Ella usó mi corazón como trampolín

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Como dice la sinopsis, esta es la secuela de Solo son lágrimas.


POV Futaba

Le prometí cuando éramos niñas que siempre estaría con ella y que la apoyaría para que se convirtiera en una estrella... No pude cumplir esa promesa.

Kaoruko siempre fue una artista talentosa y era fácil darse cuenta de ello. No sé cuándo fue exactamente que me enamoré de ella, pero cuando pasó, no me lo cuestioné; después de todo, he sido su mejor amiga desde la infancia y siempre le tuve cariño; pero en serio, ella nunca se dio cuenta de cuán doloroso y agotador es amarla. Su egoísmo y egocentrismo salen a relucir en momentos importantes, y no recuerdo una sola vez que me haya preguntado por mis sueños para el futuro. Siempre eran ella y su deseo de convertirse en la artista más grande de la nación. ¿Acaso no pensó que yo también quería destacar en el escenario? ¿Que quería brillar y emocionar al público? Creo que no. Hice muchos sacrificios por ella y nunca recibí algo de crédito: dejé Kioto para acompañarla a Tokio, obtuve una licencia para motocicleta para llevarla a la academia todas las mañanas, y aun así... A veces pienso que yo era la única que estaba enamorada y que ella se aprovechó de mis sentimientos para que cumpliera todos sus caprichos.

Aún no me has mostrado el lugar más brillante de todos a pesar de mis acciones... Creí que cambiarías después de que fui a buscarte para que no regresaras a Kioto... Ahora siento que pequé de ingenua.

Kaoruko, me cansé de ser tu sirvienta. Yo también quiero algo mejor para mí y voy a luchar por eso, por mis sueños de estrellato. Es verdad, no cumplí la promesa que te hice, pero tú no me dejaste... Lo peor de todo es... Lo peor de todo... es que a pesar del enojo que tengo contigo y de haber sido yo la que terminó nuestra relación..., sigo enamorada de ti.


POV general

Desde la ruptura, Futaba se estaba quedando en la habitación de Claudine. La mitad francesa no puso ninguna objeción; entendía perfectamente lo que su amiga estaba atravesando. En cuanto a Kaoruko, se quedó en el cuarto que antes compartía con Futaba, tratando de convencerse de que lo ocurrido no era más que una pataleta y que pronto volverían a estar como siempre.

«Futaba-han... Ella no puede vivir sin mí».

Sin ir más lejos, Kaoruko actuaba como siempre en la academia, presumiendo de sus habilidades frente a todas las demás. No obstante eso, y a pesar de creer que las cosas entre ambas se restablecerían, derramaba unas cuantas lágrimas antes de dormir, aprovechando que nadie la veía ni la escuchaba. De más está decir que ahora se iban y regresaban de manera independiente, algo extremadamente tortuoso para una persona tan perezosa como Kaoruko.

Ninguna de las dos involucradas se hablaba o interactuaba, llamando la atención de todas aquellas que no estaban enteradas de los hechos.

―¿Qué les habrá pasado a Kaoruko-chan y a Futaba-chan? Ellas siempre están juntas ―dijo Karen un día.

―Sea lo que sea, está afectando su desempeño ―señaló Junna―. Nunca las había visto tan descoordinadas.

Aquello era verdad. Ninguna de las dos era capaz de recordar los pasos, pero era Kaoruko la que parecía tener los mayores problemas. Por supuesto, no dejaría que la vieran como una artista débil, por lo que tras cada fallo, daba un resoplido arrogante y lo intentaba otra vez.

―¡Isurugi-san, otra vez no entraste a tiempo! ¡Lo mismo va para ti, Hanayagi-san! ―exclamó la profesora Sakuragi al ver un nuevo error.

Ella usó mi corazón como trampolínWhere stories live. Discover now