Epílogo

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Dos meses después...

La vida de muchas vueltas y a veces nos sorprende, como a mí hoy. Kyle le acaba de pedir matrimonio a Jazmín.

Es su ceremonia de graduación, nuestros padres, Violet y Lance, se encontraban aquí para celebrar un triunfo más de mi hermano.

Jazmín se veía emocionada, estaba llorando de alegría luego de decirle que sí a Kyle.
Yo estaba feliz por ellos y no mentía cuando decía que esos dos se casarían pronto.

Con Nat he hablado de vez en cuando, él se la pasa muy ocupado y digamos que yo también he estado ocupada entre el trabajo y la universidad.

-Felicidades, Kyle- lo abracé- por tu graduación y por lo de compromiso- los dos reímos.

-Gracias, Gaby.- se separó de mí y sonrió.

Después se acercaron mis padres, Violet y Lance, este último se quedó parado a mi lado.

-Lastima que mañana te vayas a Los Ángeles- dijo y me abrazó por los hombros.

Cierto, mañana viajaría a Los Ángeles para sorprender a Nat, lo único malo era que perdería una semana de pasar tiempo de calidad con mi familia.
Al menos me quedaría algo de tiempo cuando regrese.

-Tengo que ir, pecas. Extraño mucho a Nat- me recargué en su hombro.

-Te entiendo, ojitos- besó mi cabeza- yo no sé qué haría sin tu hermana- ambos la observamos. Ella se veía feliz, con unas pocas lágrimas en las mejillas.

-Los dos están hechos el uno para el otro-

Al otro día...

-Odio despertarme temprano- opinó Anthony mientras se abrochaba su cinturón de seguridad.

Sí, él me acompañaba a Los Ángeles, digamos que lo estoy ayudando a cumplir un sueño; él quería viajar a California desde que era un niño y ahora que le dije que iría a visitar a Nat en sus últimos días de rodaje, me pidió que si podía ser mi compañero de viaje.

-No es tan temprano- reí. Sí lo era, eran las siete de la mañana y los dos moríamos de sueño, más porque como fue la fiesta de mi hermano, los dos nos quedamos hasta tarde durmiendo.

-Claro que no.- bufó y se puso una almohada en el cuello- Ahora si me disculpas, dormiré un poco antes de llegar a Los Ángeles-

-Como tú digas-

[...]

Habíamos llegado a Los Ángeles, se sentía el clima más caliente.

-¡Amo este lugar!- exclamó Anthony cuando salíamos del avión para tomar un taxi.

-Yo lo amo, pero odio el calor- bufé y un taxi se paró frente a nosotros.
Nos metimos en él y le dimos la dirección del hotel en donde nos quedaríamos.

-Qué exagerada eres- comenzó a sacar fotos desde la ventana del taxi.

-Me lo dice el que se molestó porque lo desperté-

-Era mi sueño de belleza- se excusó y yo reí.

-Claro-

¿Me recuerdas?-Nat Wolff  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora