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"cada persona tiene su historia y cada uno sabe cuánto le pesa y le duelen sus heridas"

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Año 827

Estrellas.

-Diana sabes lo que hizo no está bien- grita mi padre, refiriéndose a mí, aunque sigo creyendo que no estaba mal. Él siempre me dijo que tenía que ayudar a quienes más lo necesitaban, y ese niño lo necesitaba más que yo.

Pero por más que quisiera dar mi opinión, padre solo se enfadaría más conmigo. Por lo que solo me limite a mirar como él y madre discutían por mi culpa.

-Lo sé, lo sé, sabes que lo sé y puede que tengas un poco de razón, pero solo un poco, la verdad es que yo igual lo hubiese hecho Aloys ¿no has visto a ese niño?, está muy delgado.- le responde mi madre. No me gusta para nada la escena que estoy viendo, solo por darle un pan al niño de al frente de mi "casa". Padre deja de gritar y se aparta un poco de mi madre, ve tras su hombro y se acerca a mí, agachándose y tomando mis manos

-estoy orgulloso de lo que eres cynara, pero a mí me cuesta mucho traer comida a la casa- yo asiento- eres fuerte y muy buena niña- me sonríe apartando un mechón de pelo que estaba en mi cara-

-¿papa no está enojado conmigo?- le pregunto, el solo me abrasa mientras lo escucho reír.

-claro que no pequeña- nos separamos y me vuelve a mirar- eres un sol, lo que si te voy a pedir es que trates de que te quede un poco de pan, para que tú puedas comer- toca la punta de mi nariz- aunque sea, compartan- yo siento- ahora ve a jugar, seguramente ese niño quiera jugar contigo- el se para y yo corro hasta llegar a la puerta abrirla- a propósito ¿Cómo se llama, Cynara?- me detengo mientras abro la puerta-

-se llama Levi- el asiente y se sienta en la silla del comedor. Salgo de casa y bajo las escaleras que conectan mi hogar con el suelo. Tapo mi cara al sentir como la luz de los focos me molesta- que molestos son los focos- camino a la casa del frente que no tiene escaleras, golpeo la puerta despacio para llamar la atención de levi que se supone que estaría en su casa- levi, estas ahí?, salgamos a jugar un rato- grito desde fuera. Espero que si se encuentre en casa, no es que tenga muchos amigos en este lugar. La verdad es que nadie quiere jugar conmigo y aun no entiendo porque.

-estoy aquí- la voz serena de levi me hace girar- estaba atrás con mi mama, ella me corto el cabello- se acerca a mi tocando su recién cortado pelo oscuro. La verdad es que del poco tiempo que lo conozco llevaba su cabello un poco largo, ahora con el corte se le veía definitivamente mejor.

-esta increíble- me acerco también a el- tu mama corta muy bien- sonrío- ¿quieres hacer algo?- este me mira como siempre con su expresión tan seria haciéndome hacer una mueca-¿siempre tienes esa cara?, vamos cámbiala un poco- iba a tocar sus mejillas pero este retrocede un paso, que complicado que es.- bien tu ganas no cambiare tu cara, pero si quiero hacer esto- tomo su mano, que él esta vez no se queja y corro por las calles de la cuidad subterránea.

-¿dónde vamos?- él se suelta y corre conmigo a la par, con una expresión de confusión, ya que llevábamos un largo rato corriendo, y ya nos encontrábamos peligrosamente cerca de las escaleras que conectan la ciudad subterránea con el exterior. Pero eso no era de mi preferencia.

