Capitulo 17: Black.

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Capitulo 17"

Cojo mis auriculares y salgo a dar un paseo. Al lugar de siempre. Un lugar tranquilo, donde sé que nadie vendrá, simplemente porque es terrorífico.

Pero si lo piensas bien ¿Hay algo que da mas miedo que las personas? No lo creo.

Entro a la casa abandonada, cerca del cementerio y me siento en un sofá, si aún se puede llamar así, para escuchar música. Paso de ir al instituto.

Que bien se siente, aquí tan sola, sin nadie que pueda molestarme. Ni la pesada de mi madre, ni nadie.

Pero empiezo a escuchar algo. Como unos pequeños pasos. Enseguida reconozco que no son de un humano.

Y de repente tengo a la vista un adorable perrito, color negro.

-Ven perrito, ven aquí conmigo.

No tarda en abalanzarse sobre mi, y que sus pequeñas patitas estén en mis muslos. No deja de moverse y dar pequeños ladridos. Es tan adorable.

-Ay ¿Tampoco puedes soportar vivir en este mundo?

Esta con varias héridas en las patitas y en su barriguita. Pero no se si lo han maltratado o simplemente se ha perdido y se ha echo esas héridas.

Le sobo la cabeza. -Te llamaré Black. Porque a ambos nos gusta ese color ¿eh? Aunque yo prefiero el rosa, pero ese color no va contigo.

Se le marcan las costillas. No tendrá mucho que comer, pero por suerte tengo un bocadillo en la mochila.

Veo como empieza a engullir mi bocadillo y sonrío.

Todos los animales deberían tener el mismo brillo de felicidad en los ojos que Black en este momento.

(...)

No tardé mucho tiempo en familiarizarme con Black. Mi madre tiene alergia a los perros por lo que no puedo tenerlo en casa, pero siempre voy a verle y darle comida. Muchas veces voy de paseo con él a lugares vacíos.

Solo se lo he contado a una persona. A Nataly. Y intento mantenerlo en secreto, por que sé perfectamente que si alguien del instituto se enteraría le podría hacer algo a mi Black. Y eso no puedo permitírmelo. Ni de coña. Es solo un perrito.

Empiezo a acostumbrarme al acoso que estoy sufriendo. Nataly siempre esta defendiendome cuando mil veces le he dicho que deje de hacerlo, me siguen insultando igual. Noah ha desaparecido del instituto ¿Y los demás? Bueno los demás ya lo sabéis.

Aunque todo sigue doliendo. Ahora un poco menos. Al fin y al cabo esta es mi vida, y he de acostumbrarme.

Ya casi suena el timbre. Empiezo a recoger y cuando me quiero poner la chaqueta siento unas dolorosas punzadas.

-Auch... -Murmuro.

-¿Estas bien? -Me pregunta Nataly.

Veo que las mangas de la chaqueta está llena de grapas y toda la clase empieza a reírse. -Es algo normal. -Me susurro.

-No es normal Selena. -Dice Nataly.

Dejo la chaqueta y salgo de clase. Siento una terrible rabia y ganas de llorar, pero las lágrimas ya no me salen.

Estoy harta de esto. Quiero vivir una vida normal ¿que hice yo para merecer esto?

-Tengo que dejar de quejarme tanto, eso no cambiará nada. Absolutamente nada.

Respiro hondo una vez más y me tranquilizo. Voy a ir a ver a Black, es sinceramente lo único que puede subirme los ánimos, ver esa sonrisita, o como ladre de emoción al verme. Por fin hago feliz a alguien.

Por fin.

(...)

-¿Seguro que estarás bien?

-Que si Nataly, puedes irte tranquila.

-Prométeme que cuando vuelva de mi viaje a Londres ya sabrás defenderte.

Pongo los ojos en blanco. -Nataly sabes que no va a ser así. Mi vida no va a cambiar.

-¡Hombre claro! Si te dicen fea y tu te quedas mirándoles sin hacer nada ¿qué esperas? -Ella bufa. -No cuesta nada un "cállate la puta boca o traigo una pistola de agua para dejarte sin cejas". Necesitas cambiar ¿por qué no vas a un psicólogo?

-Que no me lo puedo permitir Nataly. Mis padres no trabajan en una famosa empresa o popular restaurante como los tuyos.

Apoya su frente en la mano. -Estoy muy preocupada por ti Selena.

-Cuando vengas, prometo estar viva. -Ella quiere hablar pero lo hago yo antes. -Enserio es una muy fuerte promesa, ni te quejes. -Le doy una sonrisa tranquilizadora. -Pásatelo bien en Londres. Espero que la escuela se ajuste a ti.

-Volvere en unos meses. Espero que todo este bien.

-Que si. Ahora vete, tu padre estará esperándote.

Suspira. -Esta bien. Ya me voy.

Le sonrío y ella se aleja. Enseguida mis ojos se ponen llorosos ¿qué va a ser de mi sin ella?

De repente ella se da la vuelta y se abalanza sobre mi, dándome un abrazo. -Yo te quiero mucho Selena. Me hace muy feliz ser tu amiga, odio verte sufrir. -Su voz de quiebra, es obvio que esta llorando, al igual que yo. -Ojala todos esos hijos de puta te dejen en paz y te dejen vivir. No es justo para ti.

Me sorbo la nariz. -Te echaré de menos. Muchas gracias por todo amiga.

Se separa de mi con una triste sonrisa. -Que sepas que mi sueño sería volver y ver como nadie más se mete contigo.

Me río. -Eso seguirá siendo un sueño.

-Y ojalá se haga realidad. -Le sonrío y se da la vuelta para irse. -¡Que sepas que te llamaré todos los días para saber como estas! -Me grita antes de desaparecer.

-Estare mal, como siempre. -Murmuro.

A partir de los próximos meses rondaré sola por los pasillos, quien sabe lo que esos enfermos acosadores podrían hacerme.

Pero pase lo que me pase, ya llevo soportando esto 3 meses, 3 larguísimos meses. Y sigo sufriendo, pero como diría mi madre. Los problemas te hacen fuerte. Y aunque no lo demuestre, me siento fuerte.

Y por mas raro que suene, creo que ya no siento tanto como antes.

Una Psicópata Enamorada ©Where stories live. Discover now