Capitulo 3

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Mimi atacó su cuello y lo mordió con profundidad al ritmo de Karol G.
Como acto de reflejo, la gallega la agarró por la nuca y la levantó de su cuello para que la mirase a los ojos. La mirada de Miriam bajó hasta sus labios y volvió a subir a los ojos de Mimi la cuál la devoraba solo con mirarla.
No sabe cómo pero cuándo Miriam quiso darse cuenta sus labios ya estaban en una pelea intensa y sabrosa.
Jadearon. Y se devoraban cuál fieras.

- Para para.- Se separó la gallega empujándola por el pecho.- Esto no puede ser. - Paseo la mirada a su alrededor, bajo los ojos de Mimi que la miraban extrañada.- ¡Ricky! - llamó la atención del mallorquín que pasaba por ahí sin percatarse de lo que acababa de pasar. - Me voy a casa vale? Que no me encuentro muy bien.

- ¿Estás bien? ¿Quieres que te acompañe? - Sonó preocupado cuándo era todo mentira, encontrarse mal era la única excusa que tenía para huir de ahí.

- Tranquilo, ahora llamo al taxi. Por cierto, no me voy a despedir uno por uno así que si preguntan ya les dirás.- Ricky asintió y se acercó a Mimi que tampoco estaba muy lejos mientras la gallega salia por la puerta del local llamando al taxi.

De que va esta tipa? Encima que se lanza ella y uff me ha dejado con un calentón... Bufó Mimi junto a sus pensamientos.

- Eh.- Golpeó Ricky su hombro.- A mi no me engañáis, que ha pasado?- Mimi no respondía así que hizo sus suposiciones.- Nooooooo!!- Abrió los ojos.- Os habéis liado? Que fuerte que fuerte.

- Que cabrona. Se ha arrepentido por eso se ha ido Ricky - Hizo el amago de apoyarse en una barra pero estaba más lejos de lo que ella pensaba, y sí, cayó al suelo. Sin duda el alcohol seguía en su cuerpo. Igual que ella, que seguía en sus pensamientos. Así que no se le ocurrió otra cosa que ir en su busca.

- Hey.

Reconoció su voz al instante.

- ¿Que haces aquí? Ya te he dicho que me iba.

Mimi se sentó a su lado, al borde de la acera mientras supone que estaba esperando al taxi.

- No puedes irte sola así como vas.- Lo cierto era que Miriam seguía afectada por los cubatas y los chupitos que se había tomado.

- Pues tu no vas a ser muy buena compañía.- Mimi respondió con una mueca a ese comentario.- Mírate, si vas peor que yo.- Añadió la gallega.

- Toma. Tápate, hace frío. - Miriam le tendió su chupa. Si la granadina no tuviera tanta copa en cuerpo hubiera rechazado, pero realmente no se encontraba bien. - Mimi que lo de -

- Ahora no, ya hablamos mañana.- Sonrió tiernamente- ¿Quieres venir a casa?- Le dió una leve palmada en su muslo para sonar más amigable y romper un poco el hielo - Para que no tengas que ir sola a la tuya digo, no te voy a hacer nada... o vamos a tu casa o llama a algún amigo tuyo de dentro como prefieras. Pero no quiero que vayas sola. - Suspiró porque si ya le costaba decir dos palabras en ese estado, todo eso era para recibir hasta un premio.

- Vente a la mía.

Mal Miriam mal. La conoces por ser tu alumna, te enrollad con ella, te arrepientes, y encima la invitas a casa sin pensartelo dos veces. Mal. Y si ahora la meto en mi cama y... y... y ¿hacemos algo? Que yo nunca... ¡Que ni harta de vino hago algo con una chica! Que no que no! Que duerma en el sofá.



- Buaaa que cómoda.- Se tiró a la cama de la gallega como si toda la confianza estuviera presente.

Genial, ahora ya no la sacas de aquí Miriam.

- Mimi deberías cambiarte, ese vestido no debe ser bueno para la circulación tantas horas.

- Vale doctora.

Joder con las borracheras de Mimi. De bailar motivadisima, a ponerse cachonda, a deprimirse, a encontrarse mal, y a de repente encontrarse bien y bromear.

Así lo hizo. Se desvistió bajo alguna ojeada de Miriam.

- No me mires el culo que te he visto por ahí.- Señaló el espejo que tenía en la pared.

- No te he mirado el culo.- Miriam se puso nerviosa. ¿Tan mal disimulaba? Y lo que era peor; ¿porque había caído en la tentación de mirarle el culo?

- Ya ya...- Se metió en las sabanas.- Va a dormir

- A mi no me mandes que soy tu profesora.

- Qui siy ti prifisiri.- Rió porque la cara que puso Miriam era digna de meme.

Miriam vió la ocasión perfecta para echarla de su cama y no tener que aguantar contacto piel con piel.

- Ala, a dormir al sofá.- La destapó casi arrancando el edredón de la cama. Se arrepintió al acto al ver que la granadina iba simplemente en bragas con los pechos al aire. - ¿Pretendías dormir así en MI cama?

- Pues da gracias que hoy llevo bragas... Encima que quieres que haga si no me das ni una misera camiseta.- Se volvió a tapar.

Miriam cogió una camiseta ancha que tenía por ahí de su hermano y se la tiró y mientras Mimi se vestía le ordenó- Anda muévete que duermes en el sofá.

- ¿Estás de coña no?

- No

- No veas con la superioridad de la teacher... - Mimi burlona en acción.

- ¿A que duermes en el portal?- La amenazó.

- Me callo me callo.- Resiguió sus labios con sus dedos índice y pulgar a modo de que se callaba.- Pero déjame dormir aqui que tu cama es muy ancha, ni te voy a rozar.

Miriam acabó accediendo, la conocía poquísimo pero sabía que la tia era cabezona, se fue a desmaquillar, a cambiarse, y volvió, y cuándo entró la granadina ya estaba más que dormida.

Que tranquilidad su respirar. Había pasado de vacilarla a parecer un angelito.

Que mona. Pensó cuándo la observó.

¿Puedo dejar de pensar estas cosas? Pero esque es normal no? Después de como me tira la caña, y de... uff el beso. No quería llegar a este pensamiento pero esque mira esos labios...

Miriam ya basta.

Que eres hetero, ha sido culpa del alcohol.

Madura que no tienes 15 años. Ya está bien de experimentar.

Voy y me enrollo con... ¿mi alumna? HOSTIA

Esque no dejaba de ser su alumna. Y para colmo ahora la tenia metida en su cama, lo que significaba incomodidad a la mañana siguiente. ¿Y después del beso? ¿Incomodidad en todas las clases?

Me cago en todo. No bebo más.

Cada día | Miriam²Where stories live. Discover now