Capítulo 10 "Cinco años después"

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Cinco años después...

Tras perder contra su hermano menor, en aquel arranque de ira que dejaría en claro quién era digno de proclamarse el sucesor del Ninshū, Indra se tomó un mes para analizar su derrota y llegando a una solo cosa por hacer: crear su propio clan para entrenar y enseñar sus enseñanzas con un poco de su chakra a sus subordinados. Otro mes transcurrió, y una mañana despertó tras haber tendido un sueño en donde veía a aquella mujer llorando por su amor. Era como aquella madrugada que le destrozo el corazón. Todo lo hizo tan cruel para el bien de ambos. Sin avisar a sus primeros seguidores, abandonó la pequeña aldea que levantaba junto a ellos, y comenzó un vieja con dirección al templo de monjes, en busca de la sacerdotisa.

Le tomó dos días y dos noches para llegar al templo. Llegó en la mañana. La brisa era fresca y una sensación de agonía se podía sentir en el aire. Se quedó sin expresión alguna al ver enfrente suyo lo que solía ser un templo. Paso saliva con dificultad y siguió caminando a lo único que quedaba en pie, los barrotes de la entrada seguían ahí con marcas que indicaban un incendio. Siguió caminando hasta una estatua de Buda al final del terreno. Entendió lo que había pasado.

La mujer que lo amaba, no seguía con vida. Había llegado tardé...

Pero como era de esperarse, Indra no derramó lágrimas. Se mantuvo serio sin expresión alguna. Quiso saber más del accidente y cobrar venganza, sin embargo, se preguntó a sí mismo:

—¿Qué es lo que siento por ti?

No sabía con exactitud qué es lo que sentía por aquella sacerdotisa, o por qué había llegado hasta ahí. Los sentimientos del Otsutsuki estaban congelados y no lograba sentir algo por ella a pesar que sí quería. Se quedó ahí unas horas más hasta que se dio la vuelta para regresar por el mismo camino. No había más por hacer, que regresar a su aldea.

Regresando por aquel camino sin voltear atrás, observó un pequeño bulto por el suelo cubierto de tierra. Llegó hasta ahí y se inclinó para remover la tierra con su mano. Ahí estaba el libro que le había regalado a Shizen, desgastado y roto. Lo tomó con mucho cuidado y se cubrió los ojos con otra mano. Sentía ardor en sus ojos, estaba por derramar una lágrima, pero no pudo. Aquel libro había sido lo único que quedó de ellos, de lo que fue...

Tres años pasaron, y el clan de Indra Otsutsuki, incremento. Dicho clan lo nombró Uchiha, pero su sangre aún no se mezclaba con las pocas mujeres que sus subordinados habían traído ante él. Indra veía a estas mujeres insignificantes y no sentía nada por ellas, sin embargo, tenía que usarlas para procrear. Tras dos semanas de acostarse con dos de ellas, no lograba embarazar a ninguna, y tenía que seguir acostándose con ellas para lograr su objetivo. Las mujeres estaban encantadas por lo guapo que era el líder Uchiha, pero su empatía era agria. No lograban sacarle una sonrisa, un beso, o una charla antes de ser usadas por él. Solo las citaba en su habitación a tales horas de la noche, ella se quitaban la ropa y se acostaba sobre el fotón que había en medio de la habitación, para después, abrirse de piernas y dejar que el líder Uchiha soltará sus fluidos adentró de ella. Terminando con el crudo acto sexual, este les decía con su típico toqué despreciable que se largarán de su vista. Así era la vida amorosa de Indra, sin sentimientos por las futuras madres de sus descendientes.

Una noche el líder Uchiha hizo una reunión con los hombres de su clan para que le aclaran un rumor que había llegado a sus oídos. Todos los presentes estaban sentado de rodillas ante la figura prepotente del líder, quien los veía seriamente sobre su cojín con los brazos cruzados por encima de su pecho.

—Díganme... si es cierto que en ese castillo esconden una medicina que cura cualquier enfermedad y sana heridas.

Un hombre de aproximadamente cuarenta años de edad le contestó al líder Uchiha:

—Sí, mi hermana trabaja en la cocina en aquel castillo, y confirmar que su  "Lord" tiene medicina curativa y sana heridas, mas no sabe cómo la obtine.

