Lady Urd

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A las 7 y media de la mañana los tres amigos junto a los hermanos y a los padres de Ron se encontraban en King Cross. Aun siendo tan pronto la estación estaba bastante llena y tuvieron que tener cuidado con los muggles al acceder al andén 9 y ¾ a través de la columna que marcaba a un lado el andén 9 y al otro el 10. El expreso de Hogwarts ya estaba en el andén esperando. Los tres amigos y Ginny se despidieron de todos y se dirigieron hacía el tren. Entraron juntos en uno de los compartimentos vacíos y dejaron sus cosas en las estanterías superiores. El resto del viaje se lo pasaron comentando sobre la hipnotizadora. Ron les contó que cuando tenía cinco años fueron toda la familia a ver a una, por el cumpleaños de Charlie. Por entonces admiraba a su hermano que ya estaba decidido a dedicarse a cuidar dragones y la visión que tuvo estuvo relacionada con eso.

- Aún lo recuerdo. -dijo Ron. - Mi hermano me hablaba de los dragones constantemente y tuve una visión en la que era domador de dragones. Los domaba y luego montaba en ellos para volar por el cielo.

- ¿Y realmente parece real la visión? -preguntó Hermione intrigada

- Es como un sueño, pero bastante vívido.

Para Hermione aquella sería la primera experiencia con una hipnotizadora igual que para Harry. Los dos estaban muy emocionados con la idea. Tras unas cuantas horas charlando y comiendo lo que habían comprado en el carrito de golosinas, el tren por fin llegó a Hogsmeade. Los tres chicos bajaron expectantes y se encontraron al trío que menos soportaban.

- Vaya, vaya. - dijo el chico del medio. - Pero si son el cara rajada, la empollona y el pobre. Se os ve muy contentos. ¿Qué acaso vais al espectáculo de lady Urd?

Harry vio cómo su amigo apretaba los puños con fuerza. Y no era para menos. Después de todo el verano se volvían a encontrar con el trío formado por un chico rubio de ojos grises con el pelo engominado llamado Draco Malfoy y sus dos amigos gorilas Crabbe y Goyle. Harry siempre había pensado que si alguna vez tocaba por accidente el pelo de Malfoy se quedaría pegado a él. Cómo siempre esos tres aprovechaban la mínima oportunidad para meterse con ellos.

- ¿Es que acaso tu no iras al espectáculo? -preguntó Hermione.

- Bah, para qué. -respondió Malfoy. - A diferencia de vosotros tengo dinero suficiente para contratar una hipnotizadora en mis cumpleaños. He ido tantas veces a una que ya me he cansado.

- ¿Y no será -añadió Ron- que en realidad no quieres ir porque tienes un alma reencarnada?

- Cuidado con lo que insinúas Weasley. Los Malfoy tenemos un espíritu bien puro.

Tras esto Malfoy se retiró con los demás sin añadir nada más. Los tres amigos no dieron más importancia al asunto y se dirigieron hacia Hogsmeade. Al haberse entretenido con Malfoy se dieron cuenta que muchos alumnos ya estaban en la cola y tendrían que esperar un largo rato. Al final de la interminable cola Harry pudo ver una carpa no muy grande que sería incómoda incluso para una única persona. En la parte superior de la puerta decía: Lady Urd. Al lado de la puerta había un cartel que ponía: "Prohibido almas reencarnadas". Otra vez aparecía lo mismo. Aun así, Harry tampoco preguntó esta vez, solo se limitó a preguntar otra cosa.

- ¿No es muy pequeña la carpa de Lady Urd? -preguntó Harry extrañado

- ¿No te acuerdas de las tiendas de campaña que llevamos a los campeonatos de quidditch? -preguntó Ron. - Esta carpa es igual.

Harry recordó de golpe aquellas tiendas y lo entendió todo. Uno de los trucos mágicos más prácticos que recordaba. Las tiendas de campaña de los campeonatos parecían unas tiendas de campaña de, como mucho, dos personas que durmieras en el suelo y con sacos, pero al entrar en el interior Harry había descubierto que en realidad eran mucho más grandes y contenían dos literas.

Almas Reencarnadas [Harco]Where stories live. Discover now