Mi novia viene de una pelicula de terror

Epilogo: Un amor que trasciende en el tiempo

Naruto había vivido una vida difícil. Su padre siempre dio todo por su familia y murió de forma trágica. Su madre siempre le brindo fuerza y cariño para anteponerse a los problemas, pero su vida fue robada, todo por la codicia. Ahora, la vida volvía a ser dura, pues había conocido a una linda chica, que también había sufrido un destino trágico por amor, se encontraba de nuevo sufriendo, todo por culpa de Toneri, quien revelo ser el asesino de sus padres. El rubio quería hacerle pagar por todo lo que había hecho. En ese fugaz momento, en que él se acercaba para tomar los documentos que había firmado, quería derribarlo y acabar con él, pero su prioridad era Hinata, no podía abandonarla. Solo hizo lo que creyó que era lo correcto.

— Di buenas noches perdedor – Toneri levanto su arma contra Naruto listo para dispararle

— ¡Tú serás quien caiga! – Naruto se lanzó contra Toneri, haciendo que ambos cayeran al suelo

Con mucha fuerza, Naruto logro golpear la mano de Toneri, haciendo que soltara el arma. Pero cuando el rubio pretendía tomarla, escucho el ruido de algo pequeño quebrarse. Con miedo vio como Toneri había tomado el DVD de Hinata y lo había hecho pedazos. La oji perla solo pudo retorcerse en el suelo mientras tosía sangre con mucha fuerza y dolor.

— ¡Maldito! – Naruto se levantó con ira en sus ojos mientras levantaba el arma en alto - ¡¿Cómo te atreviste?!

— Te lo advertí Uzumaki – Toneri se levantó con una mirada de locura – eres una basura que debe estar bajo mis pies...

Un disparo en seco fue lo que se escuchó en el lugar. Naruto había disparado al pecho de Toneri, pero en el lado opuesto a donde estaba su corazón. Naruto volvió a apretar el gatillo del arma, pero esta vez el disparo fue a su estómago, mientras Toneri retrocedía con dolor mientras se acercaba a un vitral detrás suyo sin siquiera notarlo.

— No tienes... las agallas... para matarme... - Toneri se burlaba de Naruto por no querer matarlo de forma adecuada – solo eres... un cobarde...

— Él no, pero yo si – Shion tomo el arma en las manos de Naruto y le disparo de nuevo a Toneri

— ¡Maldita zorra...!

Ese último disparo fue suficiente para hacer que Toneri chocara contra el vitral, destruyéndolo por completo, con una caída detrás de él directo al pavimento, algunos pisos debajo suyo. Una vez que Toneri dejo de ser una molestia para todos, Naruto corrió rápidamente hacia Hinata que seguía retorciéndose de dolor, mientras su cuerpo parecía desaparecer.

— Hinata, no... esto es mi culpa – el rubio intentaba ayudar a la chica mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas – debe haber una forma...

— No Naruto... no hay nada que hacer... - Hinata se aferró al pecho del rubio mientras sentía como su cuerpo desaparecía mas a cada momento – tu eres... muy importante para mi... yo te... amo, Naruto

— Yo también te amo Hinata, no me dejes solo – el rubio la aferraba con fuerza a su pecho mientras lloraba de forma amarga – no quiero perderte...

— Si prometes... amarme por siempre... nunca me iré...

— Te lo prometo Hinata...

Hinata se acercó lentamente hacia Naruto y le dio un profundo beso en los labios. Cuando Naruto abrió los ojos, el cuerpo de su amada desapareció, pero su rostro mostro una sonrisa llena de paz. Naruto no hizo más que llorar amargamente mientras Shion lo miraba en silencio, llorando en silencio por la muerte de Hinata. Unas horas después, las declaraciones de Shion permitieron dejar libre de toda culpa a Naruto, mientras los matones que lo habían secuestrado habían sido arrestados. El cuerpo de Toneri fue encontrado junto a los papeles que nunca quiso soltar, pero fue buena suerte que estos declaraban a Naruto como el dueño de su compañía si Toneri fallecía. Naruto solo miraba a los policías y paramédicos correr de un lado a otro mientras los periodistas se dedicaban a grabar todo. En eso, Karin y Shikamaru llegan al lado del rubio, pero al ver el rostro lleno de dolor del muchacho, comprendieron con tristeza como había terminado todo. Karin no hizo más que abrazar a su primo mientras trataba de consolarlo, pero su dolor era inmenso.