Indra cerró los ojos y al abrirlos otra vez, aplicó Genjutsu al hombre de cuarenta años. Sus subordinados aún no sabían las habilidades de los ojos rojos del líder Uchiha, solo sabían el nombre del Dojutsu, Sharingan. Tras llenarse de los recuerdos del hombre cuarentón confirmó que era cierto lo que decía sobre su hermana y la información dada. Se colocó de pie de una manera instantánea y antes que los demás pudieran hacer lo mismo, este salió del salón de reuniones en dirección a su habitación. A la mañana siguiente, ordenó a dos de sus mensajeros que llevarán un pergamino al "Lord" del Norte.

Pasó una semana, y los mensajeros regresaron con malas noticias. Lord Masamune se negó a negociar con el líder Uchiha, por medicina. Indra tras leer el pergamino con tres líneas, ordenó a los más notables de sus subordinados, a preparar todo para partir el día de mañana hacia las tierras del Norte.

—Si no quieres a la buena, será a la mala...

Indra desapareció aquel pergamino con el Amaterasu. Lord Masamune no sabía a quién había despreciado, pues aún el nombre de Indra o el de su clan, no eran reconocido en sus tierras.

La emboscada al castillo de Lord Masamune fue una masacre antes de llegar con él. El hombre quien rapto a Shizen, al ver al líder del clan Uchiha por primas vez, con aquella armadura que portaba, se puso de pie sin perder la elegancia que poseía. Su bella cabellera de tono grisáceo atada a una trenza y su kimono lucía fino, lo hacia ver extravagante. El Lord ya estaba enterado cómo su ejército había sido masacrado por este nuevo clan que al parecer tenían aquella energía llamada Chakra. Todo estaba pedido, pero se negaría a revelar cómo obtenía la  "medicina" sobre su cadáver.

—Si has venido para que te diga cómo obtengo la medicina, no lo haré —hablo desafiante —. Voy a terminar con mi propia vida antes que un maldito novato como tú tenga el privilegio de hacerlo. —Masamune sacó del interior de su kimono un cuchillo afilado, listo para degollar a sí mismo.

—Mediocre... —mofó Indra.

Masamune escuchó la ofensa, tras verse otra vez sentada en su cojín con la mano del líder Uchiha apretando su cuello y clavando sus uñas. No entendía qué mierdas había sucedido, si él estaba por cortar su propia garganta. Había sido puesto en Genjutsu y otra vez pasaría por lo mismo antes de dar su último aliento.

—Entonces lo sabré por mi propia cuenta...

Indra una vez más aplicó Genjutsu y regresó hacia atrás en los recuerdos del "Lord". Lo que se dio cuenta, lo dejó anonado y sin palabras. La joven sacerdotisa estaba siendo capturada en una de las habitaciones del castillo, y este era el responsable de haber terminado con todos los monjes del templo. Siguió viendo qué tanto le habían hecho en ese lugar hasta que vio cómo Shizen era sometida a maltratos físicos por parte del propio Masamune, eso no era todo, también se le obligaba a curar las enfermedades de todos del castillo, tras una mordida de su delicada piel. Su furia aumento al ver cómo se le trataba a la joven sacerdotisa, como si fuera un animal. Quiso romperle el cuello en ese instante al Lord de las tierras del Norte, pero tenía algo mejor que una muerte istantanea con poco dolor.

Soltó el cuello de Masamune y terminó el Genjutsu. Lo dejó caer al suelo, y se apartó.

Masamune levantó la cabeza, no entendía por qué había perdido la conciencia.

—¡Eres un demonio mandando del infierno!

Indra caminó dos metros y antes de girar a verle dijo en voz seca:

—Dicen que la peor muerte es morirse calcinado, tal como he decidió que así pases tus últimos segundos de tu miserable vida. —Giró a verle con el Mangekyo Sharingan activado —.
¡Amaterasu!

Los gritos del Lord Masamune se podían escuchar de dolor al ser calcinado con aquellas flama negra. Indra no se quedó allí para verle, pero sí les ordenó a dos de sus subordinados que habían visto la crueldad del líder Uchiha, que sacarán a todos los demás del clan del castillo. Las flama negra harían todo lo que tocará en cenizas. Después de 5 años vería otra vez a Shizen, la joven sacerdotisa, quien le declaró su amor a un amargó hombre sin sentimientos...



Amor De Sacerdotisa [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora