Pasé una noche horrible debida a las pesadillas que no dejaban de rodearme;cada vez que cerraba los ojos unos míseros instantes, volvían a aparecer.
Me levanté de la cama, y me puse una sudadera de cremallera para no entrar en frío.Me acerqué a la ventana, y admiré la caída de la lluvia.
-Las cuatro de la mañana y yo aquí...
-Pues no tendrías que estar despierta.
-No es mi culpa andar con pesadillas, Evan.
Bostecé.
-¿Y qué haces tú despierto?
-Estoy haciendo cosas, nada más.
-Vaya.
No volvió a decir nada más, por lo que yo aproveché para bajar a la cocina;me preparé un chocolate caliente, y debía de admitir que la casa se veía más que tétrica en la oscuridad.
Volví a subir, y una figura masculina en mi cama me provocó frenarme.
-Soy yo, tranquila.
-¡No aparezcas en mi cuarto de esa manera!
-No hables en mi cabeza y pararé.
Entré, y cerré la puerta lentamente.Dejé la taza en la mesilla de noche, y él bebió un poco.
-Es mi taza.
-Encima que vengo en la mitad de la madrugada y lloviendo.
-Apartate de mi cama porque la estás mojando.
Se apartó, y yo toqué por la superficie.Estaba mojada.
-Menos mal que ya no voy a dormir más.
-Pues deberías.Seguiremos entrenando, y necesitarás fuerza.
Me encogí de hombros, y me senté en la silla del escritorio.
-Cada vez que tengo pesadillas acabo así...osea que estoy curada de espanto.
Se quitó la sudadera, y le miré con la taza en las manos.
-¿Quieres ropa de recambio?
-Nah.
-Pues vas a pillar un resfriado.
-Qué más dará–Se apoyó en una pared.
Bebí un poco más.
-¿Quieres saber más cosas sobre los temas de Habladores y Agnestes?
Asentí, y volví a mirarle.Él se estiró.
-Verás Gin, todo esto empezó hace unos cincuenta años.Un Hablador se fue al prostíbulo de su barrio, y conoció a una muchacha pelirroja que le interesó.
-Vaya.
-Fueron a acostarse y los dos se dieron cuenta de que todo lo que hicieron:besarse, acariciarse, lamerse, morderse y acostarse era mucho más excitante y placentero que con una persona normal.
-¿Y eso?
-Nunca se ha entendido bien el por qué, pero ocurre.
Asentí seguidamente, y me acabé toda la taza.Cuando me miró no tardó demasiado en reír, y yo meneé la cabeza.
VOUS LISEZ
Habladores
Science FictionNunca había sido conocida una raza la cual podría hablar en tu cabeza.Algunas personas que la tenían la usaban para el bien...y otras para el mal. Por eso los Habladores desde siempre tuvieron mala fama. Los Agnestes, por lo contrario, eran capaces...