En el año 1692 no importaba que tan bueno fueras, si eras excéntrico, impertinente o simplemente... si eras mujer terminarías en la hoguera considerada una bruja. Pero Bastet Krentz no tenía que fingirlo, ¡ella era una bruja! y después de ser exp...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Después de que Merlín me invitara a trabajar con él en su refugio pensé en dejar todo atrás, él sabía el grado de maldad que había en mí y aun así me aceptó, yo... yo dejé atrás a los Protectores de la realidad, les expliqué que no había sido una buena idea, y me hicieron creer que lo habían entendido, después los Jueces brujos me extirparon el alma cuando se enteraron de mis ex planes y ya no supe más de la logia, pero ahora veo que ya pasados varios siglos ellos jamás se detuvieron y me di cuenta por como asesinaron a esa ninfa...—Eros miró a Bastet quien seguía pasmada, ahora solo quedaban las huellas de las lágrimas que había derramado.—Bast en mi vida como Fuego fatuo yo tuve mucho tiempo para pensar todo lo que hice, fui un bastardo y encantado recibiré el juicio en Victoria Ville... por favor di algo!
Pero Bastet solo se puso de pie, y caminó unos cuantos pasos, parecía pensar todo con sumo cuidado, no mostraba ningún sentimiento, su gesto era frio y eso le preocupaba a Eros.
—Sabías que podían incriminarte de nuevo y yo cooperé haciendo la barrera de protección de la cabaña.
—No lo acepté porque quisiera ocultarme, lo acepté porque te vi muy emocionada y feliz creando tus hechizos, una barrera jamás detendría a los Jueces brujos, Bast yo entendería si tu no quieres verme más, y prefiero que tú te quedes con la cabaña...
— ¡¿PUEDES CALLARTE?! Intento pensar...—gritó exasperada y Eros le mostró las palmas hacia arriba en modo de rendición, Bastet permaneció callada varios minutos frente a la ventana de la cabaña y cuando estuvo lista se giró impasible. —Quiero que sepas que eres un maldito hijo de perra por todo lo que causaste, acabaste con la vida de seres inocentes, maldito bastardo... en mi mundo los seres humanos piden a gritos un poco de magia, ¡tan solo una pizca! Ver a Roshelle fue una de las cosas más increíbles que me ha pasado, escúchame con atención Eros... ¡nadie en esta jodida vida debe estar por encima de otros! ¡Ni siquiera tú, gato estúpido! ¿Y sabes que es lo peor? Que estoy enamorada de ti. —Eros bajó la mirada soltando un suspiro triste y eso enojó más a Bastet. — ¡Mírame a los ojos cuando te hablo!— se acercó rápido a él y con su mano subió su barbilla.
—sé el error que cometí, te mentí y creo que es mejor que yo me vaya, no sé por qué pensé que podría estar contigo a pesar de haber hecho lo que hice. —dijo dirigiéndose a la puerta, la abrió y Bastet la cerró con magia. —Mierda Bast... no hagas esto más difícil.
—Yo te prometí que no te dejaría caer de nuevo en la oscuridad, y eso voy hacer, así que no importan todas las barbaries que hayas hecho, yo jamás voy a soltar tu mano; y si te vas al infierno yo me voy contigo. —le dijo tomando su mano y tomando su cara lo besó, Eros estaba sorprendido, ¡él no la merecía! Pero aun así ella quería estar con él, al principio Eros fue renuente al beso de Bastet, pero después la rodeó en sus brazos y se dejó llevar.
— ¿por qué? —preguntó susurrando sin soltarla.
—Tu no me juzgaste cuando yo maté a esa mujer en Salem, aun así permaneciste a mi lado, seguiste siendo fiel a mí sin contarlo a nadie, sin palabras seguiste amándome, todos merecemos una segunda oportunidad, gato; y yo te volví hibrido por ello, asesinato es lo mismo aquí y en Salem ¿Qué te juzguen a ti y a mí no? así que tú y yo resolveremos esto. —Eros la miraba como un milagro, una mujer entre millones.