-¡ya lo veras! Donde te llevo es increíble -tomo su mano otra vez, para desviarnos del camino principal- por aquí- pasamos por un callejón sin salida y me detuve a mitad de este, frente a nosotros había una escalera pegada a la pared que llegaba hasta el techo- estamos en los límites de la cuidad- yo le susurraba y le hacia una seña para que no gritara- si nos escucha algunos de esos de la policía militar estaremos en problemas- este asiente- pero eso no importa ahora, gracias a que no nos vio nadie- verifique viendo sobre el hombro de levi- sube, tengo que mostrarte algo- este asiente y comienza a subir, me emociona el hecho de mostrarle mi tesoro y la mejor vista de este miserable agujero. Una vez que él estuvo arriba me tendió su mano para que yo pudiera subir- gracias- ambos nos paramos sobre el techo y miramos el gran agujero que se forma en lo más alto de la cuidad subterránea, donde este mísero nos provee de oxígeno y luz solar. Que para añadir es tan mísero que hace matar a la gente que vive aquí, matándolas lentamente

A pesar de todos los contras que tenía la cuidad subterránea, este momento donde las estrellas se hacían ver en el cielo, era el espectáculo más bello que jamás vi en mi corta vida ya que siempre que venía afuera se veía de día. De la brecha se veía el cielo resplandeciendo por la luz de la luna, acompañada de las estrellas.

-te dije que valía la pena- le dije a levi mientras veía su rostro lleno de sorpresa y admiración- ¿te gusta?- este me mira y asiente. Levi tenía un leve sonrojo que me hace sonreír- me alegra que te gustara levi, dejemos este lugar como nuestro escondite ¿sí?- este asiente y vuelve a mirar el cielo.

De cierta forma su sonrisa y su sonrojo me hacia sentir feliz, que él sea feliz me gusta. Fue de igual forma cuando le di de mi comida hace unos días...debe ser porque él no me trata como lo hacen los demás niños y niñas, no me miraban como a la niña loca que solo sabe dar buenas palizas.

Este lugar lo conozco gracias a mi padre, el todos los días que tiene disponible, me lleva a una cuadra de aquí a entrenar defensa, como golpear y cómo actuar en una situación crítica, algo tan molesto y agotador.

Una vez le pregunte por qué el pude venir a los límites de la cuidad sin un permiso y porque los de la milicia no les decía nada por llevarme y entrenar sola. Pero el solo no me quiso contestar, el solo me dijo: << cynara, solo enfócate de entrenar, yo me encargo de eso solo, no te preocupes por pequeñeces>>, algo extraño. Pero que solo le di vuelta en mi cabeza una vez.

El entrenamiento que me da mi padre no me gusta, solo lo tolero más por él, siempre me dice que "es por mí bien" y es necesario que esté preparada para mi futuro, pero que tanto podría pasar en el futuro si solo vivimos en un subterráneo donde lo más peligroso que pueda pasar son robos y muerte. No es lo mismo que vivir en el exterior, donde se vive con la incertidumbre de que algún día los titanes perforen las murallas y acabe con la vida dentro de ellas.

No entiendo nada, solo tengo seis años.

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Han pasado aproximadamente un mes desde que Levi y yo somos amigos y también llevamos un mes desde que vamos siempre que podemos a nuestro escondite a los límites de la cuidad subterránea. Hasta ahora nadie se ha dado cuenta de nuestras idas y vueltas, ni siquiera mi padre que últimamente se ha comportado algo extraño, está más distraído y se le caen las cosas de las manos casi todo el tiempo.

-¿papá, estas bien?- le pregunto cuando veo que este se inclina a recoger sus lentes que hace medio segundo dejo caer, con la mirada perdida. Este me mira asustado dejando un papel en la mesa donde estaba yo sentado comiendo.- Diana- este al veo que mi madre entra a la casa va donde ella- viene hoy, diana- mi madre al escucharlo abre sus ojos sorprendida, algo no anda bien, ¿Por qué padre estaba tan asustado?

Mi mamá avanza por la casa seguido de mi papá, ella apoya su cuerpo en la mesa mirando a mi papá y asiente. Ambos se inclinan delante de mí, tomándome de las manos.

-hija hay algo que tienes que hacer por nosotros- dice mi madre mientras se detiene un segundo- hoy en un rato vendrá un hombre, él nos saludara y hablaremos con el sobre el trabajo de tu padre estaremos un rato con ese hombre. Ella suspira. Ahora lo que tú tienes que hacer es esconderte ¿bien cynara? yo sé que eres una niña muy fuerte, pero necesitamos que te escondas y no salgas por más que veas algo feo- yo asiento.

call of silence  [levi ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora