Parte 2

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Rusia pidió un par de Martinis para dar comienzo a la ronda de bebidas de esa pasional noche. Tomó entre sus manos aquella copa con el líquido azul agitado por el movimiento de su cuerpo y se la pasó delicadamente a su acompañante de esta noche rozando a propósito la punta de sus dedos para sentir aquella vibra que le provocaba el más bajito. Sí antes había tenido experiencias fantásticas con desconocidos, hoy cada parte de él le gritaba que esto era muy diferente, y aquella idea le fascinaba.

-Entonces... ¿Cuál es tu nombre? No quisiera que esta noche joven se terminará sin conocer el nombre del motivo por el cual mi día este acabando de una manera tan maravillosa.

El más bajo conteniendo todos aquellos temblores que traicionaban la seguridad que quería proyectar, tomó un trago de aquella dulce bebida y saboreando gustoso el líquido en su lengua.

-Me llamo México. – La meliflua voz del mexicano era tan dulce y delicada que podía sentir tan inexplicablemente el sabor de la miel entre sus labios y una sed de probar aquel mangar prohibido de su boca dominó su cuerpo. La presencia del más bajito lo hacía sentirse sediento en muchos sentidos, los cuales eran prohibidos describirlos en voz alta.

-Es un nombre hermoso, perfecto para un ángel como tú. – El ruso tomó su copa y la bebió por completo, de alguna manera debía apagar el fuego que crecía en su interior y no arruinar el momento.

Un silenció se instaló entre los dos y sorprendentemente fue el mexicano quien decidió dar el siguiente paso.

-Ven, vamos a bailar. – Sin esperar algún tipo de respuesta del alto, tomó su mano dirigiéndolo hacía el centro de aquella resplandeciente pista iluminada de colores neón, que parpadeaban y hacían brillar sus extensiones corporales.

El ambiente ya era caluroso gracias al movimiento de los demás cuerpos a su alrededor que hacían ascender la temperatura, pero el incontrolable calor que sentían ambos no tenía nada que ver con el clima, sino con el roce intencional de sus cuerpos.
En el fondo del lugar sonaba una canción lenta compuesta con un toque sensual, Rusia cortó la distancia entre ambos cuerpos pegándolos lo más posible y presionando las caderas del mexicano con sus fuertes manos, sin despegar su vista de todas las reacciones y los movimientos del norteamericano, quería plasmar en su memoria todo lo que se le permitiese, porque en el marco de esta noche México es como la pintura.
El mexicano rodeo con sus brazos el cuello del euroasiático, sus rostros a solo centímetros de distancia hacían que sus alientos pegarán en el rostro contrarió, mezclándose entre sí y creando una nueva fragancia con el toqué dulce de la bebida alcohólica y la frescura propia de las olas del mar. La química inexplicable que surgía entre ambos estaba a punto de explotar el lugar. Este encuentro era la Serendipia del destino de aquellos dos seres en el momento más oportuno.

Rusia se acercó al oído de México y susurrando palabras mágicas con su voz tres octavos mas bajo de normal, hizo que el tricolor cerrara sus ojos y se permitiera hundirse en el fondo del mar y las ondas de su grave voz.

-Estoy tan sediento de ti, quiero tomar un sorbo de tus labios y conocer tu sabor. –

Mirándose directamente a los ojos y creando un lazo invisible con sus miradas conectadas, fue el asentimiento silencioso de ambos para dejarse llevar por la corriente eléctrica que los dominaba, no podían ocultar más tiempo que los dos querían comenzar a apagar la pasión descomunal que se desbordaba de sus cuerpos. Lentamente se acercaron hasta rozar sus labios, comenzando un movimiento lento, acoplando sus labios hasta crear el movimiento perfecto, entregando todo lo que tenían ambos para ofrecer, el momento era inefable de comienzo a fin, el latir del corazón se aceleraba cada segundo y la respiración cada vez que era más inestable y forzada, pero ninguno de los dos quería terminar aquel encuentro donde sus lenguas bailaban y se enredaban dentro de la boca ajena, explorando y marcando cada estrecho lugar de su cavidad, embriagándose de los movimientos ajenos y creando nueva música por los chasquidos obscenos que profanaban sus bocas.
La asfixia los hizo detener el encuentro, ambos trataban de recuperarse y regular sus respiraciones, pero sin despegar sus manos del cuerpo ajeno, necesitaban sentir el calor del contrario para poder creer que este mágico momento era lo mas real y acertado que había pasado en sus vidas.

Falofilia |RusMéx| #RusMéxWeekWhere stories live. Discover now