Capítulo tres

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Después de levantarme perezosamente de la cama, y de bajar a desayunar, mi madre me avisó de la persona que preguntaba por mí.Fui a abrir la puerta, y ahí se encontraba.

-Un placer verte, Ginger–Morgan sonrió.

Había que admitir que estaba buena.

Algo más alta que yo, pelo corto pixie de color negro, ojos color azulón con unas gafas redondas por delante y un estilo muy...gótico.

Molaba.

-¿Quieres pasar?Ando desayunando.

-Sólo si tienes donuts.

Reí un poco, y pasó.Mamá le miró junto a Logan, aunque éste abrió los ojos.

-¡Qué guapa es tu amiga, cielo!Soy la mamá de Ginger–Sonrió–Llámame Lola.

-Un placer, señora.Soy Morgan.

Se sentó en uno de los taburetes, y desvió su mirada hasta mi hermano.

-Chaval, deberías de dejar de juntarte con Evan.Es un pringado.

-Eh...

Le giñó el ojo, y Logan enrojeció.Reí un poco, y ella volvió a mirarme.

-Manipular personas es muy divertido.

-Se nota.

Al acabar con todo eso, las dos nos dirigimos juntas a la universidad;fue comentándome otras cosas de las que era posible una Agnestes, y en ello entraba hasta el...placer, aunque sonase raro.

-Tienes que estar de broma.

-Creeme, no lo estoy.Si tienes relaciones con una distinta raza, puedes montarte la mejor fiesta orgásmica del mundo.

Me reí, y nos encontramos con Alice y Carl.Los dos miraron a Morgan, pero con unas leves presentaciones la cosa cambió.Nos fuimos todos a nuestras clases, separándonos de Morgan, aunque decidimos hablar en el campus.

-Tía, tienes que ver el nuevo juego que me he comprado–Alice me empezó a zarandear.

-Vaaaaale.

-¡No no no!Hoy me toca estar con ella.

Rodé la mirada debido al dramatismo, y le volví a escuchar.

-No tendrías que estar metida en este mundo...no sabes lo que es.

-¿Te crees que me interesa estar?–Le respondí.Cómo molaba.

-Arg...

Las clases se pasaron lentas, y yo por poco acabé dormida.A la hora de la comida nos juntamos con Morgan, y una vez allí, habló claro.

-Vuestra amiga es una Agnestes.

Me quedé de piedra.

-¡Morgan!

-Lo sabrían tarde o temprano–Rodó la mirada.

Ellos dos me miraron.

-¿Entonces...?

-¿Evan es tu Hablador?

Asentí desganada, y me abrazaron con fuerza.Correspondí aguantando las lágrimas, y una vez se separaron,  nos sentamos en el suelo.

HabladoresWhere stories live. Discover now