Cuatro Días. ~Rakan x Jhin~

Shen x Zed. Kayn x Varus. (Día 1)

Desde el instante que supo que tendría que convivir con sus antiguos compañeros, no pudo evitar entrar en pánico, pues reencontrarse con las personas en las que alguna vez había confiado era duro para el.

Tomó sus cosas, Kayn también había empacado unas cuantas pues ambos se irían juntos. Realmente no estaba tan lejos así que sería fácil llegar.

Con la llegada de Kayn se sentía como un padre, pues el chico se comportaba como un completo adolescente, haciendo sus berrinches y con sus repentinos cambios de humor, los cuales llegaban a un punto en el que el maestro de las sombras no lo soportaba y simplemente huía del templo.

En realidad, no se arrepentía de haberlo "adoptado", Zed ya le había tomado algo de cariño, tanto que tenía plena confianza en que en algún momento, cuando él estuviese viejo, pudiera liderar su clan.

En el camino, noto que Kayn estaba un poco desorientado y nervioso, llegándole a preocupar un poco al mayor.

—¿Kayn? ¿Que sucede?— le preguntó viendo cómo el otro jugaba con su larga trenza, girándola de un lado a otro.

—No es nada...— dijo el otro sin darle mucha importancia.

—No me mientas Niño, tú tienes algo, ¿que es?— insistió.

—Solo pensaba en los que iban a asistir, habrá otros darkin y esas cosas, muchos tipos de criaturas, todos diferentes. Me emociona un poco conocer todo eso, es solo eso.— la verdad era que el chico también se encontraba nervioso porque vería a un viejo amorío. Uno que tuvo antes de encontrarse con Rhaast, Varus.

Las cosas sucedieron tan rápidamente que no había notado los sentimientos que habían surgido por el darkin. Su historia le hizo pensar que no todos los Darkin eran demonios sedientos de venganza.

—Ya veo... esta bien, supongo, aún eres joven y no has conocido muchas cosas. Solo no te metas en problemas, por favor— ordeno con voz estricta, pues sabía lo loco que podía ponerse el chico y no quería hacer el ridículo en frente de la Liga.

—Si, maestro— dijo antes de que se volvieran a quedar callados mientras caminaban.

Una vez llegaron a su destino, Zed investigó todo lo que se tenía que hacer para quedar registrados. Kayn mientras tanto buscaba con la mirada a una persona pero por más que la buscaba no la encontraba. Esperaba que si asistiera.

Zed terminó de apuntarlos y soltó un suspiro cuando le entregaron su papel con su habitación y su compañero. No se sorprendió mucho al leer lo que decía allí pues ya se esperaba algo similar.

Nombre: Zed.

Habitación: 15.

Compañero: Shen.

En realidad, estaba esperando eso, pues él ya sabía lo que la Liga intentaba y siendo Shen con quien tenía que hacer las paces, pues era de esperarse.

Zed en realidad no necesitaba de eso, pues no tenían una mala relación. Zed incluso pidió su ayuda para detener de nuevo a Jhin, pues este habia escapado de donde sea que haya estado encerrado.

—Veo que ya viste quien es tu compañero.— el maestro de las sombras de giro sorprendido, viendo al que alguna vez fue su amigo.

—Si... ¿que mala suerte, no?— dijo con un tono de broma, riendo un poco por sus propias palabras.

—La verdad, me alegra que seas tu, quiero decir, así podré hacer mi desorden a gusto en la habitación.—dijo sonriendo un poco, ambos no traían su máscara que escondía sus gestos. El Ninja del equilibrio disfruto de la sonrisa que el otro le dio.— ¿Comiste algo?— su pregunta fue contestada por un gesto de negación por parte del otro.—Bien, vayamos por algo de comer, ¿te parece?