Paciente Yandere x Psicologa lectora

1.8K 97 17
                                    

Caminabas por las calles con nerviosismo total, sentías aquella mirada acosadora en todo momento, mirabas a los lados y no encontrabas nada, sentías que la paranoia te consumía cada vez mas. Intentabas controlarte pero no podías querías huir, pero a pesar de que corras y corras la mirada te seguía. Esto había comenzado desde hace unas semanas.

Un día normal y tranquilo en tu consultorio atendiendo clientes, anotando citas, lo normal. Eras perteneciente al departamento de psicología en una gran empresa; no podrías asegurar que eras totalmente buena en tu trabajo pero dabas tu esfuerzo para ayudar a los empleados. Te reportaron sobre la actitud sumamente violenta de un trabajador nuevo, era sumamente grosero con los demás, así que tuviste que citarlo.

Grave error de tu parte..

La primera cita no fue la mejor de todas, era alguien que no cooperaba mucho, solo te lo tomaste con calma. Ese día no avanzaron mucho, pero al ser alguien optimista no te diste por vencida. 

Cita tras cita, el se iba abriendo cada vez mas, su comportamiento había mejorado poco pero era un progreso y eso te alegraba. Todo era normal de tu parte hasta ese momento, hasta que de repente el te estaba comenzando a pedir citas, citas corrientes como ir por café, salir a algún lado, pero solo lo negabas debido a que sabias que el estaba comenzando a sentir, no eras alguien que mezclara sus sentimientos en el ámbito laboral. La insistencia se volvía cada vez mayor. Su actitud volvía a ser cada vez peor, el progreso de las citas decayó. Solo te quedo mas que aceptar dicha cita. 

Era un restaurante que habían abierto el mes anterior. Era de una temática novedosa y creativa. El lugar era lindo pero la cita no. Lo único que te quedaba hacer era quedarte callada. Veías tu entorno sin saber que hablar, no eras alguien de tener este tipo de citas, así que no sabias que hacer. La tensión se sentía en la mesa hasta que llego el mesero. Era un hombre joven de atractiva apariencia.

-Puedo tomar su orden- Dijo con una seductora voz. Te quedaste viendo a aquel muchacho hechizada por un momento a lo que luego sacudiste tu cabeza, esta acción solo causo una suave risa de parte de el. Eso no paso de desapercibido por tu cita. Sus ojos ya no tenían brillo y mantenía un rostro sumamente enojado, apretaba el menú con fuerza. Mantenía el impulso de querer matar al chico en ese mismo momento, solo tuvo que aguantarse. Ambos dieron sus ordenes y el mesero se fue con una pequeña sonrisa.

Ya te encontrabas en tu departamento. Tenias una sonrisa avergonzada mientras veías aquel pequeño papel. Aquel mesero te había dejado su numero en la charola de la cuenta, la tomaste antes de que tu cita la viera, o eso creías. Anotaste el numero en tu celular mientras que solo reías por tu comportamiento que tenias. Parecías una adolescente enamorada. Solo te dedicaste a suspirar mientras mirabas tu celular con una dulce sonrisa.

Solo se podía escuchar los gritos desgarradores de aquel joven sumamente atractivo. El gran charco de sangre que había en el suelo y una mirada sádica observando a aquel sujeto. Gritaba con desesperación el no volver acercarse a ti; gritaba, suplicaba y rogada, pero todo fue en vano. Sus órganos se encontraban ya fuera de su cuerpo, su hermoso rostro desfigurado y aquellos ojos que alguna vez brillaron vitalmente, estaban opacos y fríos.

El solo abandono aquel lugar como si nada hubiese pasado. A lo que solo se le escucho decir.

-Nunca debiste acercarte a ella-

Su mente no estaba cuerda desde que te conoció, sus emociones y el sentir hacia ti se volvían cada vez una profunda obsesión.

Eso te lleva a la actualidad.

El seguía tus pasos, se escondia entre las multitudes para disimular y llegar a ti.

Tu seguías corriendo hasta llegar a tu hogar. Caíste de rodillas ante el cansancio y a la vez rompiste en un llanto por la ansiedad y miedo, bajaste la mirada y te escondiste entre tus piernas; solo para levantarla de nuevo aterrada observando al hombre que te causo todo este martirio. Te sonrio sinicamente para luego cargarte en sus brazos.

-"Finalmente serás completamente mia"-







Cocinabas tranquilamente el desayuno, hasta sentir unos brazos rodear tu cintura y el cálido sentir de un beso en la mejilla.

-Buenos días amor-

Dijo el acariciando tu abultado vientre.

-Buenos días...cariño..-

Todo por tí (Yandere one shot's)Where stories live. Discover now