21/ Agosto / 14

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Hola diario:
Ahora me deshice de Emma Sellers, ella era el tipo de persona que no debería existir como otras más. No te preocupes querido mundo, yo haré lo posible para que este tipo de personas no estén más aquí.
Son las 3:30 de la mañana espere a que todos estuvieran dormidos, si, todos dormían excepto la enfermera, ella se encarga de abrir la puerta cada vez que nos toca un medicamento o tengamos necesidades de ir al baño, obvio, si quería salir de la habitación ella tendría que morir.

-Adriana, necesito ir al baño-.
-Okey niña Lisa, iré por las llaves, te abriré para que vallas al baño-.
-Esta bien-.

Fui por unas tijeras que tenía sobre mi cama en lo que ella iba por la llave.
Cuando llego escuche como abría la puerta, al tenerla de frente coloque mis manos hacia atrás para que no notara las tijeras, solo mostré una risa demoníaca, ella me vio con una cara desconcertada.

-Lo siento pero es por una buena causa querida Adriana-.

Mostró una cara de miedo, coloque el dedo sobre mis labios y entonces pase las tijeras por su garganta.

Mostró una cara de miedo, coloque el dedo sobre mis labios y entonces pase las tijeras por su garganta

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"Sangre" "Sangre".

-Tranquilos la sangre que desean esta aun en su habitación-.

Jale el cuerpo de esa enfermera hacia mi habitación y le cerré con seguro.
Camine hacia la habitación de Emma con cuidado, abrí la puerta y entre a la habitación, subí cuidadosamente a su cama, abrió rápidamente sus ojos al sentir que alguien subía a su cama, me vio con temor.

-Dulces sueños Emma Sellers-.

Entonces clave las tijeras en su cabeza, comencé a reír como loca, hace tiempo no sentía esa adrenalina y satisfacción que me hacían sentir genial, me hacían sentir fuerte nuevamente.

Att: Tu amiga Lisa.

Lisa, El diario de una psicopataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora