipica de ellos, que termino fuera del gran salón.

Los chicos sobrantes no le dieron importancia y mirando de nuevo a la muchedumbre que habia frente a sus ojos, siendo como centro de atención la pelinegra y el castaño, se miraron entre ellos al notar lo atentos que estaban los berkianos a las historias de la chica.

-¿Crees que si este celosa?- le pregunto Patapez al enano.

-No creo que haya otra palabra que la describa mejor- soplo moviendo sus labios rapidamente.

-¿Le decimos a Hipo?-

-¡Estas loco!- le grito exaltado -si hacemos eso ella de seguro nos matara y nos cortara en pedazos- lo tomo de los hombros para sarandearlo.

-Pero si no lo hacemos igual nos matara- tomo las manos del pelinegro y las alejo de su piel enrojecida por la presion -Ademas, Hipo debe saber- miro a su amigo flacucho que estaba muy sonriente mirando a la pelinegra.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 24, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

EL VERDADERO AMOR NUNCA SE OLVIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora