3.Speedo.

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Despierto a eso de las 9:30 de la mañana, es sábado así que papá no tiene que ir a la universidad. Al despertar me doy cuenta de que he dejado mi laptop sobre mi cama, justo en el portal de la universidad, patético.

Salgo de mi cama y me dirijo hacia la ventana para dejarlas totalmente abiertas, me encanta levantarme en la mañana y sentir el sol sobre mi, además de apreciar esta vista. Pasan unos 5 minutos en los que solo observo pero decido que ya es hora de ir al baño. Cepillo mis dientes, hago pis y lavo mi cara.

Salgo de la habitación con destino hacia la cocina, pretendo preparar el desayuno para mi y Drew. Decido hacer una ensalada de frutas con chocolate derretido, no es que no sepa preparar nada más, porque si sé, solo me ha parecido buena idea.

Coloco los bowls en una bandeja junto al chocolate derretido y dos tenedores, subo las escaleras con cuidado. Abro la puerta y Drew se encuentra durmiendo de una manera muy poco profesional sobre su cama, almohadas y sábanas en el suelo, piernas más separadas que las relaciones y yo, y su abundante cabello castaño por todas partes. La habitación de Drew es muy ordenada, si vemos el desastre que es al dormir no creeríamos eso, pero el es una persona muy ordenada, toda su amplia habitación de color azul oscuro y gris se siente como un museo, tiene muchos libros, fotos y certificados en las parades, contando un horrible dibujo que hice de nosotros dos cuando tenia como 3 años.

Dejo la bandeja a un lado de su cama y subo.

—Drewie hice el desayuno—digo mientras lo meso, no despierta—Vamos papá, me he levantando temprano y preparado el desayuno, lo menos que puedes hacer es despertar.

Halo una de sus orejas, pero igual sigue durmiendo, veo el control remoto de la gran pantalla que se encuentra en su habitación, la cual está conectada a 4 altavoces, dispersados por toda la habitación, así que la enciendo y subo el volumen. Drew se espanta y de inmediato mira hacia el lado en que me encuentro.

—¡Me vas matar,Valak!—grita.

—¡No me digas Valak!—ahora grito yo.

—Pero si eres mi bebé Valak—dice y hace puchero—¿No quieres ser mi bebé Valak?

—No, o sea si pero pa, me llamo como un demonio—digo y ahora soy yo quien hace un puchero.

—No cualquiera, eres el rey del infierno—dice y se ríe.

Ruedo los ojos.

—Ya Elle, ven dame un abrazo—dice y abre sus brazos, lo hago, él me abraza fuertemente esperando que le devuelva el abrazo con la misma intensidad pero no lo hago—ya no estes molesta bebé, sabes que era un adolescente tonto —al decir esto gesticula una mueca triste.

—No importa Drew, igual no todos saben de cultura general y conocen el significado de Valak—digo y me encojo de hombros y espero que lo que estoy diciendo sea real y pocas personas conozcan a Valak, lo cual dudo demasiado.

—Hice el desayuno—digo y papá sonríe.

—Que bueno cariño, ¿Qué preparaste?—pregunta.

—Ensalada de frutas con chocolate—digo con orgullo.

—Oh la especialidad del chef—dice y rio, porque bueno solo quizás, he preparado muchas ensaladas de frutas con chocolate.

Tenemos un desayuno tranquilo mientras miramos algún programa tonto sobre su cama, la verdad es una buena manera de pasar un sábado. A eso de las 01:00 de la tarde decidimos llamar a Daya para ver cómo está. Daya es una mujer grandiosa a la cual papá y yo amamos totalmente, la verdad es como una madre para ambos.

Ponemos el teléfono en altavoz.

—Hola mis niños—dice Daya a través del teléfono.

—Hola Daya—digo con una sonrisa.

—¿Cómo estas? —pregunta papá.

—Estoy bien, todo esta perfecto por aquí, pero me gustaría saber si todo está perfecto allá, ¿Cómo están? ¿Ya comieron?

—Desayunamos hace unas horas, Elle lo preparó—dice papá.

—Puedo suponer entonces que han desayunado ensalada de frutas con chocolate—dice Daya y ríe.

—Tienes toda la razón—digo.

—¿Y no piensan almorzar?—pregunta.

—No habíamos pensado en eso pero creo que deberíamos salir por algo de almorzar—dice papá y sonrio porque saldremos a almorzar.

—Bueno pues los dejos, los amo pero los veo casi todos los días, déjenme respirar—dice con fingida seriedad.

—Eso a lastimado mi corazón—digo.

—y el mio—dice papá.

—No Drewie, tu corazón está viejo no puede lastimarse—digo y rio. Papá me mira mal y Daya solo termina la llamada.

—Yo Valak, tu corazón viejo—digo mientras me levanto de la cama lentamente y le envío un beso desde la puerta.

***

Yo me considero una persona muy locuaz, pero Dios mi papá es otro nivel. Llevamos un rato ya en un lindo restaurante italiano y no se ha callado un segundo. Creo que la mujer que se encuentra frente a nosotros piensa que es mi sugar daddy o algo así porque me da una súper mala mirada.

—No me has dicho nada sobre el campamento Drewie—digo recordando, el hermoso viaje a Tailandia que disfrutaré mucho y contando con el hecho de que Landon y Arthur, mis nuevos dos crushes serán parte sólo me hace saber que podré disfrutar más.

—Oh cierto, bueno es este lunes, por lo que debemos llamar a tu escuela, hoy o mañana—dice y saca su tableta para anotar algunas cosas, Drewie es muy organizado, aunque aveces no lo parezca.

—Por lo que debemos ir a comprar algunas cosas, necesito un bikini, tu necesitas un sexy speedo, para mostrar esos músculos, no por nada vamos al gym y...

—No me pondré un speedo—me interrumpe.

—Pero vamos Drewie, ¿no quieres lucir como Tom Daley?—pregunto.

—No, niña, no speedo para Drewie—dice mientras mueve sus manos al ritmo de sus palabras.

—Aburrido, por no usar speedo nunca conseguirás una mujer—digo y Drew solo me fulmina con la mirada. Llega nuestra comida y mientras comemos no tenemos ninguna conversación importante, solo bromeamos.

Al salir del restaurante nos dirigimos a un mall para comprar las cosas que nos faltan, consigo que Drewie compre dos speedo y se siente como que he logrado la Paz mundial.

-—Oh Drewie, verás como todas caerán a tus pies—digo cuando ya nos encontramos en el auto.

—No necesito usar speedo para que todas estén a mis pies, porque ya todas lo están y algunas hasta están de rodillas—dice.

—Oh Dios cállate Andrew no, necesitaba saber eso—digo y llevo dedos a mi boca simulando vomitar.

—Si ahora que lo pienso, no era necesario—dice y no puedo evitar reír cosa que el también hace segundos después.

Two boys for me.Where stories live. Discover now